Alejandro Garnacho está en un laberinto. Con 21 años recién cumplidos, el futbolista no es tenido en cuenta por Rubén Amorim, su entrenador en Manchester United, Chelsea no se decide a comprarlo -porque todavía no pudo definir las salidas de algunos jugadores de su plantel- y Lionel Scaloni acaba de marginarlo de la prelista para los partidos de eliminatorias ante Venezuela y Ecuador, que cerrarán la clasificación para la próxima Copa del Mundo. El último partido del joven nacido en Madrid y nacionalizado argentino con la camiseta de los Diablos Rojos data del 21 de mayo, cuando ingresó a los 26 minutos del segundo tiempo en la final de la Europa League frente al Tottenham.
En estos casi 90 días la convivencia entre el futbolista, el club y el cuerpo técnico se hizo insostenible. Tanto, que el jugador fue claro: “Me venden o me quedo acá sin jugar por los próximos 6 o 12 meses”, le habría hecho saber al club, según informa la prensa británica. Los expertos en el mercado de transferencias aseguran que el extremo tiene su contrato arreglado con Chelsea, y que no aceptó ningún sondeo de otros equipos europeos para quedarse en Inglaterra y forzar su traspaso a los Blues, donde compartiría vestuario con Enzo Fernández. Sin embargo, hay problemas…
Por un lado, el United no está dispuesto a rematarlo. Ni a ponerle un precio bajo. En los despachos del mítico estadio de Old Trafford valúan su pase en más de 50 millones de libras esterlinas (67,5 millones de dólares). Se trata de un jugador creativo de apenas 21 años que, además, se graduó en la academia del United. Y no es un dato menor: cumple con los criterios de sustentabilidad que impone la Premier League, por lo que su venta le servirá al United para emparejar su balanza comercial y ordenar sus números -en este mercado de pases gastó 230 millones de euros y recibió apenas 68-. Cuanto más cobre por Garnacho, mejor para su tesorería.
Del otro lado está Chelsea. En Londres saben que Manchester United se arriesga a tener colgado al hispanoargentino durante un semestre o un año. Esa necesidad de los vendedores provoca que, hasta ahora, no haya habido ninguna oferta concreta. Y que los primeros sondeos estén más cerca de los 30 millones de libras que de los 50 que pretenden en Old Trafford. No será una negociación sencilla. Porque, además, los Blues necesitan hacer una purga en su plantel. También por cuestiones del Fair Play Financiero de la Premier League, Chelsea puso en el mercado a los atacantes Nicolas Jackson y Cristopher Nkunku, y al extremo Tyrique George. De ese trío, Nkunku es quien está más próximo a abandonar Londres. Su destino estaría en Alemania con la camiseta del Bayern. También está en el radar de Newcastle United. “En la banda izquierda tenemos a Jamie (Bynoe-Gittens, recién llegado del Dortmund) y a Tyriqe George, por lo que probablemente necesitemos a alguien ahí”, dijo Enzo Maresca, entrenador de los Blues. Y sin nombrarlo, apuntó a Garnacho.
La salida de Nkunku le daría dinero fresco a Chelsea para ir por Garnacho, pero apenas el 50% del trabajo estaría cumplido. Tendrían que vender tamibén a George o a Jackson para poder hacerle frente a la operación del extremo argentino. Claro que, conforme se acerque el final de la ventaja de transferencias en Inglaterra -el próximo 1 de septiembre- tanto Chelsea como Manchester United estarán más urgidos en resolver el futuro del argentino. La situación actual no le conviene a nadie. Al futbolista, menos que menos.
De hecho, los hinchas parecen haber perdido la paciencia con el argentino. Antes del encuentro del último fin de semana por la primera fecha de la Premier League en Old Trafford ante Arsenal, un mural con el rostro de Garnacho fue violentado por los simpatizantes.
🚨🚫 The portrait of Alejandro Garnacho vandalized outside Old Trafford as he has decided to join Chelsea. pic.twitter.com/654iIqP3JM
— Fabrizio Romano (@FabrizioRomano) August 17, 2025
Claro que Garnacho había tenido durísimas expresiones contra el club y los resultados conseguidos en la última temporada. “Es duro para todos después de esta temporada que fue una mierda, tanto ahora, al perder la final, como en la liga, que no le ganamos a nadie. La verdad, fue muy duro. Vamos a intentar terminar la temporada y ver qué pasa después”, había declarado el hispanoargentino tras la final de la Europa League, que Manchester perdió con tottenham, en Bilbao. Eran otros tiempos: tenía minutos e integraba la prelista de Scaloni para los partidos ante Chile y Colombia, por las eliminatorias.
El posteo de su hermano Robert tras aquella final encendió aún más los ánimos: “Trabajando como un profesional, ayudando en cada partido, marcando dos goles en las dos últimas finales, sólo para estar en el campo 19 minutos y ser tirado debajo de un autobús. ¡Guau!”, escribió. Pese a terminar en el puesto 15 en la última Premier League, apenas a cuatro puntos del descenso, los directivos de los Diablos Rojos se encomendaron a Amorim y le renovaron la confianza al entrenador portugués. El ex Sporting de Lisboa pudo armar el plantel a su antojo. Y eso fue una mala noticia para Garnacho: supo entonces que su futuro no estaría en Manchester.
Así, la Copa del Mundo le queda cada vez más lejos a Garnacho. Scaloni siempre se decidió por futbolistas que tuvieran continuidad en sus equipos. Su no convoctoria para los últimos partidos de eliminatorias es un síntoma. Si quiere volver a la selección, el primer paso será volver a jugar… en un club.