A pocos días de cumplir 91 años, Gonzalo Suárez será homenajeado con el Goya de Honor en Barcelona. Allí comenzó a construir una de las trayectorias más singulares del cine y la literatura españolas. “La aventura de no saber dónde iba y así me fue, llegué a donde no iba”. En esta frase resume Suárez una vida dedicada a la exploración artística y marcada por la búsqueda de lo inesperado y por una libertad creativa siempre presente.
El reconocimiento otorgado por la Academia distingue una carrera que ha desafiado normas y expectativas a lo largo de seis décadas. La decisión del galardón fue unánime y destaca “una trayectoria desde la que ha desarrollado una filmografía sorprendente, en la que ha experimentado con todos los géneros y desde todas las actitudes, y que ha contribuido a convertirle en un hombre clave en la cultura española de los últimos sesenta años”. La versatilidad de Suárez es un rasgo constante: tanto en el cine experimental como en el comercial, en adaptaciones de obras propias o ajenas, ha demostrado una capacidad extraordinaria para reinventarse continuamente. “Me alegra mucho este premio porque abarca toda mi obra, aunque siento añoranza de que no me pille haciendo cine. Me gustaría volver a decir ‘acción’ y ‘corten’ porque el cine es acción”.
Nacido en Oviedo en 1934, Suárez ha tenido una carrera polifacética. Director, guionista, productor, escritor, periodista deportivo bajo el seudónimo Martín Girard, también ha ejercido como actor. Desde 1963 publica libros y desde 1966 dirige películas. Ha trabajado con un elenco impresionante que incluye nombres como Charo López, Francisco Rabal, José Sacristán, Fernando Rey, Fernando Fernán-Gómez, Carmen Maura, Aitana Sánchez-Gijón, Victoria Abril, Marisa Paredes, Maribel Verdú, Javier Bardem, Carmelo Gómez, Ana Belén, José Luis Gómez, Carmen Sevilla, Hugh Grant, María de Medeiros, Héctor Alterio y Donald Pleasence, entre otros.
La extensa filmografía de Suárez suma más de una veintena de largometrajes y se caracteriza por la fusión de géneros, el equilibrio entre drama y humor, y la apuesta por la imaginación y la fantasía frente a lo convencional. Entre sus películas más recordadas se encuentran Ditirambo, El extraño caso del doctor Fausto, La Regenta, Morbo, Parranda, Epílogo —Premio de la Juventud en el Festival de Cannes—, Remando al viento —Concha de Plata en San Sebastián y Goya a Mejor Dirección—, La reina anónima, El detective y la muerte, Mi nombre es sombra y Oviedo Express. Además, ha dirigido títulos como Aoom, Reina zanahoria, Don Juan en los infiernos, El portero y la serie Los pazos de Ulloa.
El tiempo como gran incógnita
En su etapa más reciente, Suárez presentó los trabajos Alas de tiniebla y El sueño de Malinche. “Salvo alguna excepción, no he vuelto a ver mis películas. Si volviera a empezar, haría lo mismo: inventar el cine o tratar de inventarlo y acabaría, pues como lo he hecho —se ríe—. Para mí, el tiempo ha sido siempre la gran incógnita: es un flash que es la vida entera y tratar de capturarlo, bien sea con gestos que luego quedan, con momentos, o con luz, es un desafío. Y esto es lo que más me apetece del cine y lo que más recuerdo de determinadas películas”.
Barcelona, la ciudad donde se inició profesionalmente, ocupa un lugar especial en la vida de Suárez. Allí empezó su carrera como periodista, escritor y director de cine. “Enseguida me sentí muy acogido”, recuerda sobre la ciudad donde recibirá este último y merecido reconocimiento. La estatuilla, según confiesa, tendrá un sitio destacado: “En un lugar prominente de mi casa”.
En sus primeros años, además de su labor cultural, contribuyó al fútbol español como ojeador bajo las órdenes de Helenio Herrera. También estudió Filosofía y Letras, y fue uno de los precursores de la llamada Escuela de Barcelona. “La aventura, el ir más allá, ha marcado mi vida”. Suárez mantiene su actividad como escritor. Recientemente ha publicado El caso de las cabezas cortadas y ha reeditado La suela de mis zapatos, reafirmando su papel como pionero del nuevo periodismo en España.
El cineasta lamenta la transformación del sector audiovisual ante la irrupción de las plataformas y rememora una época en que los productores, como Emiliano Piedra, “ponían el ánimo y la fuerza en un largometraje, y lo compartían sin restarme libertad”. La trayectoria de Suárez ha sido distinguida con numerosos premios, como el Nacional de Cinematografía de 1991, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el Premio Luis Buñuel y títulos honoríficos como Caballero de las Artes y las Letras de Francia y de la Orden de Alfonso X el Sabio, el primero recibido por un director de cine en España.