El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil dictó este viernes que el expresidente Jair Bolsonaro deberá cumplir arresto domiciliario con la colocación de una tobillera electrónica.

Esta medida forma parte del proceso en su contra por su presunta implicación en los hechos del 8 de enero de 2023 y la supuesta conspiración para subvertir el orden democrático.
Durante el periodo de detención domiciliaria, a Bolsonaro se le prohíbe salir de su residencia entre las 19:00 y las 7:00 horas, así como los fines de semana. Además, tiene vetado el uso de redes sociales, la comunicación con su hijo Eduardo Bolsonaro y la cercanía a embajadas o diplomáticos extranjeros, medidas destinadas a limitar su influencia externa.
La ejecución de estas cautelares estuvo a cargo de la Policía Federal, que llevó a cabo allanamientos en su domicilio en Brasilia y en sedes del Partido Liberal (PL), donde incautó dispositivos de almacenamiento para su análisis forense. El ministro Alexandre de Moraes, instructor del caso, ordenó el despliegue de estas acciones dentro del marco de la investigación por intento de golpe de Estado.
La defensa de Bolsonaro manifestó su “sorpresa e indignación” ante la imposición de las restricciones, calificándolas de “severas” y aseverando que aún no han sido notificadas de manera oficial. El exmandatario, por su parte, consideró la decisión como una “máxima humillación” y reafirmó su intención de permanecer en Brasil para defender su inocencia.
El proceso, que también alcanza a varios de sus antiguos colaboradores y familiares, aún no cuenta con una sentencia final. Fuentes del STF indican que el veredicto podría conocerse entre septiembre y octubre, cuando se resuelva el grado de participación de los investigados en la trama para desconocer los resultados electorales de 2022.