Iván Cepeda, senador del Pacto Histórico, ve el proceso judicial contra el expresidente Álvaro Uribe como una posible vía para iniciar un diálogo nacional.
Así lo expresó durante una entrevista concedida a Cambio, en la que abordó el significado político y social del caso y el impacto que podría tener una eventual decisión de la jueza Sandra Heredia.
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Cepeda relató al citado medio de comunicación que el origen del proceso que hoy enfrenta el exmandatario colombiano (2002-2010), comenzó en 2012, cuando, como representante a la Cámara, realizó entrevistas a internos de los penales de Itagüí y Cómbita.
Estos aseguraron formar parte de un grupo paramilitar asociado con la hacienda Guacharacas, entonces propiedad de los hermanos Álvaro y Santiago Uribe Vélez. Según relató el senador, los testimonios recogidos apuntaban a la existencia y operaciones de un grupo paramilitar en la región, en la década de 1990.
“A ese grupo se le conoció como el Bloque Metro, que operó en espacios rurales y cuya existencia intentaron ocultar incluso dentro de la jurisdicción de Justicia y Paz”, aseguró Cepeda en Cambio.
También mencionó que figuras relacionadas con el esclarecimiento de esa historia enfrentan hoy investigaciones, lo que complica aún más el acceso a la verdad sobre esos hechos.
Durante la entrevista, Cepeda destacó el impacto personal que tuvo su participación en el proceso, marcado por la violencia y el dolor familiar.
“Sobreviví, como otros, a un genocidio político. Eso es un antídoto contra cualquier temor. Y yo sentía que estos hechos debían ser esclarecidos judicialmente”, afirmó.
El enfrentamiento judicial entre Cepeda y Uribe inició formalmente en 2012. Después de que el entonces representante presentara un debate en la Cámara relacionado con los vínculos de la hacienda Guacharacas, Uribe lo denunció penalmente, lo acusó de manipulación de testigos y buscó, a través de otros procesos, la pérdida de su investidura. “El enfrentamiento judicial ya era bastante tenso”, describió Cepeda en Cambio.
Según el senador, con el paso de los años los hechos que rodean al caso se han profundizado. Destacó el trabajo conjunto con otros defensores de derechos humanos para recopilar información sobre los vínculos entre políticos, empresarios y estructuras ilegales.
El proceso judicial que se encuentra por finalizar ha estado marcado por una estrategia de la defensa de Uribe que incluyó la presentación de más de medio centenar de testigos y la realización de dos solicitudes de preclusión. Cepeda señaló que, pese a las supuestas campañas de desprestigio, el país necesitaba ver una conclusión en este juicio.
Sobre la presunta inocencia de Uribe, que insiste en su argumento de haber sido víctima de un “entrampamiento”, Cepeda respondió en Cambio que dicho argumento es inaceptable a la luz de las pruebas recopiladas, especialmente por el rol desempeñado por el abogado Diego Cadena.
“Decir que Uribe no sabía nada contradice lo que se conoce de su estilo de liderazgo”, expresó.
Ante la inminente decisión de la jueza Sandra Heredia, Cepeda manifestó total confianza en su labor.
“Ella lo ha demostrado en todos los momentos con una actuación absolutamente rigurosa tanto hacia las víctimas y nuestros apoderados como hacia la Fiscalía y la defensa”, señaló al medio.
Consultado sobre los posibles escenarios que derivarán de la sentencia, Cepeda aseguró que, ante una eventual absolución, respetará la decisión judicial y llamará a la deliberación democrática; si hay condena, considera que se abriría una oportunidad para iniciar una etapa de reconciliación nacional y explorar mecanismos de justicia restaurativa.
“Debe ser un punto de inflexión para construir un acuerdo nacional”, reiteró en Cambio.
El senador precisó su disposición al diálogo y dejó claro que el proceso no está impulsado por deseos de venganza personal.
“No tengo en absoluto ningún sentimiento de odio contra Álvaro Uribe. Solo quiero que se conozca la verdad”, enfatizó.
Cepeda reiteró a Cambio que, más allá del desenlace judicial, la verdad es un elemento esencial para la democracia y la construcción de la paz en Colombia.
“La verdad es la piedra angular sobre la que se construye cualquier sociedad en la que primen las relaciones libres y democráticas”, concluyó.