Un equipo de investigación reveló imágenes hasta ahora inéditas de Nadine Heredia en Lima. En una de las tomas, captada pocos días antes de su salida del país, se le ve con short de jean, polo oscuro y lentes de sol, relajada en un club. Aparece sentada, sonriente, sin el collarín ortopédico que luciría posteriormente en Brasil. En ese momento, nadie imaginaba que, en cuestión de días, su paradero estaría en otro continente.
Las imágenes fueron difundidas por el programa dominical Panorama, que detalló que las capturas correspondían a días previos al 15 de abril, fecha clave en el proceso judicial. Ese día, el Tercer Juzgado Penal Colegiado Nacional emitía su veredicto mientras Heredia cruzaba discretamente la puerta de la embajada de Brasil en Lima junto a su hijo menor. La sentencia fue leída sin la presencia de la acusada, aunque con el país pendiente del destino legal de la pareja presidencial.
Marco Aurelio de Carvalho, abogado brasileño y figura cercana al entorno de Luiz Inácio Lula da Silva, fue el responsable de asegurar la entrada legal de Heredia al país. Desde su despacho en São Paulo, confirmó que todo se había hecho con anticipación. “Ella está tranquila y descansando. Sabíamos que el proceso en Perú no había concluido y confiamos en que se comprobará su inocencia”, declaró.
Un ingreso planificado con respaldo político
La llegada de Nadine Heredia a la embajada de Brasil en Lima se produjo exactamente a las 11:15 de la mañana. El fallo judicial todavía no se leía por completo, pero la ex primera dama ya había cruzado el umbral de la sede diplomática con su hijo menor, Samín, de 15 años. A las 4:20 p.m. presentó formalmente su solicitud de asilo político.
La estrategia de Heredia evitó cualquier contacto con la policía o una posible orden de captura antes de ingresar a la embajada. En ese momento no existía un mandato firme que impidiera su salida del país, lo que permitió que el trámite se realizara bajo amparo legal. Una vez dentro, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú quedó sin margen de acción inmediata. La decisión final dependía del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Primeras imágenes desde Brasil
Dos días después de su ingreso a la embajada, la exprimera dama fue captada en Brasil. Las imágenes, difundidas por Canal N y la agencia AFP, la muestran en una calle de São Paulo, acompañada por su hijo. En esta ocasión, llevaba un collarín ortopédico y se mantenía en silencio ante las cámaras. Según un informe de TV Globo, Heredia y su hijo habían tomado un vuelo comercial desde Brasilia hacia el aeropuerto de Congonhas, una terminal aérea de uso frecuente dentro del país.
Se trata de la primera vez que se confirma su presencia fuera del Perú luego del fallo judicial. A diferencia de las imágenes anteriores en Lima, en esta ocasión no se mostró sonriente ni espontánea. Caminaba seria, resguardada por colaboradores brasileños. No se le escuchó declaración alguna.
La operación para su salida se habría puesto en marcha con días de anticipación. Una semana antes de la lectura de la sentencia, Heredia ya había presentado una solicitud de asilo, según confirmaron fuentes cercanas a su defensa. La coordinación con Carvalho permitió gestionar los documentos necesarios para activar el mecanismo diplomático.
El respaldo del entorno de Lula
El abogado que la representa no es una figura menor en el ámbito político brasileño. Marco Aurelio de Carvalho, además de ser coordinador del grupo Prerrogativas —un colectivo de abogados progresistas—, asesoró anteriormente al hijo del presidente Lula en temas judiciales. Esta cercanía fortaleció los vínculos entre la defensa de Heredia y las altas esferas del gobierno brasileño.
Consultado sobre el futuro legal de su clienta, Carvalho sostuvo: “La sentencia en Perú está contaminada. Es un proceso con motivaciones políticas, sin las garantías necesarias para una defensa justa”. Enfatizó que la decisión del gobierno de Lula es coherente con la política exterior brasileña sobre protección de perseguidos políticos.
El abogado añadió que el asilo fue otorgado no solo a Nadine Heredia, sino también a su hijo menor, bajo el principio de unidad familiar. En su opinión, el caso evidencia una persecución basada en el rol político que tuvo Heredia durante el gobierno de su esposo. “Ella fue convertida en blanco por su protagonismo, no por delitos comprobados”, sostuvo.