
En la vida cotidiana de Medellín, capital del departamento de Antioquia, las diferencias culturales se expresan en conductas y actitudes que llaman la atención de los extranjeros que visitan la ciudad que se ha convertido en unos de los destinos turísticos preferidos por los viajeros.
Este es el caso de Mila, una ciudadana de origen italiano que vive en Colombia y que ha compartido en su cuenta de Instagram sus percepciones sobre la forma en la que los colombianos gestionan las emociones en comparación a sus compatriotas.
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A través de un video publicado en su cuenta (@lamilanesa) el martes 18 de noviembre de 2025, Mila relató su experiencia personal y expuso los motivos por los cuales considera que los habitantes del país suramericano muestran mayor inteligencia emocional que quienes comparten su nacionalidad de origen.
Según el testimonio de Mila, uno de los aspectos que más le sorprendió al llegar a Colombia fue el trato cordial y el predominio de la amabilidad, tanto en los espacios públicos como en el ámbito digital.
La joven europea hizo hincapié en las interacciones en las calles, comercios y redes sociales, y cómo ellas reflejan un entorno en el que “los colombianos son superamables y eso es verdad; o sea, en persona, pero también en las redes. Tienen más como inteligencia emotiva, la que nosotros no tenemos”, menciona la influencer.
Esta observación parte de un contraste que Mila establece con sus propios connacionales que, según su experiencia, tienden a la crítica constante.
“Yo por nacer y crecer en Italia, les puedo decir que nosotros criticamos siempre todo y todos. También cuando salimos de la calle, así de la nada, cómo está vestida una persona, cómo está maquillada. O sea, siempre es una crítica”, comentó la residente en Medellín, ilustrando así el ambiente de juicio frecuente que la marcó desde la infancia.
Mila reconoció que, aunque aprendió a “ser muy fuerte”, las críticas recibidas en su entorno natal la llevaron en varias ocasiones a sentirse afectada.
“Cuando estaba más chiquita, claramente yo me puse muy triste varias veces por unas críticas”, añadió la creadora de contenido.

La italiana que vive en Medellín y le ‘echó flores’ a los colombianos por su inteligencia emocional
Estas vivencias llevaron a Mila a valorar el impacto que tienen las palabras y las interacciones en el bienestar emocional, tanto de quienes comunican como de quienes reciben los comentarios.
En su video, la italiana recalcó que la inteligencia emocional vista en los colombianos se materializa en un trato considerado y en una sensibilidad única hacia el efecto que pueden provocar las palabras.
Mila destacó que “nosotros, italianos, tenemos que aprender de los colombianos a ser más amables en persona y en las redes y aprender a tener una inteligencia emotiva, porque no todos somos iguales, no todos reaccionamos de la misma forma y pues atrás de la cámara hay una persona que, la verdad, la puede pasar muy, muy mal”.
Para la italiana, las diferencias se hacen evidentes también en el terreno virtual. Mientras que los ataques y los comentarios negativos recibidos en plataformas digitales provienen principalmente de personas de Italia, Mila sostiene que, en general, los usuarios colombianos tienden a establecer un ambiente menos hostil y mucho más comprensivo.
“Unas veces me preguntaron: ‘Pero, Mila, ¿usted no se enoja cuando recibe comentarios feos?’. Es que la verdad yo recibí poquísimos comentarios feos, pero son la mayoría de parte de los italianos, no de los colombianos”, explicó la joven extranjera.

Este patrón de comportamiento favorece, según Mila, la construcción de espacios más seguros y de mayor apertura para el intercambio de ideas y experiencias personales.
El video, en el que se observa un día a día común en Medellín, combina fragmentos de la rutina de Mila y reflexiones sobre las costumbres de ambas culturas.
La creadora de contenidos refuerza su argumento recordando que la llamada “directez” asociada a algunas sociedades europeas no debe confundirse con la inteligencia emocional. “Ser directos es otra cosa”, señaló, en referencia a una manera de expresarse que en muchas ocasiones, lejos de ser honesta, termina generando malestar innecesario.
Para Mila, el fenómeno de la crítica constante en Italia no solo limita la diversidad de expresiones y modos de vida, sino que impacta de manera negativa en el desarrollo de habilidades socioemocionales entre los jóvenes.
A su juicio, el reconocimiento de la diferencia y la empatía resultan mejor incorporados en la cultura cotidiana de Medelín.
El entorno colombiano, según su testimonio, propicia un trato más humano y tolerante, mientras que el juicio y la desaprobación predominan en el ambiente social de su país natal. Estas diferencias en la dinámica social explican, en palabras de la joven italiana, por qué la “inteligencia emotiva” es más perceptible en el comportamiento de los colombianos.
“Tenemos que aprender de los colombianos”, concluyó, invitando a la reflexión sobre las formas de vinculación en tiempos dominados por la inmediatez y la exposición constante a las opiniones ajenas en las redes sociales.
