De un día para el otro. Sin organización, ni tiempo para procesar la información. Así se enteró Juan Antonio, categoría 88, sobre una prueba en la Comisión de Actividades Infantiles –más conocidos por sus siglas CAI en el fútbol del interior- donde un tal Hugo Tocalli –captador de talentos como Lionel Messi– iba a estar a cargo del reclutamiento de jugadores. “Se ve que de chiquito jugaba bien, el destino me acompañó”, lanzó el exjugador que, tiempo después, vestiría la camiseta de la Sub 17 de la selección argentina, en un plantel compuesto por Sergio “Kun” Agüero y Alejandro “Papu” Gómez, entre otros.
“No tengo el recuerdo de cómo recibí la confirmación. A la otra semana me tomé un vuelo a Buenos Aires y cuando llegué tomé un colectivo que salía de Viamonte (la calle de la sede de AFA) donde estaban todos mis compañeros del sub-17. Fue todo un proceso llegar y ver, por ejemplo, al Kun Agüero que sus cuádriceps eran el doble de los míos”, aclaró Antonio, en diálogo con LA NACION, quien nació en Trelew y realizó la mitad de su proceso formativo en la CAI de Comodoro Rivadavia, donde el viento de la zona era más protagonista que los jugadores.
Tras disputar el Sudamericano Sub 17 en 2005, con sede en Venezuela, Antonio dejó atrás las canchas repletas de ripio del sur para consagrarse en un selectivo que le dio el aventón necesario para llegar a River.
“A través de un representante hice una prueba y quedé. Me incorporé en edad de quinta división, al mes me subieron a Reserva y de ahí a Primera donde a los 17 años compartía plantel con Marcelo Gallardo y Ariel Ortega, jugadores que veía por televisión”, añadió Antonio sobre un ascenso meteórico que lo llevó a codearse con jugadores de primer nivel.
Su abrupta llegada a Primera División, el cartel de “promesa” y sus partidos en la selección argentina, lejos de afectarlo, terminaron fortaleciéndolo. “El fútbol es un mundo chico que tiene sus propias reglas. Tenés que estar bien lúcido, tratar de estar bien físicamente, dormir bien. La vida del futbolista no es para cualquiera”, añadió sobre una carrera que siguió en el fútbol italiano con la camiseta del Ascoli, Sampdoria, Parma y Brescia hasta que, a los 27 años, y por diferentes tipos de lesiones, decidió colgar los botines. Sin embargo, así como se cerró la puerta del vestuario, se abrió la de su obra pasión: la música.
“Lo que pasa en el fútbol es que hay una cuestión muy asociada a la victoria y la derrota. Cuando un club anda bien y gana los partidos es realmente un lujo ir a los entrenamientos, jugar los partidos, salir a la calle… termina siendo el trabajo más envidiado y bonito del mundo, tenés acceso a cosas que un laburante común no tiene; el tema es cuando las cosas están mal: todo lo anterior es proporcional, pero en negativo”, sintetizó sobre una carrera que entremezcló la pelota y los acordes de una guitarra en una concentración o pretemporada.
De jugar en la selección a ser frontman de la banda Francia 98
“Siempre coquetee con la música: llevaba la guitarra a los entrenamientos y a los pibes los invitaba a ver a la banda. Estaba muy conectado, pero no me podía dedicar a pleno porque son mundo muy opuestos”, indicó el exfutbolista que, una vez procesado su retiro profesional, armó los cimientos de la banda Francia 98 con un estilo bien rockero, alejado de las nuevas tendencias vinculadas a otros géneros musicales.
Perfilado definitivamente en el mundo de la música y alejado del deporte, Juan Antonio indicó: “Crear canciones es lo que más me gusta hacer. Tocar en vivo y vivir el viaje. Con la banda estamos disfrutándolo, defendiendo, humildemente, la bandera de la historia del rock nacional. No buscamos hacer moda”.
Bendecidos por el sello DBN Argentina -que sería el equivalente a tener un club para un futbolista- Antonio señaló que la banda grabó dos discos y, a final de año, sacarán su tercer álbum. En los bares de zona norte y próximo a pisar los escenarios de la Capital Federal, Francia 98 busca darle su impronta para trascender en la escena nacional.
Con el modus operandi de invitar a sus familiares a sus primeros shows hasta detectar “caras desconocidas” en funciones posteriores, Juan Antonio trasciende en la escena under sin levantar ningún tipo de sospecha de su pasado como futbolista.
Una prueba de esto se dio en los últimos años cuando uno de sus hijos, Vito, de 10 años, no le creyó que había sido futbolista profesional con pasado en la selección argentina y en River.
“No hay mucha data mía en Internet. Es más, mi hijo no me cree que jugué en River y la selección. Recién el año pasado me empezó a creer, porque jugué en una época donde no había redes sociales y no hay videos míos”, destacó sobre su hoja de ruta que lo depositó durante diez años en el fútbol profesional y hoy lo tiene completamente alejado, con escasos registros de su travesía en el verde césped.