
La vía al Llano, principal corredor terrestre entre Bogotá y Villavicencio, se prepara para la reapertura de uno de sus carriles en el kilómetro 18, que sería el próximo 15 de noviembre, tras dos meses de cierre provocados por un derrumbe.
Aunque semanas atrás el Ministerio de Transporte había indicado ese día como una fecha tentativa para la reapertura, todo parece indicar que, en efecto, así será, de acuerdo información que recibió La FM. por parte de la vocería de los camioneros afectados.
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Estos indican que la paralización ha generado pérdidas que ya se habrían cruzado el billón de pesos en la región del Meta y departamentos de la Orinoquia.
El derrumbe que causó este cierre en el kilómetro 18 ocurrió en septiembre de 2025, como consecuencia de las intensas lluvias, que dejó sepultados cerca de 100.000 metros cúbicos de tierra en la carretera.

La circunstancia climática obligó el cierre total del tramo y la implementación de pasos alternos controlados. Coviandina, concesionaria encargada de la vía, reportó que aún se mantienen restricciones, situación que ha ocasionado extensas filas de vehículos y retrasos que afectan seriamente la economía local.
De hecho, la fracturación del flujo vial en el kilómetro 18 fue tal, que entre Villavicencio y Bogotá los tiempos de recorrido habrían crecido de tres a hasta diez horas, según usuarios consultados por el mismo medio.
La situación forzó a viajeros y empresas de transporte a recurrir a rutas aéreas, cuyos precios aumentaron considerablemente, que, incluso, habrían llegado los tiquetes a oscilar entre 500.000 y un millón de pesos para recorridos inferiores a una hora.
La apertura
La confirmación de la reapertura parcial correspondería al cronograma anunciado por el Invías.
Carlos Alberto Vargas, director de la entidad, fue el que explicó en entrevista con La FM. que los trabajos avanzan a buen ritmo y que la fecha se mantiene tras la ejecución de labores como remoción de material, terraceo, instalación de drenajes y gestión predial.

“Las acciones realizadas aseguran la fecha de apertura definida, luego de la remoción de material y terraceo en la parte inferior del deslizamiento, perforación de drenes para liberar presión de las aguas, gestión predial, coordinación interinstitucional y la instalación del pavimento para recuperar el corredor vial”, precisó Vargas.
Qué dicen los transportadores
Juan Carlos Castro, vocero de la Asociación de Camioneros del Meta, indicó en declaraciones al medio radial que el sector de carga pesada ha sido uno de los más afectados, con un pronunciado incremento en los gastos operativos debido a las largas esperas.
“Pese a que llevamos dos meses de cierre, no se miran beneficios para los camioneros porque, según la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, solo se va a abrir un carril en el kilómetro 18 sin tener en cuenta a los vehículos de carga pesada que somos los afectados”, comentó Castro.
Incluso, la Terminal de Transporte de Villavicencio confirmó una reducción del 50% en el número de pasajeros durante este periodo. El gerente Alcides Socarrás detalló que unas 200.000 personas dejaron de movilizarse en buses y vehículos intermunicipales, y ese impacto acentúa la crisis sobre el flujo regional.

El diputado del Meta Oswaldo Avellaneda exigió, en diálogo con el medio, a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) que concrete la reapertura luego de la remoción del material y la adecuación del corredor. “No aguantamos más pérdidas para el Meta y los departamentos de la Orinoquia”, enfatizó Avellaneda.
Por su parte, Orlando Barbosa Villalba, presidente de la Veeduría Vial del Meta, indicó que la sociedad civil mantiene vigilancia sobre las obras y advirtió sobre riesgos en otros puntos vulnerables del trazado.
“En el ejercicio de diálogo con el Ministerio de Transporte, la ANI, el Instituto Nacional de Vías (Invías) y el concesionario, se ha buscado que se ejecuten las obras en todo el recorrido de la vía”, precisó.
La vía al Llano es el único corredor con condiciones de movilidad continua para carga pesada y viajeros hacia Guaviare, Vichada, Guainía, Vaupés y Casanare. La crisis por el derrumbe ha puesto en jaque el abastecimiento y la economía de la región durante los últimos dos meses.
