La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha confirmado la condena impuesta un sargento alumno, identificado como Bernardino, por insultar de forma machista, racista y vejatoria a sus compañeras y superiores durante una guardia en la Estación Naval de La Graña (Ferrol) en 2023. El acusado utilizó expresiones como “gorda de mierda”, “puta inútil” o “mal follada” para dirigirse a sus compañeras. La sala considera que es responsable de varios delitos, todos en su modalidad de injurias graves. En total, la condena asciende a cuatro años y seis meses de cárcel.
Según la sentencia dictada el pasado 22 de septiembre, los hechos se remontan al 15 y 16 de febrero de 2023, cuando el entonces sargento alumno realizó comentarios ofensivos hacia varios miembros de la Armada. De la sargento primera, identificada como Clemencia, profesora de la Estación Naval de la Graña, dijo que “parece que se ha comido a ella misma” y que “es una gorda de mierda”. Del sargento primero Luis Pablo afirmó que era “un gilipollas”, “un tonto” y “un cabrón”.
Las palabras más graves, señala la sentencia, se dirigieron contra varias compañeras. De la sargento alumna Manuela dijo que “es una puta inútil y no sirve como militar”, que “era una mami que no servía para nada, una mal follada”. Sobre otra compañera, la sargento alumna Clara, manifestó que “tiene cara de mal follada”, y de Carolina comentó que “era la única que se salvaba y la única a la que le daba”.
El tribunal también recoge expresiones machistas y racistas como “cuando yo veo una puta directamente las reconozco y las aparto” o “los moros ojalá los fondearan, es una especie que no ha evolucionado desde el mono”. A los militares sudamericanos los llamó “panchitos” y dijo que “la Armada se había ido a la mierda desde que entraron”.
La sentencia recuerda que “dirigirse a un superior militar llamándole ‘gorda de mierda’ o ‘gilipollas’ colma sobradamente el requisito de gravedad para ser considerado delito”. El Supremo respalda la valoración del tribunal de instancia, que consideró “verosímil, coherente y persistente” el testimonio de las víctimas y testigos, y rechaza los argumentos de la defensa sobre falta de pruebas o vulneración de la presunción de inocencia.
Cinco delitos
El sargento alumno ha sido condenado por dos delitos de insulto a superior, uno de abuso de autoridad y dos delitos relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas, todos en su modalidad de injurias graves. La pena impuesta suma cuatro años y seis meses de prisión, además de la suspensión militar de empleo e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.
La Sala de lo Militar destaca que el acusado actuó con “una actitud cuasi chulesca”, repitiendo los insultos “en presencia de varios compañeros” y afectando la disciplina interna. “El dolo genérico se cumple plenamente —indica el fallo—, pues el actor tuvo conciencia de que estaba profiriendo frases injuriosas a un superior y voluntad para llevar a cabo su acción”.
El Supremo concluye que las expresiones vertidas “lesionan la dignidad de las personas afectadas y el honor de los superiores”, y ratifica íntegramente la condena dictada por el Tribunal Militar Territorial Cuarto en noviembre de 2024.