Irene Urdangarín ha puesto el broche de oro a sus vacaciones desplazándose por primera vez a la localidad gallega de Sanxenxo en compañía de su tía, la infanta Elena, para visitar al Rey Juan Carlos y disfrutar de un fin de semana familiar marcado por los planes náuticos, antes de regresar a Londres para retomar sus estudios universitarios de Gestión de Hostelería y Eventos en Oxford.
Aunque no está siendo un buen momento a nivel personal por su reciente ruptura con Juan Urquijo tras un año y medio de discreta relación sentimental -entre los motivos se apunta a la distancia y los diferentes momentos vitales en los que ambos se encuentran por su diferencia de edad, ya que con 19 años la hija de la infanta Cristina está volcada en su formación, mientras el hermano de Tere Urquijo, de 25 e ingeniero agrónomo de profesión, lo está en su puesto de trabajo en una importante compañía con sede en Madrid- la joven ha reaparecido radiante en su viaje sorpresa a Galicia y ha conquistado a todos por su naturalidad y su simpatía.
Presumiendo de lo unida que está a su abuelo, Irene también nos ha dejado ver una imagen inédita hasta el momento, ya que aunque presuponíamos que se llevaba a las mil maravillas con la infanta Elena -que es uno de los grandes apoyos para su madre- nunca habíamos visto a tía y sobrina como en esta ocasión.
Sin la presencia de doña Cristina o de Victoria Federica, la hermana del Rey Felipe y su sobrina han derrochado risas y complicidad este domingo con su plan en alta mar. Mientras Don Juan Carlos se ha embarcado en una nave de vela de madera para presenciar la regata Rey Juan Carlos I- El Corte Inglés Máster en compañía de Pedro Campos, su hija y su nieta nos han dejado ver su lado más espontáneo y divertido.
Antes de subir a una lancha para seguir de cerca los pasos del Emérito en la Ría pontevedresa, Irene y Doña Elena -ambas con looks coordinados con parkas rojas a causa de la lluvia y el viento con los que ha amanecido Sanxenxo en la última jornada de competición- se han hecho una foto para el recuerdo ante la embarcación en la que minutos después navegaría el Monarca.
Mientras la hermana de Pablo Urdangarín posó en cuclillas con su mejor sonrisa, su tía se agachó tanto llegando a introducirse en el navío, que necesito ayuda para ponerse en pie, desatando sus carcajadas y la de todos los presentes, incluida su sobrina, que observaba la escena divertida mientras charlaba con unos y otros.
Ya en la lancha con la que han disfrutado de su última travesía por el Atlántico antes de abandonar Sanxenxo después de un fin de semana muy especial en familia -al que también se ha sumado la sobrina de Don Juan Carlos, Simoneta Gómez-Acebo- Doña Elena e Irene se han sentado juntas y no han dejado de compartir confidencias, demostrando la maravillosa relación que mantienen y de la que no suelen presumir en público.