
Los agentes encargados de la vigilancia en la carretera CM-4000 de Toledo notificaron a un conductor que iba a ser objeto de investigación tras registrar una velocidad de 191 kilómetros por hora en un tramo donde el máximo permitido es de 90 kilómetros por hora. El informe oficial, citado por la Guardia Civil en una nota de prensa y recogido por la prensa, señala que el conductor superó el límite en 101 kilómetros por hora y podría afrontar penas de prisión de hasta seis meses, multas económicas por hasta doce meses, y la retirada del permiso de conducción hasta por cuatro años.
Según detalló la Guardia Civil, los hechos ocurrieron cuando efectivos del Subsector de Tráfico realizaban un control de velocidad en una zona identificada como de alta siniestralidad. Estas acciones tienen como objetivo principal la prevención de accidentes y la detección de posibles infracciones, especialmente aquellas relacionadas con la seguridad vial. Durante el operativo, el cinemómetro instalado captó el paso de un turismo que circulaba a más del doble de la velocidad máxima permitida para ese tipo de vía interurbana.
El medio oficial informó que, tras ser detenido el vehículo, los agentes procedieron a informar al conductor sobre la velocidad que había sido registrada por el radar. También señalaron que, por exceder en más de 80 kilómetros por hora el límite fijado en carreteras fuera de poblado, el conductor resultaba investigado como presunto autor de un delito contra la seguridad vial, de acuerdo a la legislación vigente.
El comunicado consignado por la Guardia Civil advierte que alcanzar o superar ciertos márgenes de velocidad frente al límite establecido puede conllevar consecuencias penales. En este caso, la ley contempla la posibilidad de imponer una condena que puede incluir el ingreso en prisión hasta por seis meses, multas proporcionales a los ingresos del infractor que pueden extenderse por un año, y la prohibición de conducir vehículos a motor y ciclomotores por períodos de uno a cuatro años.
Además, las autoridades subrayaron la peligrosidad que implica circular a velocidades tan elevadas, en especial en tramos considerados de alto riesgo por la frecuencia de siniestros previos. Los controles de velocidad, de acuerdo con la Guardia Civil citada en la nota de prensa distribuida a los medios, forman parte de una estrategia más amplia destinada a disminuir la incidencia de accidentes graves y reforzar la seguridad en las carreteras.
De acuerdo a la información brindada por dicha fuente, tras la notificación al conductor, el proceso de investigación seguirá la vía judicial habitual para este tipo de delitos, y la resolución final dependerá de las actuaciones que se desarrollen en el marco legal correspondiente.