Iara Lombardi, de La Voz: “La mirada de Lali fue épica, me enamoré”

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A los 25 años, Iara Lombardi logró conquistar tanto al jurado como al público argentino. Su presencia en el escenario, junto con la interpretación de canciones en distintos idiomas —con especial brillo en el italiano—, la posicionaron como una de las voces más prodigiosas del certamen. Entre ovaciones y elogios, robó todas las miradas: incluso la de Lali Espósito.

La intensa mirada de la coach se volvió viral y generó miles de comentarios en redes. Iara lo recordó con humor y sorpresa: “Épica la mirada de Lali. Una radiografía. Me enamoré. Fue como ‘Lali, pará un poco’. La verdad es que también me sorprendió mucho porque no la había visto. Yo intenté no mirar mucho porque estaba muy concentrada en la perfo en ese momento, y me acuerdo que cuando la vi me sorprendí”, recordó Iara.

Pero detrás de ese presente luminoso, hubo un camino marcado por decisiones difíciles. Iara confesó que el año pasado atravesó situaciones que la empujaron a animarse a dar el salto y dejar atrás los miedos: “Tuve una situación muy difícil con un integrante de mi familia, un momento donde ves por ahí la muerte un poco de cerca. Además, tuve también una cuestión física mía que me tuvo una limitación, un problema. Y fue como yo quiero, quiero vivir mis sueños en vida, ¿entendés? Yo no me puedo permitir seguir procrastinando lo que deseo hacer”.

Con esa determinación, hoy su voz no solo emociona, sino que también inspira. Gracias a su talento, el apoyo de su familia y la ayuda de los coaches.

— ¿Y por qué la elegiste a Lali como coach?

— Bueno, con Lali me pasó que yo no sabía quién iba a elegir cuando hice la audición. Claramente, no me estaban viendo a mí, mi aspecto, solo escuchaban mi voz. Siento que un poco, Lali, como que me vio el alma antes de verme físicamente, ¿viste? Entonces dije “bueno, sí, quiero ir con vos”. Ella es la reina del pop. O sea, ella es una eminencia hoy en día. Y siempre lo fue. Yo de chiquita ya la admiraba un montón. Creo que verla en persona también me hizo sentir muy familiar. Siento que tiene tanta fuerza y es una mina tan, tan plantada, que por momentos me siento identificada con ella en ese sentido.

— ¿Y cómo fue que llegaste al casting de La Voz?

— Al casting llegué porque primero tenía muchos amigos que me bombardeaban con que se venía La Voz, y yo ya venía años con eso, pero estaba un poco negada porque me daba mucho miedo la experiencia de que te estén evaluando. Siento que eso a veces a mí me inhibe un poco.

— ¿Por qué uno procrastina tanto un sueño?

— Uf, qué buena pregunta. Yo creo que porque escuchamos mucho el exterior y no tanto el interior, ¿viste? Creo que a veces procrastinamos por miedo al éxito. También a veces por no saber cómo gestionar las cosas buenas, porque capaz estás tan acostumbrado a vivir tantas cosas y en modo supervivencia, que después no sabés qué hacer con todo lo bueno. Tal vez sos re bueno gestionando lo malo, pero no te animás a ver qué onda con lo bueno. A veces es autoboicot.

— Y cuando tenés que traer emociones, ¿de dónde las traés? ¿Pensás en experiencias tuyas?

— En el caso del knockout, tenía como cuestiones personales que si las traía me rompía. No podía romperme en el escenario porque tenía que dar una perfo… Al mismo tiempo, el consejo de la coach era pensar en qué cosas iba a estar pensando cuando me suba al escenario, porque es importante estar tranquila con lo que estoy haciendo. Fue tratar de encontrarme entre todo eso. La verdad, fue un desafío complicado. Después de eso logré romper un poco esas barreras, pero fue un proceso, la verdad, no fue de un día para el otro. De todos esos momentitos, incluso de los errores, estoy orgullosa: los abrazo porque son pasos más para seguir conociéndome.

— Mencionaste tu relación con la ansiedad, ¿cómo la viviste en todo este proceso?

— En un momento de mi vida tuve que gestionar mucha ansiedad y hoy en día este debe ser el año que menos ataques de pánico habré tenido en mi vida. Creo que es por haberme permitido vivir esto, que fue algo que me gustaba hacer. Pero también fue una montaña rusa de emociones y hubo momentos en que me jugó muy en contra.

— ¿Qué edad tenías cuando comenzaron los ataques de pánico?

— Desde los 16, sí. En la secundaria, básicamente. Hubo un par de situaciones que lo dispararon. Más personales, pero el ambiente de la escuela no era el mejor. No crecí en un lugar piola para tener amigos o confiar, era un ambiente bastante hostil. En ese sentido, se me mermó un poco la seguridad en lo social. Hay cosas que me marcaron como piba… grupo de gente que se la agarraba con dos o tres personas y te hacían la vida imposible un año entero. Bullying, acoso, violencia física y verbal, amenazas…

— ¿Te llegaron a pegar?

— Sí, me llegaron a pegar. Sufrí en un momento violencia física por parte de unas compañeras. Ahí fue el momento más alto de violencia que soporté. Me costó un montón de años recuperarme porque hoy en día no me relaciono igual con la gente y no sé si algún día lo voy a volver a hacer. Igual, conservo dos o tres amistades de la secundaria.

— ¿En qué diferencias notás entre la Iara del secundario y la de ahora?

— Soy una piba mucho más fuerte hoy en día. Ya está… ojalá me hubiera sabido defender más antes, pero tampoco me voy a juzgar porque siempre fui respetuosa. Alguna que otra vez mandé a alguien a la mierda porque tampoco me voy a callar toda la vida, pero muchas veces me las comí sola. Nunca perdí mi pasión, que era cantar. Fue lo único que me sacaba a flote.

— Y en los malos momentos, ¿siempre estuvo la música?

— Sí, en los malos momentos siempre estuvo la música. Hubo un tiempo, creo que fue la cuarentena, que me instalé en casa y empecé a armar mi estudio. Fue mi nichito para quedarme y aprender más. Hoy en día es mi mundo, mi burbuja, mi lugar seguro.

— Vi que siempre estás acompañada por tu mamá, tu hermano… ¿Cómo te apoya tu familia en estos momentos?

— Mi familia es mi pilar, así que sí, a pie de cañón. Mi vieja es mi sol, es la persona que más cree en lo que hago desde que soy piba, muy chiquita. Mi viejo también, mi hermano, mi tía Vani… Ellas estuvieron en la audición; yo decía “tienen que estar ustedes”, porque desde siempre me dejaban bailar y cantar, hacer todos los shows. Cuando empecé a dar shows de forma seria, también estaban ahí. Es re lindo poder retribuir todo ese amor y acompañamiento en algo tan lindo, de decir “compartámoslo juntas ahora”. Estoy súper feliz y ellas también.

— ¿El apoyo es la clave del éxito?

— Sí, es un pilar. La verdad, no sería lo mismo si no tuviera ese acompañamiento y buenos consejos.

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