Los mares continúan siendo una caja de sorpresas para la humanidad y esta vez se produjo un hallazgo increíble que captó la atención de los arqueólogos marítimos. Se localizó un barco mercante del siglo XVI a una profundidad extraordinaria frente a la costa sur de Francia.
La marina francesa realizó un inesperado descubrimiento arqueológico frente a la costa de Ramatuelle, cerca de Saint-Tropez. Mientras llevaban a cabo una monitorización rutinaria en aguas profundas, el equipo submarino especializado detectó un naufragio a más de 2500 metros de profundidad en las aguas del Mediterráneo.
Tras la detección inicial mediante drones submarinos, se desplegó un vehículo especial operado a distancia para confirmar el hallazgo. El naufragio fue bautizado como Camarat 4 y yace en el lecho marino hace más de 500 años.
Un hallazgo y un misterio: qué le pasó
La impresionante estructura mide alrededor de 30 metros de largo por 7 de ancho, y su cargamento indica que probablemente zarpó desde Liguria, en la actual Italia. La embarcación parece haber sido un barco mercante que transportaba aproximadamente 200 jarras de loza y cerca de 100 platos, muchos de ellos decorados con motivos florales o geométricos. Fueron esas inscripciones las que los expertos utilizaron para vincularla con la Liguria del siglo XVI.
El hallazgo arqueológico también incluye anclas, seis cañones y dos grandes ollas, lo que sugiere que estaba preparado para alimentar a los marinos en viajes largos y para defenderse posiblemente contra la piratería. La gran profundidad a la que se encontró el barco lo protegió del saqueo y de las fuertes corrientes, lo que conservó el lugar en un estado casi original, explicaron los especialistas
Según consignó Lad Bible, Arnaud Schaumasse, jefe del departamento de arqueología subacuática del Ministerio de Cultura de Francia, aseguró que este hallazgo supera el récord de profundidad anterior, que lo tenía el submarino La Minerve, encontrado en 2019 a unos 2300 metros.
Aunque el naufragio fue hallado en condiciones asombrosas, se observaron residuos modernos como latas de gaseosa y envases de yogur en las cercanías. Estos residuos generaron preocupación por la contaminación producto de la actividad humana en el mar, incluso en grandes profundidades. Sirve como una clara advertencia sobre el alcance del impacto humano en los océanos.
Esto llevó a los investigadores a considerar intensificar los esfuerzos de concientización ambiental, así como a dedicar más recursos al estudio del impacto de los residuos. En los próximos años, la agencia francesa de arqueología subacuática (DRASSM) liderará un programa de investigación multidisciplinario, aseguraron las autoridades.
Especialistas en cerámica, arquitectura naval, artillería, cultura material y conservación trabajarán en la creación de un modelo fotogramétrico 3D completo, la recuperación cuidadosa de ciertos objetos seleccionados y su posterior estudio, antes de decidir si se dejan en el lugar donde lo hallaron o se trasladan a colecciones públicas.
El descubrimiento ofrece una rara e impresionante visión de las redes mercantiles mediterráneas, la construcción naval de la época y el intercambio cultural durante el Renacimiento. Por el momento, no se sabe si todo el sitio será finalmente excavado o conservado tal como está.
Este hallazgo está considerado un hito arqueológico y recuerda una vez más la gran cantidad de tesoros que pueden hallarse en el mar y que aún permanecen ocultos para la humanidad.