Después de varias semanas de turbulencia, Independiente recibió una buena noticia este miércoles: la justicia ordenó el levantamiento de la clausura de su estadio, medida que había sido tomada tras los graves incidentes que llevaron a la cancelación del partido ante la U de Chile, correspondiente al desquite de los octavos de final de la Copa Sudamericana, el 20 de agosto. De esta manera, el conjunto dirigido por Julio Vaccari podrá jugar en el Libertadores de América con público el encuentro ante Banfield, el sábado, a las 16.45, en el regreso de la Liga Profesional luego de la pausa por la fecha FIFA. Sin embargo, la alegría no fue completa para los socios del Rojo. Luego de la decisión, la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide), dependiente del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, ordenó la inhabilitación por dos partidos de las tribunas Pavoni (Alta y Baja), donde se produjeron los incidentes aquella noche.
El fin de la clausura fue pedido por el fiscal de la causa, Mariano Zitto, a partir de la presentación de un Plan Operativo de Seguridad presentado por el club, en conjunto con los órganos de seguridad (Aprevide y policía bonaerense), además de un representante de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
“En el análisis del contenido técnico específico me debo allanar a que el acuerdo se encuentra revisado y supervisado por aquellas autoridades que poseen las herramientas y el suficiente conocimiento sobre la mejor manera de prevenir desbordes que no escalen a la magnitud de los graves acontecimiento que sirvieron como límite para así decidir, ello dentro del complejo contexto social en la que se enmarca la violencia que, lamentablemente, aún golpea al fútbol argentino”, dice una parte del dictamen del fiscal.
En el plan se destaca que la seguridad dentro del estadio seguirá a cargo de personal privado, pero que la policía bonaerense intervendrá en caso de que la magnitud de los incidentes lo requiera. Según el dictamen, Independiente “contará con personal de seguridad privada habilitado, cuya función principal será gestionar al público y actuar en contingencias leves. En todas las contingencias graves o emergencias que requieran el uso de la fuerza, principalmente en el restablecimiento del orden público, su función será complementaria y auxiliar respecto de las fuerzas de seguridad, que tendrán la primacía operativa. Corresponderá al personal de seguridad privada indicar a las fuerzas policiales los accesos y sectores específicos por los cuales deberán ingresar en caso de resultar indispensable proceder al restablecimiento del orden…”.
En la resolución del informe referido por Zitto al juez jurisdiccional, doctor José Luis Arabito, se brinda una de las razones principales de la clausura: “Resaltar, nuevamente, tanto a los involucrados como a la afición del Club Independiente que el motivo de clausura solo fue en el convencimiento de la urgencia de contar –de cara al futuro- con un mejor plan de prevención que permita que la concurrencia al Estadio sea solo un motivo de alegría familiar en el aliento y el amor a su Club y no un acto de valentía o supervivencia frente a pocos que con el terror callan los cánticos y gritos de fervor de decenas de miles de personas a merced de esos grupos de violentos que ensombrecen el espíritu deportivo».
Horas más tarde, Aprevide informó la inhabilitación de las tribunas Pavoni Alta y Pavoni Baja para los dos partidos que actúe como local (este sábado con Banfield y el domingo 21 ante San Lorenzo), debido a los incidentes registrados en esos sectores en el encuentro ante la U de Chile. Además, prohibió de manera indefinida el ingreso de “instrumentos musicales, tirantes, telones, banderas, y cualquier otro elemento que requiera autorización, permitiéndose solamente banderas de 2 metros por 1″.