
En una zona de Santiago de Surco, donde el tránsito moderno convive con silencios antiguos, se conserva la vieja estructura de la casa hacienda San Juan Grande, una construcción del siglo XVI que permanece en pie pese a los siglos. El conjunto sobrevivió a transformaciones económicas, conflictos y el lento desgaste del tiempo. Ahora, este espacio recibirá una intervención total que abrirá una nueva etapa para la comunidad local.
El impulso para recuperar el monumento nació del acuerdo entre la Municipalidad de Santiago de Surco y la Fundación Ignacia, propietaria del inmueble. La alianza propone proteger un patrimonio que forma parte del desarrollo histórico del distrito. Según el municipio, el proyecto busca “preservar y realzar este valioso patrimonio histórico, dotando a la comunidad de un nuevo atractivo turístico y cultural”.
El plan municipal obtuvo el visto bueno del Ministerio de Cultura y su ejecución iniciará en enero próximo. La propuesta no se limita a reforzar estructuras antiguas, pues apunta a transformar el lugar en un espacio cultural abierto para vecinos, limeños y visitantes nacionales e internacionales. En palabras oficiales, el objetivo es convertirlo en “un centro cultural, turístico y de esparcimiento”.
Un monumento con historia

La casa hacienda San Juan Grande se levantó en 1581. Representa uno de los últimos testimonios de las grandes propiedades rurales que marcaron etapas económicas y sociales del virreinato y los primeros años republicanos. El complejo incluye una casona principal, una iglesia, rancherías destinadas en su época a la población esclavizada, una huaca y amplias áreas verdes.
Durante varios siglos, la actividad agrícola sustentó el funcionamiento del lugar, con un énfasis en la producción vitivinícola. Con el paso de los años, la mayoría de estructuras sufrió deterioro. La iglesia sobresale como excepción, pues recibió una restauración en 1992 y cuenta con mantenimiento continuo de la Fundación Ignacia.
La zona también es recordada por un episodio registrado en la Guerra del Pacífico. Surco figuró entre los puntos estratégicos de defensa de Lima y en la casa hacienda se esperaban incursiones militares. En ese contexto, un niño de 13 años, Julio Escobar, se ofreció como vigía. Subió a un pino para seguir el movimiento enemigo y, según la narración histórica, la vigilancia lo expuso a un ataque. El menor cayó herido y su testimonio se convirtió en símbolo del distrito.
Tras el conflicto, la actividad agrícola retomó impulso y San Juan Grande fortaleció la producción de vid. Con el tiempo, Surco llegó a consolidar la segunda zona vitivinícola del país. En 1972, el inmueble recibió la declaración de Monumento del Patrimonio Cultural de la Nación. En la actualidad ocupa un área de 23,590 m², distribuida en las cuadras 10, 11 y 12 de la avenida Próceres, con acceso principal por el jirón Vista Bella.
Un nuevo destino turístico para Lima

La Municipalidad de Surco propone integrar el complejo restaurado a circuitos turísticos que refuercen la oferta cultural del distrito. La meta es impulsar actividades relacionadas con arte, historia y emprendimiento. El proyecto apunta a que el inmueble funcione como un espacio activo donde confluyan turismo, formación y producción local.
El plan incluye la restauración del frente de la casona y de las rancherías, además de la creación de una plaza con pérgola destinada a ferias gastronómicas y exposiciones. También considera estacionamientos, jardines, pasajes y un puente que permitirá el acceso directo a la huaca.
En el primer nivel de la casona se instalará una oficina de información turística y dos salas de exhibición. En el segundo nivel funcionará una sala de reuniones. Las rancherías contarán con un salón de usos múltiples, dos salas de exposición, un ambiente para audiovisuales, otra oficina turística, talleres vitivinícolas, cafeterías, espacios para actividades culinarias y un tópico.
De esta manera, la Municipalidad de Surco y la Fundación Ignacia impulsan un proyecto que, según sus propias palabras, permitirá “recuperar una parte importante de la historia del distrito y de Lima entera, proyectándola al futuro, fortaleciendo la identidad, cultura y tradición”.
