El Gobierno de Hungría ha denunciado que un bombardeo ucraniano ha provocado un corte en el suministro del petróleo ruso. «Este último ataque contra nuestra seguridad energética es atroz e inaceptable», ha proclamado el ministro de Exteriores, Péter Szijjártó.
El jefe de la diplomacia húngara ha explicado que ya se ha puesto en contacto con el viceministro de Energía ruso, Pavel Sorokin, quien le ha garantizado que están en marcha trabajos para recuperar una subestación eléctrica «esencial» para el funcionamiento del oleoducto.
«No saben cuándo podrán reanudar el suministro», ha explicado Szijjártó, en un mensaje en redes sociales en el que ha cargado directamente contra Ucrania, país al que ha querido «recordar» que también depende de la electricidad derivada desde Hungría.
Según Szijjártó, tanto Kiev como Bruselas llevan más de tres años «intentando arrastrar a Hungría a la guerra en Ucrania», un objetivo en el que enmarca estos ataques contra objetivos de la infraestructura energética.
«Seré claro: esta no es nuestra guerra. No tenemos nada que ver con ella y, mientras estemos al mando, Hungría quedará fuera de ella», ha sentenciado, en línea con la posición defendida durante este tiempo por el primer ministro, Viktor Orbán, uno de los pocos líderes europeos que no ha roto lazos con Rusia pese a la invasión de Ucrania.