Hong Kong, 3 jun (EFE).- El jefe del Ejecutivo hongkonés, John Lee, advirtió este martes de que “toda actividad” debe acatar la ley y de que los actos que comprometan la seguridad nacional serán considerados delitos graves y enfrentarán una respuesta policial “inmediata y severa”, en vísperas del 36º aniversario de la represión de la Plaza de Tiananmen.
En su rueda de prensa semanal, Lee fue cuestionado sobre la posibilidad de que los hongkoneses conmemoren el 4 de junio de 1989, cuando Pekín sofocó las protestas prodemocráticas, «mediante actos como encender velas o portar ropa con lemas alusivos».
Sin entrar en detalles, el líder insistió en que no se tolerarán infracciones, especialmente bajo la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Pekín en 2020.
Consultado sobre si el simple hecho de visitar el Parque Victoria en Causeway Bay, histórico escenario de vigilias prohibidas desde 2020, podría implicar una violación legal, el mandatario se limitó a enfatizar el cumplimiento obligatorio de la normativa vigente.
La pregunta se originó tras denuncias de activistas que reportaron llamadas de las fuerzas del orden indagando sobre sus planes para el miércoles.
La postura del Ejecutivo consolida el cerco de las autoridades hongkonesas sobre cualquier intento de recordar Tiananmen, en un contexto de creciente vigilancia y restricciones a las libertades en la región administrativa especial.
En territorio chino, donde el debate sobre el suceso está fuertemente censurado, Hong Kong fue durante décadas el único lugar donde se podía recordar públicamente la represión.
No obstante, ahora la excolonia británica se prepara para un 4 de junio bajo estricta vigilancia, con una fuerte presencia policial en los alrededores del Parque Victoria, donde las autoridades han intensificado registros a personas, según reportes locales.
Es más, el año pasado cuatro individuos fueron detenidos en la controvertida fecha, en un contexto de crecientes restricciones.
La Alianza de Hong Kong en Apoyo de los Movimientos Patrióticos Democráticos de China, que organizaba las vigilias, se disolvió en septiembre de 2021 tras la detención de varios de sus afiliados.
La abogada y activista Chow Hang-tung, exvicepresidenta de la extinta Alianza, anunció el domingo en redes sociales el inicio de una huelga de hambre de 36 horas mientras se encuentra en prisión para conmemorar la fatídica fecha.
Chow, junto a dos exlíderes de la Alianza y la misma organización, enfrentan acusaciones de subversión bajo la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Pekín en 2020, que podrían acarrear cadena perpetua en caso de condena.
La legislación, incorporada directamente al marco constitucional de Hong Kong un año después de las protestas prodemocráticas en 2019, castiga actos de subversión, secesión, colusión con fuerzas extranjeras y terrorismo, definidos ampliamente.
Dicha norma ha otorgado a la policía amplios poderes, derivando en centenares de detenciones, nuevos precedentes judiciales y la desaparición de numerosas organizaciones de la sociedad civil.
Las autoridades de la urbe defienden que esta ha restablecido la estabilidad en la ciudad, rechazando las críticas de socios comerciales, Naciones Unidas y oenegés. EFE
