La “letra chica” del aumento a los jubilados encendió las alertas entre las pequeñas y medianas empresas. En la nueva ley, sancionada anoche por el Senado, se prevé que para fondear parte de los haberes se elimina la exención del impuesto a las ganancias de la que se beneficiaban las compañías que aportan a los Fondos de Riesgo de las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR). Estos fondos representan, nada más y nada manos, que el respaldo crediticio para que las pymes más chicas puedan acceder al financiamiento bancario.
El Gobierno también se hizo eco de la noticia. “Inentendible. Hoy hablábamos con Santiago Bausili [presidente del Banco Central] de esto. Los ‘nacionales y populares’ destrozando el financiamiento a las pymes y la producción nacional. ¡No pueden haber quedado más en evidencia ayer! (SIC)”, se expresó el ministro de Economía, Luis Caputo, a través de la red social X.
En concreto, se trata de un instrumento público-privado que vincula los aportantes del capital (llamados los socios protectores) con las pymes (que son los socios partícipes). Generalmente, las grandes empresas aportan a un fondo de riesgo para garantizar créditos bancarios y bursátiles para las pymes, una práctica que les permite deducir el 100% de Ganancias por los aportes que hagan a una SGR.
Por su parte, las Sociedades de Garantía Recíproca realizan la evaluación crediticia de las pymes y les dan el aval en créditos bancarios, cheques de pago diferido, pagarés bursátiles y obligaciones negociables pymes. En caso de que el emprendimiento no pague, el Fondo de Riesgo se hace responsable.
Inentendible @SalvaDiStefano
Hoy hablábamos con Santiago Bausili de ésto.
Los “nacionales y populares” destrozando el financiamiento a las Pymes y la producción nacional.
No pueden haber quedado más en evidencia ayer! https://t.co/hYMsqFC1Yw— totocaputo (@LuisCaputoAR) July 11, 2025
Sin embargo, los expertos advierten sobre un efecto dominó si la medida se mantiene. Sin el incentivo fiscal, los socios protectores retirarían sus fondos. Sin Fondos de Riesgo, las SGR no podrían emitir nuevos avales. Y sin avales, los bancos cortarían el crédito a las pymes o les encarecerían las tasas de interés.
“Va a ser muy difícil la subsistencia del sistema. Sin este beneficio, es difícil seducir a una empresa que invierta en activos de tanto riesgo, ya que invertir en las pymes a las que nosotros avalamos para que les presten la plata es el riesgo más alto del segmento empresario. Tampoco es que las grandes empresas ponen la plata en un fondo como socio protector y ‘ganan’ el 35% del impuesto a las Ganancias, porque con ese dinero se avalan todas las operaciones. Y si la pyme deja de pagar el crédito, la plata sale del fondo y ese beneficio empieza a achicarse”, explicó Ignacio Pérez Riba como vocero de la Cámara Argentina de Sociedades y Fondos de Garantía (Casfog).
Según datos del sector, el costo bruto anual del beneficio impositivo para que las compañías financien los Fondos de Riesgo no supera los US$136 millones, equivalente a poco más del 0,02% del PBI argentino (estimado en US$680.000 millones). El objetivo de los legisladores es financiar parte del aumento a los jubilados con este recorte.
“Con esto se mata un sistema que, por cerrarlo, el Estado va a recaudar menos que si lo deja abierto. Las SGR, cuando cerramos balances, somos sujetos de impuesto y pagamos Ganancias como cualquier empresa. Cuando le facturamos una comisión a los socios protectores, lo facturo con IVA. También pagamos Ingresos Brutos. Y además, la micropyme que recibe un aval para comprarse una camioneta, va a pagar IVA cuando pague la factura. Entonces, es todo un derrame de impuestos detrás de nuestros créditos que compensa con creces el beneficio fiscal”, consideró Rafael Galante, presidente de Crecer SGR.
Aunque es un sistema poco conocido, uno de cada tres créditos otorgados a mipymes en la Argentina cuenta con un aval de una Sociedad de Garantía Recíproca. Actualmente, el sector tiene una capacidad de respaldo que permite movilizar el financiamiento para las micro y pequeñas empresas por más de US$3400 millones.
“Cuando uno mira el mercado de crédito en la Argentina, es una lágrima. El tamaño del crédito del sector privado, donde las pymes son solo una parte, es de menos del 10% del PBI. En Chile es diez veces más, en Brasil se multiplica por ocho. Es un tremendo problema de financiamiento, que tiene que ver con que el Estado, durante tanto tiempo, absorbía todo el crédito disponible con su beneficio fiscal y con el que teníamos recurrentes crisis e inestabilidad. La forma en la que acceden las pymes al crédito, en gran medida, es con las SGR. Con esto se mata o afecta negativamente el poquito crédito a pymes que hay, cuando generan el 95% del empleo y no tienen cómo financiarse”, sumó Guido Sandleris, presidente de la Fundación Ecosur, profesor de la Universidad Di Tella y expresidente del Banco Central.
Para Pérez Riba, el gran problema que tienen las microempresas a la hora de buscar financiamiento es que tienen parte de sus operaciones en la informalidad por el alto costo impositivo, por lo que no tienen un historial de ingresos completo para mostrárselo al banco. Si el sistema de SGR se cae, las pymes tendrán que volver a endeudarse a una tasa del 85% nominal anual (en vez del 45%) en el sistema de cooperativas o el sistema informal.
“Las SGR otorgan garantías a empresas, en su gran mayoría pymes, para la obtención de créditos para producción e inversión, articulando entre el tomador y el banco otorgante. Este otorgamiento de garantía obviamente tiene un costo comisional, que se vería incrementado por la eliminación de la exención y sería un mayor costo para las pymes”, dijo Salvador Femenía, secretario de Prensa de Cámara Argentina de la Mediana Empresa (Came). Más de 100.000 mipymes fueron asistidas por el sistema de SGR en los últimos años.
Para Sandleris, la desgravación del impuesto a las Ganancias “es como subir un impuesto”. En vez de buscar un recorte de gasto para mejorar la situación fiscal, el proyecto de ley lo que hizo fue eliminar un costo tributario que “está ayudando a financiar a las pymes”.
“Toda empresa que arranca es una pyme. Donde no hay crédito y tampoco hay un mercado de capitales, se tiene un país más desigual e injusto. Porque sin financiamiento para alguien que tiene una buena idea para arrancar, se genera que solo empiezan aquellos proyectos que ya tienen plata. Emprender es clave para que la economía crezca, sea dinámica, surjan nuevas ideas y se inventen nuevas cosas. Diría que hay que tratar de preservar las poquitas cosas que más o menos funcionan en lo que es crédito a pymes», cerró.