Un nuevo y llamativo episodio de intento de contrabando se dio en las últimas horas en los alrededores de la cárcel de Bouwer en la provincia de Córdoba, cuando un drone que transportaba dos teléfonos celulares fue hallado colgado de un tendido eléctrico cercano al penal.
El descubrimiento fue realizado por personal de patrullaje preventivo que recorría la zona. Al detectar el artefacto suspendido en los cables, dieron aviso a las autoridades. Una vez que lograron bajarlo, constataron que el dron llevaba una carga que consistía en dos dispositivos móviles, presuntamente destinados a ingresar de manera ilegal al establecimiento penitenciario provincial.
Este insólito “delivery aéreo” no es un hecho aislado. Las autoridades penitenciarias cordobesas sospechan que el drone tenía como destino final la prisión de Bouwer, ya que no es la primera vez que se detectan intentos similares en cárceles de la provincia mediterránea.
Días atrás, en la cárcel de Villa María, dos hombres fueron detenidos tras intentar arrojar un paquete con drogas al interior del complejo penitenciario. En ese operativo, se secuestraron 625 dosis de marihuana y cinco de cocaína, lo que refuerza la preocupación por el uso de métodos cada vez más sofisticados para vulnerar la seguridad carcelaria.
La Policía de Córdoba y el Servicio Penitenciario continúan investigando el origen del drone y si hay internos involucrados en la maniobra. Mientras tanto, se refuerzan los controles en las inmediaciones de los penales para prevenir nuevos intentos de ingreso de elementos prohibidos.
🚨 Insólito: próximo a la cárcel de Bouwer se observó un drone con dos celulares atascado en el tendido eléctrico.
🚔 Fue detectado durante un patrullaje preventivo. pic.twitter.com/XQz8qUsDrT
— Policía de Córdoba (@PoliciaCbaOf) June 30, 2025
El caso de las palomas en Santa Fe
Hace un año, en Santa Fe, los vecinos se sorprendieron por una paloma que no podía volar. Al atraparla, se dieron cuenta de que tenía atada en sus patas un celular. Ocurrió en Coronda, localidad donde se encuentra la segunda cárcel más grande de Santa Fe.
La paloma se caía cada vez que movía sus alas, y quedó atrapada en un techo. La razón era que el mensaje que debía llevar al penal era pesado: un teléfono. En la policía sospechan que un preso contrató a un colombófilo para que con palomas mensajeras ingrese cosas prohibidas a la Unidad Penitenciaria N°1, como drogas y teléfonos móviles.
Estas nuevas estrategias de los presos de usar métodos antiguos, como palomas mensajeras, para ingresar teléfonos o estupefacientes en la cárcel es producto de los mayores controles que se establecieron en las penitenciarías santafesinas, donde los reclusos de alto perfil no pueden recibir alimentos de las visitas, algo que se conoce en la jerga carcelaria como “bagayos”. Según fuentes del Servicio Penitenciario de Santa Fe, los celulares y la droga se ingresaba en la mayoría de los casos bajo esta metodología.
El uso de palomas mensajeras fue advertido por las autoridades del Ministerio de Seguridad de Santa Fe, cuando arrancaron la gestión en diciembre pasado. Según informaron fuentes de esa cartera a LA NACION, llamó la atención la enorme comunidad de este tipo de aves que hay en la cárcel de Coronda. “Hay criaderos de palomas mensajeras dentro del penal y es muy difícil combatirlas. Hace poco más de un mes se hizo una requisa específica para detectar palomas mensajeras. Se secuestraron centenares de palomas que fueron liberadas a varios kilómetros de la cárcel para evitar que vuelvan”, afirmaron del Ministerio de Seguridad.
Ante las complicaciones para entrar celulares y sustancias prohibidas, los presos empezaron a usar métodos alternativos, entre ellos, las palomas mensajeras, aunque parezca increíble. Eso es lo que se detectó el lunes pasado en la localidad de Coronda, cuando un grupo de vecinos divisó que una paloma tenía dificultades para levantar vuelo, porque tenía algo amarrado a sus patas.