Un futuro de incertidumbre se proyecta sobre el Hospital Naval, el tradicional centro médico de alta complejidad que la Armada creó hace 79 años frente al Parque Centenario. En las últimas semanas se potenció un conflicto de imprevistas derivaciones, a partir de la decisión de las autoridades navales de disolver a fin de año el convenio con la Fundación de Sanidad de la Armada (Fusana), que desde hace 34 años participa de la gestión de la institución, para optimizar la capacidad ociosa del centro de salud.
“El Hospital Naval no se cierra, ni se privatiza”, afirmaron a LA NACION fuentes cercanas a la conducción de la Armada. Pese a ello, no está resuelto qué pasará con unos 500 médicos, enfermeros, instrumentistas y otros profesionales de la salud del Hospital Naval que fueron contratados por la citada fundación. La mayoría de ellos perdería sus puestos de trabajo a fin de año, con el riesgo de que nadie se haga cargo del pago de indemnizaciones, que alcanzarían los $20.000 millones, según las estimaciones de la organización sindical y de Fusana, conducida desde 1991 por marinos retirados.
“La motosierra llega al Hospital Naval”, denunció el delegado gremial Marcelo Rojas, licenciado en enfermería y representante de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), el gremio que a nivel nacional conduce Héctor Daer, uno de los caciques de la CGT. La entidad sindical convocó a un paro de actividades para este jueves, con el fin de visibilizar el estado de incertidumbre que rodea al Hospital Naval, una institución que atendió a las víctimas y heridos del incendio de Cromañón, en 2004, y de la tragedia ferroviaria de Once, en 2012, entre otras emergencias.
Los interrogantes sobre el destino del Hospital Naval, que lleva el nombre de “Cirujano Dr. Pedro Mallo”, se plantean en medio de la profunda crisis que jaquea a la obra social de los militares, el Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (Iosfa), que mantiene cortadas las prestaciones médicas de alto costo y afronta una deuda de $160.000 millones.
Según supo LA NACION, el propio Daer participó de una reunión en la Casa Rosada, el 22 de mayo último, con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, junto al ministro de Defensa, Luis Petri, a quien los representantes gremiales le plantearon sus temores por las cesantías y le reclamaron por las indefiniciones que jaquean al Hospital Naval. También estuvo el jefe del Estado Mayor General de la Armada, almirante Carlos María Allievi.
En la Armada explicaron a LA NACION que la decisión de disolver el convenio marco de 1991 con la Fundación de Sanidad Naval se fundamenta en la necesidad de “poner en regla” la gestión de la sanidad naval.
“En febrero pasado se le notificó a Fusana el cese de actividades a partir del 31 de diciembre próximo, para poder realizar una transición ordenada de su personal administrativo y de salud, que fueron incorporados progresivamente a lo largo de los años y bajo su dependencia”, dijeron las fuentes navales. La Armada considera que es personal de una fundación privada y no personal civil contratado por la fuerza naval.
El temor que transmite el personal de la salud es que los recortes y reducciones terminen restringiendo el funcionamiento del Hospital Naval a prestaciones básicas mínimas, como una suerte de “sala de primeros auxilios”, similar a las actividades limitadas que, según denuncian sectores gremiales, se registran en el Hospital Aeronáutico, en Nueva Pompeya.
El reclamo en el hospital
La semana pasada hubo asambleas en la vereda del Hospital Naval, sobre la avenida Patricias Argentinas, para exteriorizar las demandas de los profesionales y técnicos afectados. “Vamos a demostrar el desagrado con el avance de la iniciativa de la Armada”, advirtió Javier Pokoik, secretario gremial de ATSA.
La fundación Fusana fue creada en 1991 por la Armada para aprovechar la capacidad ociosa y optimizar el centro de salud. A través de ella, el hospital atiende a afiliados de Iosfa y de otras 70 obras sociales y empresas de medicina prepaga. Así, recauda fondos que permiten el sostenimiento del hospital, lo que se refleja en la contratación de médicos y profesionales de la salud, además de la compra y el alquiler de equipos y aparatos sanitarios de alto costo, que fueron cedidos en comodato al Hospital Naval.
El hospital tiene 350 camas de internación –aunque en la actualidad no cubre más de 150–, diez quirófanos, dos laboratorios, consultorios externos de 39 especialidades, además de un resonador, tomógrafo, medicina nuclear, diálisis, radioterapia y cámara hiperbárica. En mayo se realizaron 816 cirugías y 33 partos, informaron fuentes del establecimiento. Y estimaron que en el primer semestre se realizaron 126.000 consultas ambulatorias.
Entre los médicos y enfermeros afectados por las posibles reducciones en el hospital, preocupa la licitación convocada para tercerizar en una empresa privada las tareas que hoy realiza Fusana, con el fin de “contratar el servicio de gerenciamiento de recursos humanos”, denunciaron fuentes cercanas a la fundación.
Según se informó, la única firma que se presentó en esa convocatoria fue Confederada Salud SRL, de Bahía Blanca, que en marzo pasado fue dada de alta como proveedora del Estado y presentó un presupuesto de $1646 millones. “Esa misma empresa también se ofreció en otra licitación para contratar médicos, con una propuesta por $585 millones. Esa misma entidad estaba habilitada para ofrecer servicios de medicina prepaga, pero la Superintendencia de Salud le dio de baja en mayo pasado por incumplir la ley que regula la actividad, denunció una fuente gremial.
La posición de la Armada
Al insistir en que el Hospital Naval “no se cierra, ni se privatiza”, fuentes navales indicaron, por el contrario, que “se lo está poniendo en valor, planificando y ejecutando obras para su mejora”, como lo muestran el reemplazo de escaleras mecánicas, el cambio de pisos de la guardia médica, la recuperación del lavadero, la impermeabilización de techos y la recuperación de salas de internación de camas abiertas del sexto piso, entre otros trabajos.
También indicó la Armada que el Hospital Naval “está ofreciendo para 2026, a través de la Universidad de Buenos Aires, la misma cantidad de residencias médicas que en años anteriores”.