Conectar con colegas fuera del trabajo puede ser una tarea complicada, especialmente para los líderes. Por un lado, puede ser un medio rápido para crear relaciones más personalizadas y vínculos más fuertes. Los estudios demuestran que conectar fuera del ámbito laboral puede ayudar a los líderes y empleados a prosperar en su trabajo y mejorar el rendimiento del equipo. Por otro lado, los líderes (¡con razón!) perciben que desdibujar las líneas entre el trabajo y la vida personal conlleva riesgos reales. En el contexto incorrecto, estos encuentros pueden generar interacciones incómodas que perjudiquen las relaciones laborales o incluso pongan en peligro una imagen profesional que ha llevado años construir.
Como investigadoras, hemos pasado años explorando si este tipo de desdibujamiento de límites puede ser un riesgo que valga la pena asumir, y de qué manera. Descubrimos que un factor clave que determina el resultado de estas interacciones es dónde ocurren estas conexiones.
Los resultados de nuestro estudio de varios años, en el que entrevistamos a líderes organizacionales y empleados de una amplia variedad de profesiones en Estados Unidos y Europa, revelaron cuatro características de los entornos no laborales que son cruciales para obtener los beneficios de las interacciones que desdibujan los límites, al tiempo que se minimizan los riesgos. Específicamente, estos entornos no laborales son:
1. Flexibles: El entorno puede usarse de muchas formas para satisfacer las necesidades de las personas, como una clase de yoga para todos los niveles cerca de la oficina o una plataforma en línea que se puede usar cuando y donde sea conveniente.
2. Legítimos: El entorno es percibido como socialmente aceptable por otros en el lugar de trabajo, como un club de lectura o un club de corredores.
3. Virtuosos: El entorno es considerado intrínsecamente bueno o moral, como un gimnasio, una biblioteca o una organización sin fines de lucro.
4. Lúdicos: El entorno despierta una sensación de diversión y juego, como un festival en un parque o una clase de improvisación.
Cuantas más de estas características tengan los espacios no laborales, mayor será su potencial para funcionar como lo que denominamos un «entorno de contención relacional», es decir, un entorno no laboral que ayuda a los colegas a vincularse al aliviar las emociones desagradables asociadas con el desdibujamiento de sus vidas laborales y no laborales. Nuestro estudio descubrió que cuando los líderes y empleados conectan en un entorno de contención relacional, esto puede fortalecer las relaciones, ofrecer un mejor acceso a la información y crear oportunidades para un avance profesional más rápido.
A medida que los límites entre la vida laboral y no laboral se vuelven más porosos, es común preguntarse si (y cuándo) conviene interactuar con los colegas fuera del trabajo. Nuestro estudio destaca que las preocupaciones sobre si se deben desdibujar los límites entre lo laboral y lo no laboral podrían estar mal orientadas. En lugar de centrarse en el desdibujamiento de los límites en sí mismo, los líderes deberían considerar dónde se difuminan los límites de sus vidas laborales y no laborales.
Al identificar de manera proactiva un entorno que ya existe (por ejemplo, una plataforma no laboral, un reto benéfico, una oportunidad de voluntariado) o al construir la infraestructura para un entorno de contención relacional (por ejemplo, crear un espacio separado del lugar de trabajo para reunirse), los líderes pueden aprovechar todos los beneficios que un entorno no laboral tiene para ofrecerles a ellos y a sus relaciones. Las conexiones significativas que surgen entre líderes, entre líderes y sus empleados, y entre empleados, pueden ser un antídoto contra la soledad y el aislamiento, además de enriquecer una cultura de apoyo mutuo y de interés genuino entre las personas.