El escándalo protagonizado por hinchas de Independiente y la Universidad de Chile, por el desquite de los octavos de final de la Copa Sudamericana, terminó con un partido cancelado y un fuerte castigo para el club argentino. La resolución, tras los graves incidentes que se vivieron en la noche del 20 de agosto pasado en el estadio Libertadores de América, derivaron en un fallo de la Conmebol que sancionó al Rojo, que quedó descalificado del certamen.
Esa fue la decisión de la entidad luego de la audiencia que se realizó hace un par de días en la sede de la Conmebol en Luque, Paraguay, en la que participaron dirigentes y abogados de Independiente y Universidad de Chile para explicar de manera presencial lo que, de acuerdo con sus criterios, sucedió hace dos semanas en Avellaneda.
El ente rector del fútbol subcontinental había solicitado extrema confidencialidad sobre lo dicho en la sala en la que se realizó el encuentro aunque, en principio, no se añadió mucho a los descargos que los dos clubes habían remitido por escrito. “Todo el mundo sabe lo que viene diciendo cada una de las partes y no hubo nada nuevo. Nosotros pudimos reiterar nuestra verdad y los abogados estuvieron muy bien”, señaló Néstor Grindetti, el presidente de Independiente. “Estamos tranquilos. Expusimos nuestros argumentos de forma clara y concisa. Yo me voy contento”, dijo a su vez Michael Clark, titular de Azul Azul, la gerenciadora de Universidad de Chile.
El principal argumento que fundamentaba la posición de la U es que en todos sus fallos Conmebol hace pagar las consecuencias al club organizador, y de hecho, varias entidades chilenas han recibido sanciones por desmanes cuando actuaron como locales (Colo Colo fue la última, este año).
Mientras las especulaciones sobrevolaban Luque, en Argentina la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) decidió prohibir en la provincia de Buenos Aires el ingreso de público visitante para los partidos que allí juegue Universidad de Chile hasta el 31 de diciembre de 2027, y la concurrencia a espectáculos deportivos a 41 individuos (identificados con nombre, apellido, número de DNI y, en algunos casos, domicilios) como integrantes de la barra brava de Independiente, que agredió de manera salvaje a los hinchas chilenos en la tribuna Pavoni alta.
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