El Gobierno nacional estaría preparándose para intervenir los precios de los alimentos, dependerá de la salud de las finanzas públicas, que atraviesan un momento delicado.
El proyecto de decreto propone ampliar las atribuciones del Ministerio de Agricultura para que el Estado pueda fijar precios mínimos de compra para los productores. La medida permitiría que el Gobierno asuma la diferencia entre el precio de mercado y el precio de garantía o intervención, ya sea mediante la compra directa de productos o a través de pagos compensatorios a los agricultores cuando se detecten “graves distorsiones del mercado”.
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Esta facultad no se limitaría a un solo rubro: aunque actualmente el Estado ya regula el precio del arroz paddy verde y busca hacer lo propio con el arroz blanco, el nuevo marco legal abriría la puerta a extender este esquema a otros sectores agrícolas.
La presión de los productores fue un factor determinante en la gestación de esta política. En las últimas semanas, los paperos solicitaron al Gobierno la fijación de un precio mínimo de compra para su cosecha, en respuesta a la crisis que afecta al sector. El decreto también contempla la posibilidad de que el Estado importe y distribuya directamente alimentos básicos si identifica fallas en los mercados, así como la exportación de productos adquiridos de la cosecha nacional. Además, se prevé que el Gobierno pueda participar como socio en emprendimientos orientados a la transformación de productos agrícolas, utilizando la figura del capital semilla.
No obstante, la viabilidad de estas medidas está condicionada por la disponibilidad de recursos. El propio texto del decreto subraya que la ejecución de las nuevas funciones dependerá de la situación presupuestal, lo que introduce un elemento de incertidumbre sobre su alcance real. La coyuntura fiscal actual, marcada por un posible déficit de $38 billones para 2026 y la discusión de una nueva reforma tributaria, limita el margen de maniobra del Ejecutivo para sostener políticas de intervención prolongadas o de gran escala.
El debate sobre el control de precios y la intervención estatal en los mercados agrícolas no es nuevo, pero el proyecto del Ministerio de Agricultura representa un avance formal hacia un modelo en el que el Estado asume un papel más activo en la regulación y distribución de alimentos. La experiencia reciente con el arroz paddy verde y la intención de extender el control al arroz blanco ilustran la dirección de la política oficial, que ahora podría replicarse en otros sectores si el decreto se concreta. La decisión de intervenir dependerá, en última instancia, de la capacidad financiera del Estado para absorber los costos asociados a la estabilización de precios y la protección de los productores.
Las regulaciones al arroz paddy producto del paro arrocero
El 1 de agosto de 2025, el Gobierno nacional se comprometió a fijar los precios del arroz paddy con el fin de levantar el paro arrocero. Por medio de la resolución, los valores mínimos de referencia por tonelada para las principales zonas productoras de este producto son: Bajo Cauca: $1.491.478 Centro: $1.589.489 Costa Norte: $1.512.785 Llanos: $1.457.387 Santanderes: $1.555.398.
El documento obliga a que los compradores notifiquen cada semana, en la plataforma Siriarroz, los precios pagados, las toneladas adquiridas, el municipio de compra, el molino, planta o agencia donde se realice la adquisición, así como la forma, plazo y condiciones de pago y financiamiento utilizados.
El incumplimiento de estas disposiciones será trasladado a la Superintendencia de Industria y Comercio, que actuará según su competencia.
La determinación del Gobierno surgió tras la evaluación técnica sobre la coyuntura del sector y los compromisos con el gremio arrocero, que había exigido medidas urgentes para enfrentar la caída de precios y la competencia desleal derivada de prácticas ilegales como el contrabando.