Ignacio de la Calzada, abogado, explica algunos de los abusos laborales que hacen los trabajadores: “Si no les dan los días de vacaciones, se van al médico, cogen la baja y se van de viaje”

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Una trabajadora se revela en su lugar de trabajo (Pexels)

El abogado laboralista Ignacio de la Calzada ha expuesto en uno de sus últimos videos publicados TikTok (@laboral_tips) varios de los comportamientos que, según su experiencia, pueden considerarse abusos laborales cometidos por parte de algunos trabajadores en diversas empresas. El experto ha aclarado desde el inicio que sus observaciones no buscan generalizar ni criminalizar al colectivo, sino identificar prácticas concretas: “No quiero decir que todos los trabajadores abusen y hagan esto, pero es totalmente real”.

Entre las prácticas más frecuentes señaladas, figura la estrategia de vincular bajas médicas con vacaciones. Según Ignacio, “muchísimos trabajadores, y esto me pasa con las empresas, les piden a sus empresas: ‘Oye, dame x días de vacaciones’, les dicen que no puede ser y no puede ser, y ¿sabes lo que hacen? Se van al médico, cogen la baja y se van de viaje. Y esto lo he podido ver y demostrar”. Este tipo de situaciones, según explica, refleja un patrón que termina afectando tanto al entorno laboral como a la credibilidad del sistema de bajas médicas.

Un trabajador cansado en la oficina (Pexels)

“He empezado a trabajar menos porque quiero que me despidan”

Entre los puntos que ha querido remarcar, el especialista laboral ha señalado el absentismo injustificado como otro de los motivos en este asunto. Detalló que algunos empleados adoptan rutinas de impuntualidad sistemática, iniciando la jornada después de la hora establecida sin comunicar ningún motivo. De la Calzada lo expresó así: “Tú tienes que empezar a las cinco y en vez de a las cinco, empiezas a las cinco y cinco, cinco y siete y diez. Y esto se toma como una costumbre”. Según explicó, la responsabilidad de corregir este tipo de hábitos recae en la empresa, que debería establecer límites claros.

Por otro lado, el fenómeno de la baja productividad intencionada fue otro de los puntos destacados. El abogado describió casos en los que los propios trabajadores reconocen esa decisión: “No, he empezado a trabajar menos porque quiero que me despidan”. Esta práctica encuentra un terreno complicado en la legislación laboral actual, ya que el despido por bajo rendimiento presenta dificultades probatorias y puede convertirse en un recurso para quienes buscan una indemnización.

Asimismo, el uso indebido de los recursos de la empresa representa otra de las conductas identificadas. De la Calzada ha relatado que existen empleados que utilizan bienes corporativos como ordenadores, material de oficina o combustible para actividades ajenas a la empresa, incluso para fines personales durante el tiempo libre. “Parece que a la empresa no le cuesta dinero las cosas. Entonces, muchos empleados, que no digo todos, pero unos cuantos, pues cogen y dicen: ‘Ay, mira, pues oye, yo cojo esto, uso la gasolina, cargo el jueves y tengo todo el fin de semana’”, apuntaba.

En el ámbito de la competencia desleal y la fuga de información, el especialista laboral expuso que ha observado situaciones donde los empleados que ya planean cambiar de compañía recopilan datos sensibles o listados de clientes: “Cojo, información de los clientes, etcétera, para beneficio propio, para poder montarse una empresa o para irse a otra, a la competencia…”, algo que puede tener complicaciones legales.

Otra de las irregularidades señaladas es la declaración ficticia de horas extraordinarias. Y es que, la manipulación de la jornada laboral conlleva tanto perjuicio económico como conflicto interno en las plantillas. A esto se suma la creación deliberada de ambientes conflictivos, catalizada por determinados individuos: “¿Cuántos tenéis al típico compañero de trabajo que la lía parda, que está generando todo el día mal rollo, mal ambiente…?”, preguntaba de la Calzada.

Para este ámbito, el uso del teléfono durante el horario de trabajo también constituye, en opinión del abogado, una de las prácticas más extendidas y motivo frecuente de fricción entre empleados y empleadores: “Esto lleva de cabeza a todas las empresas porque ven que todos los trabajadores están así y, oye, avisarles, advertirles, prohibir los móviles se pueden prohibir en el trabajo. Esto es un abuso. Bueno, es un, digamos, pues, bueno, mal uso”, aclaraba.

Finalmente, Ignacio ha alertado sobre la manipulación de justificantes médicos y el abuso de confianza, que pueden desembocar en sanciones o despidos. “He visto justificantes médicos de urgencias, bajas, una barbaridad. Y se han despedido gente por esto”, advertía en sus declaraciones. Por eso, “si eres empresa, lo que tienes que hacer es tomar medidas y cartas en el asunto. Esto no es legal y se puede prohibir, se puede limitar y evitar que tengas este tipo de problemas dentro de tu propia empresa. Que no os engañen”, concluía.

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