Después de trabajar durante algunos años en distintos lodges en plena naturaleza, el chef Iñaki González Branca (22) decidió que ese era el camino que más le atraía. Quería crear ese tipo de experiencia. Se puso entonces a investigar en Internet hasta que dio con una propiedad que le resultó ideal para comenzar su proyecto.
Convenció a su hermano mayor Tristán (25) y a su primo Tomás González Peralta (22) de sumarse. Los hermanos, que se criaron en Villa La Angostura, también recibieron el apoyo de su padre Pablo. “Tenía mis dudas porque de turismo no tenía ni idea y tampoco sabía si quería dedicarle tiempo y recursos. Luego conocí el lugar y me atrapó el paisaje, la calma y la idea de hacer algo propio, dónde pudiéramos tomar decisiones y darle nuestra impronta”, cuenta Tristán, que como su hermano tiene entre sus pasiones la pesca y la buena cocina.
Los planetas parecieron alinearse cuando se concretó la venta de una casa en Villa La Angostura que heredaron de su mamá: el interesado fue Bill Gough, quien en 2009 había inaugurado a orillas del río Carrileufú el lodge de pesca La Pilarica. El intercambio de propiedades se realizó en mayo de 2024, cuando los hermanos González Branca se pusieron al frente de este emprendimiento muy próximo a Cholila. La idea de su creador –otro pescador de pura cepa– fue que el hospedaje hiciera sentir a los pescadores como en una casa de amigos. Más allá de la marca propia, Iñaki y Tristán han sabido mantener ese espíritu acogedor original.
En familia tomaron cada decisión: desde el diseño de la página web hasta la decoración del lodge, el armado del menú y la relación que irían tejiendo con los clientes. “Desde un principio, supimos que apuntaríamos a un turismo que busca algo opuesto a lo viral, a lo masivo, enfocándonos mucho en la gastronomía, probando cosas nuevas y fusionándolas con la gastronomía clásica argentina”, señala Iñaki.
Mientras los chicos se ocupaban de dar forma al servicio, su padre colaboró con la decoración de las habitaciones y los espacios comunes: el lugar tiene clima acogedor, con decenas de detalles en cada rincón que le aportan personalidad. Ese aire tradicional contrasta con el espíritu juvenil de los anfitriones, que ofrece un trato cercano y distendido.
“La Pilarica para nosotros es un experimento en el que estamos invirtiendo mucho tiempo y esfuerzo. Nuestro trabajo empieza en el contacto con el huésped y buscando personalizar a medida su experiencia para hacerla inolvidable: desde las comidas y sus preferencias hasta las actividades. Tenemos propuestas de pesca, cabalgatas, visitas al Parque Nacional Los Alerces y a bodegas y destilerías de la zona”, señala Tristán.
Su hermano menor suma: “Queremos que el huésped se sienta parte de la casa y del lugar. Dedicamos nuestro tiempo a contar nuestra historia a aquellos que gusten de escucharla. A través de una propuesta hotelera distinta y gastronomía de alto nivel buscamos dar una opción nueva en la zona, dejando una marca o recuerdo único en cada una de las personas que nos visitan. Nos enorgullece ver que nuestros huéspedes terminan su viaje contentos y agradecidos por nuestro servicio y por el tiempo que pasaron en el lodge”.
Con el negro, el verde y el rojo como distintivos, la hostería en chapa y madera posee cinco habitaciones dobles con baño privado. En el centro del edificio, un enorme salón invita a relajarse frente a la chimenea o a dejarse llevar con la postal cordillerana que ofrecen los ventanales. Por las mañanas, el ritual de don Milo Solís arreando a sus ovejas hasta el río acentúa el sello bucólico de Cholila.
Atentos hasta al más mínimo detalle que actualmente conforma el servicio en La Pilarica, los hermanos González Branca atravesaron con éxito su primera temporada turística y llegan firmes al verano 2025/2026. La excelente gastronomía es uno de sus secretos. “Tomamos una base argentina, con ingredientes regionales, pero mezclamos técnicas, ideas y procesos de otras cocinas, principalmente mediterránea y asiática”, explica Iñaki.
La propuesta incluye un menú de tres pasos, con platos que juegan con sabores y texturas. No faltan las opciones de carne, así como las recetas italianas reversionadas: pastas rellenas de hongos y morillas, vitello tonnato, lasagna, cannolis salados y panna cotta. También están muy presentes los ingredientes de la huerta familiar.
Más allá del entorno natural único, lo cierto es que La Pilarica, en su nueva gestión, está dejando su huella gracias a dos veinteañeros que se erigen como hospedadores de lujo, confiando en lo simple y en lo familiar para marcar la diferencia.
La Pilarica River & Mountain Lodge. Villa Lago Rivadavia. T: (294) 455-2979. Desde u$s 200 la doble con desayuno, u$s 280 con media pensión y u$s 340 con pensión completa. Ofrecen cabalgatas (u$s 80), flotadas de pesca guiadas (u$s 400 por balsa) y paseos en kayak, así como transfers in/out al aeropuerto.