El Aeropuerto Internacional de Miami (MIA, por sus siglas en inglés) enfrenta un escenario incierto tras la entrada en vigor de una nueva política migratoria impulsada por Donald Trump. A poco de cumplirse seis meses del inicio de su segundo mandato, el presidente ha firmado una proclamación que restringe severamente la entrada a ciudadanos de Haití, Cuba y Venezuela, entre otros países, con un enfoque específico en seguridad nacional y control fronterizo.
Trump refuerza la política migratoria con nuevas restricciones
La proclamación presidencial, firmada el 4 de junio, está titulada como una “restricción de entrada para proteger a EE.UU. de amenazas extranjeras” y apunta a países considerados con fallas significativas en el control de identidad, intercambio de información y cooperación con procesos de deportación. La administración Trump ha justificado esta política como parte de un esfuerzo por reforzar la seguridad fronteriza y prevenir riesgos asociados al terrorismo y la inmigración irregular.
Según el comunicado oficial, se suspende o limita el ingreso de ciudadanos de 19 naciones tanto como inmigrantes como no inmigrantes. Las visas afectadas incluyen categorías turísticas y académicas, como B-1/B-2, F, M y J.
Si bien hay excepciones, como residentes permanentes legales y ciertos casos diplomáticos o humanitarios, la mayoría de los solicitantes y titulares de visa de estos países enfrentan un acceso restringido.
La medida comenzó a aplicarse este lunes 9 de junio de 2025 y ha generado interrogantes en las aerolíneas, autoridades locales y, sobre todo, en los viajeros que ya contaban con visas válidas emitidas antes de esta disposición. Aunque técnicamente sus documentos siguen siendo reconocidos, será el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) el que evaluará caso por caso si se les permite la entrada al país.
El limbo migratorio en el aeropuerto de Miami
El MIA, que actúa como principal punto de conexión entre EE.UU. y el Caribe, se encuentra en el centro de esta crisis. Cada semana, recibe decenas de vuelos provenientes de Haití, Cuba y pasajeros venezolanos que llegan mediante rutas indirectas.
De acuerdo con El Nuevo Herald, el viernes anterior a la entrada en vigor del veto, al menos 14 vuelos procedentes de La Habana y uno desde Cap Haitien estaban programados para aterrizar en Miami. Aunque no hay viajes comerciales directos entre Venezuela y EE.UU., muchos ciudadanos venezolanos llegan a través de escalas en países vecinos como Panamá, México, República Dominicana o Colombia.
Por ello, el impacto de las nuevas disposiciones en el MIA no se limita a los pasajeros que abordan vuelos desde ciudades con conexión directa, sino que se extiende a todos los que transitan desde las naciones afectadas.
La falta de claridad sobre la implementación del veto ha generado confusión entre viajeros, operadores aeroportuarios y personal de las aerolíneas. Algunas compañías, como Delta Air Lines, han evitado pronunciarse directamente y remitieron las consultas al Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), la autoridad encargada de decidir si un viajero puede ingresar.
Las razones detrás del veto de Trump a los viajes
El informe oficial que respalda la proclamación presidencial destaca varios motivos para restringir el ingreso desde Haití, Cuba y Venezuela:
- Haití: el gobierno de Estados Unidos considera que el país caribeño no dispone de una autoridad central confiable para compartir datos criminales o de identidad. Además, se reporta una alta tasa de sobreestadía de visas y una gestión deficiente de documentos de viaje. El veto implica una suspensión total para viajeros haitianos.
- Cuba: fue designada como estado patrocinador del terrorismo, lo que agrava la evaluación de sus ciudadanos. La administración estadounidense destaca la negativa histórica del gobierno cubano a aceptar repatriaciones y su baja colaboración en procesos migratorios. Las visas tipo B, F, M y J están suspendidas de manera parcial para los nacionales de la isla.
- Venezuela: el argumento principal es la falta de una autoridad central funcional y la escasa cooperación con procesos de repatriación. Se agregan preocupaciones sobre la autenticidad de pasaportes y documentos de identidad emitidos. Al igual que con Cuba, la restricción aplica principalmente a visas de turismo, estudio y visita de intercambio.
Aunque la proclamación es amplia, también establece una lista de excepciones. Pueden ingresar, por ejemplo, personas con residencia permanente legal, ciudadanos con doble nacionalidad que viajan con pasaporte de un país no restringido, diplomáticos, atletas en eventos oficiales y algunos casos de reunificación familiar.
También se consideran excepciones discrecionales, caso por caso, en situaciones donde se justifique un interés nacional específico o razones humanitarias de peso. No obstante, la falta de lineamientos claros hace que el proceso sea incierto para muchos.