La propuesta de organizar un referéndum interno en Izquierda Unida de Aragón, considerado una herramienta clave para definir los términos de cualquier futura coalición electoral, marca el enfoque participativo con el que la organización planea afrontar la convocatoria de los comicios autonómicos del 8 de febrero. Esta consulta a la militancia ocurriría cuando las eventuales bases de la alianza con otras fuerzas progresistas estuvieran ya claras, de modo que la decisión final cuente con el respaldo explícito y formal de la base social del partido. De acuerdo con la información difundida por el medio que cubrió la reunión de la Coordinadora autonómica, este procedimiento busca dotar de legitimidad las decisiones estratégicas de la organización y asentar sobre una base común el desafío de consolidar una única lista progresista en Aragón.
Según publicó dicho medio, la dirección de Izquierda Unida mantiene su decisión de priorizar la unidad de las fuerzas de izquierda en el escenario aragonés, una orientación que interpretan como respuesta a la coyuntura política presente y a los retos económicos que afronta la comunidad. Voceros de la formación señalaron durante el último encuentro del órgano directivo que la inclusión y la cooperación entre formaciones progresistas refuerzan la capacidad para contrarrestar las políticas conservadoras, que identifican como regresivas y potencialmente perjudiciales para los derechos laborales y sociales en la región. El medio que siguió la convocatoria reflejó el llamado expreso dirigido a otras fuerzas del espectro progresista para avanzar en la construcción de una candidatura unitaria, sin exclusiones ni vetos entre partidos.
El contexto socioeconómico actual, y en particular la situación de la industria regional, ha impulsado la urgencia de consolidar estas alianzas. El medio citado subrayó que el anuncio reciente de la empresa Mann Hummel sobre la puesta en marcha de un Expediente de Regulación de Empleo para 150 empleados ha reforzado la postura de Izquierda Unida en relación con la defensa del empleo industrial y la protección de los derechos laborales. En ese contexto, la coordinadora general Marta Abengochea manifestó públicamente el respaldo de la formación hacia los trabajadores afectados y reclamó que cualquier negociación priorice el interés y el bienestar de la plantilla de Mann Hummel. La dirección del partido vinculó la relevancia del sector de la automoción con la necesidad de una intervención institucional más firme por parte del Gobierno aragonés, y criticó que los recursos regionales se centren en sectores que, según su visión, presentan menor capacidad de crecimiento económico sostenido, como los centros de datos.
Durante las deliberaciones de la Coordinadora autonómica, Marta Abengochea enfatizó la importancia de que el acuerdo entre Izquierda Unida, Chunta Aragonesista y Podemos Aragón se base en principios de equidad y reconocimiento de las diferencias entre las formaciones, una postura que el medio reportó de manera destacada. Abengochea afirmó que la pluralidad dentro de una candidatura progresista constituye una fortaleza si todas las partes implicadas reciben un trato equitativo y se reconoce su peso político. Hizo hincapié además en evitar exclusiones o vetos mutuos en las negociaciones para la conformación de la oferta electoral conjunta.
El objetivo central de esta estrategia, según consignó el medio que cubrió las intervenciones del partido, es articular una candidatura que ofrezca una respuesta coordinada ante la posibilidad del avance conservador en el Parlamento de Aragón. La dirección de Izquierda Unida ha reiterado en varias ocasiones la necesidad de un frente común progresista que defienda la justicia social y distributiva, ajustando su propuesta a las demandas de la ciudadanía y del entramado laboral regional. Entre sus demandas al Ejecutivo autonómico, Marta Abengochea instó al presidente Jorge Azcón a involucrarse más activamente con los sectores productivos que impulsan el empleo en Aragón, relegando los proyectos que no aseguran un impacto directo en la economía y el tejido social de la región.
Como parte del camino hacia una posible alianza, Izquierda Unida ha resuelto que la ratificación de los acuerdos políticos por parte de sus afiliados asegura que el pacto goce de una legitimidad interna suficiente, explicó la Coordinadora autonómica y reprodujo el medio que informa habitualmente sobre el desarrollo político regional. El diseño de este proceso se produce paralelamente al incremento de la presión económica sobre sectores considerados estratégicos para Aragón, con el cierre de plantas y ajustes laborales como factores que, según la formación, reclaman una respuesta política coordinada desde las fuerzas progresistas.
Además, según recogieron las crónicas del citado medio, Abengochea vinculó la importancia de la movilización social y la colaboración política como mecanismos indispensables para fortalecer la alternativa progresista ante las próximas elecciones autonómicas. La dirigente defendió la adopción de estrategias conjuntas que, al incorporar la pluralidad partidista, logren enfrentar de manera más efectiva las consecuencias de las políticas conservadoras.
De acuerdo con el medio, tanto las declaraciones de los portavoces de IU como el posicionamiento de la coordinadora Marta Abengochea reflejan la interpretación de la cita electoral del 8 de febrero como una oportunidad para replantear los equilibrios políticos en el Parlamento regional. La formación percibe que el momento actual exige una respuesta unitaria, legitimada desde las bases y comprometida con la defensa de los derechos laborales y sociales en Aragón. Este enfoque, fundamentado en la consulta y en la equidad entre formaciones aliadas, define el marco de negociación que Izquierda Unida propone tanto hacia su militancia como hacia el conjunto de las fuerzas progresistas aragonesas.
