Jamaica enfrenta una crisis sin precedentes después de que el huracán Melissa atravesó la isla caribeña ayer, dejando comunidades enteras destruidas, infraestructuras arrasadas y a gran parte de la población sin servicios básicos.
El ciclón impactó la costa suroeste con vientos que alcanzaron 295 kilómetros por hora, superando todos los registros previos de intensidad y consolidándose como la tormenta más fuerte de la historia moderna de Jamaica.
El huracán ingresó cerca de New Hope y avanzó sobre el oeste insular, donde provocó la caída de techos, ventanas destrozadas, carreteras obstruidas y líneas eléctricas derribadas.
La policía de Black River reportó la utilización de su edificio, dañado por el embate, como refugio para residentes que perdieron sus hogares.
Las imágenes que circularon mostraron escombros intransitables, árboles caídos, autos dañados, viviendas abiertas al viento y la ausencia total de energía eléctrica, dificultando la comunicación y la evaluación inicial de los daños.

Andrew Houston Moncure, propietario de un hotel en Bluefields, relató a la agencia AFP que, junto a su familia, se guareció en la parte más baja de su establecimiento, incluso dentro de la ducha, con la esperanza de ganar protección ante el brutal descenso de la presión atmosférica y el estruendo ensordecedor.
Según sus palabras, la cocina del hotel perdió el techo y, para evitar la pérdida de los alimentos, repartieron comida entre los vecinos más cercanos antes de que se estropeara.
La devastación también alcanzó al sector agrícola. Christopher Hacker, productor en Seaford Town, compartió imágenes y testimonios sobre sus campos de banana aplastados por el viento y la destrucción absoluta de su restaurante. “Todo se perdió”, declaró a la agencia, reflejando la gravedad de la situación en las áreas rurales.
El primer ministro Andrew Holness declaró toda la isla como zona de desastre, una decisión tomada tras constatar el nivel de emergencia en infraestructura, salud y servicios.
Según datos del ministro de Gobierno Local, Desmond McKenzie, cerca del 70% del país quedó a oscuras y el restablecimiento de la electricidad resultó imposible para más de 530.000 personas, un número que representa el 77,3% de los usuarios del servicio, de acuerdo con lo consignado por AP.
“La situación es catastrófica”, sostuvo McKenzie tras recorrer áreas afectadas, e informó que equipos de emergencia aguardaban la mejora del clima para iniciar labores de rescate y asistencia social.
La parroquia de Santa Isabel fue uno de los puntos más golpeados, con inundaciones totales y daños extensos en viviendas, hospitales y caminos.
Además, en Mandeville, se registraron palmeras dobladas, techos de chapa arrancados y calles anegadas, mientras la policía local y equipos de rescate distribuían asistencia entre habitantes que lo perdieron todo.
El huracán, antes de dejar la isla, provocó la suspensión total del transporte, aislando poblaciones completas y generando reportes de familias atrapadas, sin posibilidad de ser rescatadas a tiempo debido a las condiciones climáticas extremas.

Las lluvias residuales y los vientos continuaron azotando la región mientras el fenómeno avanzaba hacia Cuba, manteniendo la amenaza sobre otras islas del Caribe.
La crisis generó problemas adicionales: la Autoridad Regional de Salud del Sudeste emitió una alerta inusual sobre la posible presencia de cocodrilos en zonas residenciales por el desborde de ríos y pantanos, una advertencia que se sumó a las preocupaciones por las inundaciones y la falta de agua potable.

Los efectos del ciclón se extienden a las cifras humanas. El balance de víctimas en el Caribe asciende a al menos nueve personas fallecidas, de ellas tres en Jamaica, otras en Haití, República Dominicana y Panamá.
Desde el exterior, la emergencia en Jamaica provocó manifestaciones de apoyo. Destacados referentes nacionales, como el velocista olímpico Usain Bolt, usaron sus redes sociales para pedir solidaridad global bajo el lema “Oren por Jamaica”, que visibiliza la situación ante la comunidad internacional.

(Con información de AFP, AP)
