Un reciente encuentro confidencial entre funcionarios de defensa de Estados Unidos y Taiwán en Alaska ha puesto de manifiesto la compleja dinámica diplomática que atraviesan Washington y Taipéi, en un contexto marcado por la búsqueda de un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, según informó el diario Financial Times. La reunión, que se celebró la semana pasada, se produjo poco antes de que el presidente Xi Jinping exhibiera el poderío militar chino en un desfile presenciado por otros líderes autoritarios.
De acuerdo con varias personas al tanto de la situación, Jed Royal, principal responsable interino del Pentágono para la región Indo-Pacífico, se reunió en Anchorage con Hsu Szu-chien, quien entonces ocupaba el cargo de vicesecretario del Consejo de Seguridad Nacional de Taiwán. Este diálogo se llevó a cabo tras la cancelación, meses atrás, de un encuentro de mayor nivel en Washington entre altos funcionarios estadounidenses y taiwaneses. La suspensión de esa cita respondió, en parte, a la preocupación de que pudiera obstaculizar una posible reunión bilateral entre el presidente Donald Trump y su homólogo chino.
La noticia sobre la reunión en Alaska surge en un momento en que se cuestiona hasta dónde está dispuesto a llegar Trump en su respaldo a Taiwán, mientras persigue un posible encuentro con Xi Jinping y ambas potencias mantienen negociaciones para resolver su disputa comercial.
Amanda Hsiao, directora para China en Eurasia Group, señaló a Financial Times que “la administración Trump podría estar intentando encontrar un equilibrio entre tranquilizar a Taiwán y mantener la posibilidad de un acuerdo comercial y una cumbre con China”. Hsiao añadió que la reacción de China habría sido más enérgica si la reunión de defensa se hubiera realizado a nivel ministerial en el área metropolitana de Washington.
En el contexto de estas negociaciones, Royal desempeña su función de manera interina mientras la administración Trump espera la confirmación en el Senado de su nominado, John Noh. Por su parte, Hsu fue ascendido la semana pasada a un puesto de mayor responsabilidad como asesor de Joseph Wu, el consejero de seguridad nacional de Taiwán, y es considerado el principal candidato para convertirse en el próximo embajador taiwanés en Washington.
El encuentro de alto nivel que se había planeado para junio iba a estar encabezado por Elbridge Colby, principal responsable de política de defensa estadounidense, y por Wellington Koo, ministro de defensa de Taiwán. Sin embargo, la administración Trump canceló la reunión en el último momento, comunicando a Taipéi que la decisión estaba relacionada con los ataques militares estadounidenses en Irán. No obstante, algunos funcionarios estadounidenses argumentaron que permitir la visita de un ministro de defensa taiwanés en funciones a Washington por primera vez podría poner en riesgo una cumbre entre Trump y Xi.
Bonnie Glaser, experta en Taiwán del German Marshall Fund, señaló que “la reducción de nivel en las conversaciones de defensa entre Estados Unidos y Taiwán es una prueba más de que Trump probablemente ha ordenado a sus funcionarios no hacer nada que pueda socavar las negociaciones con China, cuyo objetivo es lograr un acuerdo comercial y una cumbre con Xi Jinping”.
Las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China continúan, y ambas partes han manifestado que podrían allanar el camino para una cumbre en Beijing, posiblemente en octubre. Financial Times había informado previamente que funcionarios estadounidenses recibieron instrucciones de congelar medidas contra China, como los controles a la exportación, para no entorpecer las conversaciones.
Un funcionario estadounidense explicó que la elección de Alaska como sede fue un intento deliberado de mantener un perfil bajo para el encuentro, aunque también influyeron limitaciones de agenda del equipo estadounidense. La composición de la delegación respondió, en parte, a estas restricciones.
Según Financial Times, la política exterior de Trump, caracterizada por su inclinación a negociar con líderes autoritarios, su enfoque errático en materia comercial, su aparente desinterés personal por Taiwán y la influencia de su base aislacionista, ha generado inquietud en Taipéi. Heino Klinck, experto en seguridad asiática y ex alto funcionario de defensa para Taiwán durante la primera administración Trump, subrayó la importancia de mantener reuniones frecuentes de alto nivel con Taiwán para los intereses nacionales estadounidenses. Klinck sostuvo que “al comparar esto con el triunvirato de la tiranía [China, Rusia y Corea del Norte] presenciando un desfile militar en la plaza de Tiananmén, la justificación para este tipo de encuentros entre Estados Unidos y Taiwán resulta evidente”.
El presidente Lai Ching-te enfrenta una situación más compleja que su predecesora, Tsai Ing-wen, quien logró fortalecer y afianzar las relaciones con la primera administración Trump y con la de Joe Biden. No obstante, Lai busca gestionar este desafío. La vicepresidenta Bikhim Hsiao y Alexander Yui, embajador de Taiwán en Estados Unidos, han respondido a las dudas sobre el respaldo estadounidense en entrevistas concedidas a medios afines al movimiento MAGA.
El mes pasado, el gobierno taiwanés propuso un incremento récord del 23% en el gasto de defensa, lo que elevaría la inversión a más del 3,3% del PIB el próximo año. Con esta medida, Taipéi pretende demostrar a Estados Unidos su determinación para financiar su propia defensa. Sin embargo, existe preocupación entre los funcionarios de que la oposición, que ostenta la mayoría legislativa, pueda recortar parte de los fondos propuestos.
Tanto funcionarios como analistas taiwaneses atribuyeron la celebración de la reunión de menor nivel en Alaska a la necesidad de Taipéi de concretar el encuentro a tiempo para presentar un presupuesto especial de compras militares ante el parlamento, mientras Colby finaliza una estrategia nacional de defensa.
A pesar de estos esfuerzos, persisten las dudas sobre la relación bilateral. Yang Kuang-shun, cofundador de la organización no lucrativa US Taiwan Watch, dedicada a la relación entre ambos países, indicó que “en los círculos de política estadounidense se ha debatido si Trump podría buscar un gran acuerdo con China”. Yang recordó que la decisión previa de Trump de retrasar la firma de una importante venta de aviones de combate F-16 a Taiwán hasta después de concluir las negociaciones comerciales con China en 2019 demostró que podría priorizar los acuerdos con Beijing.