En la primera conferencia de prensa tras recibir el Premio Cervantes, el escritor mexicano Gonzalo Celorio hizo una vibrante defensa de España, en un momento de tensión política por los reclamos de la dirigencia mexicana para que España pida perdón por la violencia ejercida por los conquistadores contra los pueblos originarios, siglos atrás. “Es un tema que está ahora muy en boga -dijo Celorio en la sede del Instituto Cultural Helénico-. Yo no quiero, de ninguna manera, decir que esa atrocidad no existió, pero cuando eso ocurrió España no era todavía España ni México era todavía México”.
Para el escritor, la conquista española en América se diferenció de la inglesa por su “actitud de integración” o de asimilación (dio como ejemplo el “mestizaje desigual”, producto del vínculo entre hombres españoles y mujeres indígenas). “La religión cristiana era una religión ecuménica y no la de un pueblo elegido como la judía o la musulmana -opinó-. Siempre se dice que el español fue la lengua de la conquista, pero la conquista espiritual, que es la más importante, es la que se dio en lenguas indígenas, para cumplir con el cometido de llevar la palabra de Dios”.

A continuación, dijo que el idioma español se había convertido en “la lengua de la independencia” en América Latina. “El español se vuelve una absoluta necesidad para configurar una nacionalidad y es entonces cuando cobra una cobertura muy importante”, remarcó el autor de Del esplendor de la lengua española.
Tras deplorar el actual sistema de enseñanza nacional (“tiene terribles deficiencias”, dijo) y lamentar el bajo índice de lectura en México, habló de su rol docente. “Los profesores somos una especie de vampiros que estamos chupando la sangre de los jóvenes para alimentarnos y seguir vivos”, graficó. Luego, reconoció que su ingreso en la Universidad Nacional Autónoma de México (que fue la institución que lo candidateó para el Cervantes) había sido “un parteaguas” en su vida.
“Los lectores de novelas, y yo soy uno de ellos, suelen ser un tanto masoquistas: están comprando conflictos ajenos; hay una actitud voyerista, casi obscena, para ver las calamidades de los otros -bromeó-. ¿Por qué hacemos eso, por qué somos lectores? Porque, finalmente, esos conflictos de los demás también nos pertenecen en nuestra condición humana”.
Se mostró dolido por la persecución a los migrantes latinos que hablan en español en Estados Unidos. “La lengua es quizás la expresión más clara y más precisa de nuestra identidad -respondió-. El español es la lengua que tiene más hablantes en México y Estados Unidos tiene muchísimos hablantes en español. Además de ser un hecho terrible, el país mismo se empobrece; es un atentado contra la identidad de quienes hablan español en Estados Unidos”.
Respecto del Cervantes, que concede al ganador 125.000 euros, lo consideró otro “guiño” de España en su búsqueda de concordia con México, junto con los premios Princesa de Asturias al Museo Nacional de Antropología y a la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, otorgados este año. Mencionó además muestras de arte mexicano en grandes museos españoles, como la dedicada a la Virgen de Guadalupe en el Reina Sofía. “México está en España, y tengo la esperanza de que las relaciones entre ambos países se vayan reconstruyendo -agregó-. Negar la hispanidad es algo tan grave como si nos suicidáramos a medias”.
El autor también hizo referencia al contexto actual de violencia en México y su relación con la literatura. “La literatura refleja la realidad y la exorciza, la rearticula, amplía las escalas; no porque la literatura pueda competir con esa realidad”, conjeturó. “Toda obra narrativa es una especie de respuesta a un conflicto que es lo que genera la necesidad de escribir, conflicto que no necesariamente se resuelve en la novela misma”.
En la rueda de prensa, Celorio mencionó a varios escritores, todos ellos varones: Leopoldo Alas, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Maurice Blanchot, Julio Cortázar (“tengo muy leídos sus cuentos”) y Jorge Luis Borges, del que citó, fascinado, algunos versos del poema “El golem”.
Dará su discurso de recepción del Premio Cervantes el 23 de abril de 2026, en la Universidad de Alcalá. “Tendré la maravillosa necesidad de zambullirme, por enésima vez, en la lectura del Quijote -reveló-. La novela es muy peligrosa, porque es una radiografía muy precisa de la realidad, y la novela puede subvertir la realidad preexistente. La novela en mi opinión es un género libertario, por su distancia crítica de la realidad. Para mí, es el género de los géneros”.
El editor español Juan Cerezo, de Tusquets, celebró desde Barcelona el fallo del jurado del Cervantes en su caracterización de Celorio como un “escritor integral”. “Celorio es un autor ejemplar y uno de esos escritores inteligentes que desde su primera obra uno descubre que tiene un plan”, destacó. Días atrás, Tusquets lanzó en España el nuevo libro de memorias del autor mexicano: Ese montón de espejos rotos.
