Un hombre fue hallado sin vida en el estacionamiento de la Central de Abastos de la Ciudad de México, ubicada en la alcaldía Iztapalapa, el pasado miércoles 2 de julio.
Salvador, de 43 años de edad, era chófer de un tractocamión de carga pesada que llegó a la central de abastos apenas unos días atrás, estacionó su vehículo en el anden 4 de Subasta, en la colonia CEDA y permaneció en la zona de descarga de tráileres. Al pasar de los días, los trabajadores se percataron que dicha unidad no se había movido ni un centímetro desde su llegada y desconocían si había alguien al interior, razón por la que alertaron a los cuerpos policiales y de emergencia, sin embargo, al estar en una zona de descarga, nadie se inmutó por el hecho y siguieron con sus actividades cotidianas.
Al lugar llegaron elementos de Protección Civil y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, para inspeccionar el vehículo color azul rey, con placas de circulación correspondientes al estado de Veracruz. Una unidad de la Guardia Nacional se percató del suceso, pero se retiro del lugar apenas unos minutos después, dejando a la unidad abandonada en espera de las otras dependencias.
A su llegada se percataron de que la ventanilla del copiloto se encontraba abierta, por lo que comenzaron con las indagaciones. Inmediatamente detectaron la presencia de un hombre de mediana edad, vestido con playera oscura y pantalón de mezclilla, que se encontraba recostado en ambos asientos delanteros. Rápidamente dieron parte a los paramédicos quienes informaron que el conductor ya había muerto, razón por la que acordonaron la zona para que los elementos periciales comenzaran con las diligencias correspondientes.
Luego de varias horas acudieron al lugar los elementos periciales de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, quienes informaron que, de acuerdo con las primeras investigaciones, el cuerpo del chófer no mostraba huellas de violencia, por lo que se presumía una posible muerte natural por broncoaspiración, aunque aclararon que seguirán las investigaciones para esclarecer los hechos y determinar de manera acertada la razón del deceso.
También mencionaron que existían señales que indicaban que Salvador pudo haber muerto días antes, ya que se comenzaban a presentar síntomas de descomposición importantes como la presencia del olor fétido, mismo que no llamó la atención debido a la presencia de otro tipo de olores, como desperdicios, fruta y verdura podrida o fierros oxidados que hacían que el olor se confundiera y no alertará a quienes pasaban alrededor de la unidad