Por primera vez en cinco años, un avión volvió a unir directamente los cielos de India y China. El vuelo 6E1703 de la aerolínea india IndiGo despegó este domingo a las 22:00 (hora local) desde Calcuta con destino a Cantón, marcando el restablecimiento de las conexiones aéreas entre ambos países tras una suspensión por la crisis fronteriza de 2020. Según el portal Flightradar24, el vuelo tiene previsto aterrizar en Cantón a las 04:05 del lunes (20:05 GMT del domingo).
La reanudación de las rutas directas llega tras un acuerdo alcanzado el pasado 19 de agosto entre Nueva Delhi y Beijing, que busca normalizar los vínculos tras años de desconfianza. Las relaciones se rompieron en junio de 2020, cuando un violento enfrentamiento en el valle de Galwan, en el Himalaya, dejó al menos veinte soldados indios y cuatro chinos muertos, en el peor choque militar entre ambas potencias en más de cuatro décadas.
Aquel episodio congeló los contactos diplomáticos y económicos. Los vuelos fueron suspendidos, el comercio transfronterizo quedó reducido a mínimos y ambos países desplegaron miles de soldados en la Línea de Control Real, la frontera de facto que separa sus territorios.
El deshielo comenzó a gestarse este año. En agosto, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, viajó a Nueva Delhi para participar en un encuentro bilateral que concluyó con la firma de acuerdos sobre conectividad aérea y apertura comercial. Poco después, el primer ministro indio, Narendra Modi, asistió en Tianjin a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), en su primera visita a China en siete años. Allí mantuvo una reunión con el presidente Xi Jinping, un gesto simbólico destinado a mostrar que ambos gobiernos buscan reabrir canales de diálogo.
El restablecimiento del tráfico aéreo es también una señal de pragmatismo. China continúa siendo uno de los principales socios comerciales de India, pese a los litigios fronterizos y a la creciente competencia tecnológica y geoestratégica entre ambos. Según datos del Ministerio de Comercio indio, el intercambio bilateral alcanzó en 2024 los 136.000 millones de dólares, con un déficit de más de 80.000 millones para Nueva Delhi.
La decisión llega, además, en un contexto de tensiones globales por la política comercial de Estados Unidos. Desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Washington ha endurecido su estrategia arancelaria frente a los productos chinos e indios, con gravámenes del 50 % para ambos países. Sin embargo, según medios locales, India y Estados Unidos se encuentran en una fase “avanzada” de negociación para reducir esas tarifas hasta el 15 %.
Hasta esa ofensiva proteccionista, Nueva Delhi era vista por la Casa Blanca como un aliado clave para contener la influencia de Beijing en el Indo-Pacífico. Pero la nueva política comercial de Trump ha forzado a India a reequilibrar su estrategia exterior. En ese marco, la distensión con China representa una maniobra táctica: recuperar espacio económico y proyectar autonomía frente a la volatilidad estadounidense.
El regreso de los vuelos directos —Calcuta–Cantón es el primero, pero se prevén rutas hacia Shanghái y Beijing en los próximos meses— también busca revitalizar el turismo y los intercambios empresariales. Antes de la pandemia y del conflicto del Galwan, más de un millón de viajeros cruzaban anualmente entre ambos países por motivos laborales o académicos.
Pese al gesto de acercamiento, los analistas advierten que la reconciliación es aún frágil. Persisten desacuerdos territoriales, desconfianza militar y rivalidad por la influencia en Asia meridional. El restablecimiento de los vuelos, sin embargo, introduce un elemento de normalización que podría allanar futuras negociaciones sobre seguridad fronteriza.
Para Nueva Delhi, mantener abiertos los canales diplomáticos y comerciales con su mayor competidor regional es una cuestión de equilibrio estratégico. Para Beijing, en cambio, representa la oportunidad de reconstruir lazos en un momento en que su economía enfrenta un crecimiento más lento y tensiones con Occidente.
En los cielos asiáticos, el vuelo 6E1703 simboliza algo más que una conexión aérea: es el intento de dos potencias rivales de retomar el diálogo, no por afinidad, sino por conveniencia mutua.