Tokio, 8 jul (EFECOM).- El Gobierno japonés celebró este martes la extensión de la prórroga arancelaria de Estados Unidos hasta finales de mes, pero evitó valorar el anuncio del incremento hasta el 25 % del gravamen a sus bienes, limitándose a decir que seguirá negociando con Washington con sus propios intereses en mente.
«Estamos tratando de evitar la adopción de un acuerdo por la vía fácil. Pedimos lo que debemos pedir y protegemos lo que tenemos que proteger, y así estamos negociando con todo nuestro esfuerzo», dijo hoy el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, en declaraciones a la prensa desde el Kantei, sede del Gobierno nipón, tras una reunión de su Gabinete para discutir contramedidas frente a los aranceles.
Ishiba atribuyó el retraso de la fecha de entrada en vigor de los aranceles a las negociaciones realizadas hasta el momento y reiteró que «ambos países seguirán negociando con la nueva fecha límite en el punto de mira, mientras buscan proteger sus intereses nacionales y alcanzar un acuerdo mutuamente beneficioso para los dos».
«Haremos todo lo posible para minimizar la influencia (de las negociaciones y potenciales acuerdos) en la industria nacional y en el empleo en Japón y, con esto en mente, negociaremos con todo el Gobierno», agregó el mandatario japonés.
El portavoz gubernamental nipón, Yoshimasa Hayashi, confirmó la recepción de la misiva, cuyo contenido ha sido publicado por el presidente estadounidense, Donald Trump, en su red social, Truth Social, en la que informa del incremento de los gravámenes.
En ella, el mandatario de Estados Unidos señala que un 25 % «es un número mucho menor de lo necesario para eliminar la disparidad del déficit comercial que tenemos con su país», Japón, y amenaza con responder a cualquier incremento tarifario sobre bienes estadounidenses con un aumento equivalente.
Trump también apunta, no obstante, a que considerará un ajuste de estos nuevos aranceles si se reducen las barreras no arancelarias que faciliten el comercio de los productos de su país, y que los aranceles «podrán ser modificados, al alza o a la baja, dependiendo de la relación con su país».
«Es muy lamentable que se suba todavía más el arancel específico que fue anunciado antes. Por otro lado, esto nos da más tiempo tras posponerse la fecha y seguiremos protegiendo nuestros intereses nacionales, tal y como ha ordenado Ishiba, mientras buscamos la posibilidad de llegar a un acuerdo», dijo Hayashi durante una rueda de prensa, que reiteró que no buscarán la solución «fácil».
El portavoz del Ejecutivo nipón añadió que Tokio vigilará las medidas de otros países y analizará el impacto de las medidas estadounidenses en su economía.
Bajo su política de imponer lo que la Administración Trump denomina «aranceles recíprocos» contra sus socios comerciales y países que considera que gravan injustamente sus productos o que aplican barreras no arancelarias, EE.UU. impuso un gravamen universal del 10 % a las importaciones que cubre a casi todos los países del mundo.
A ello se sumaba un arancel específico por país, que permanece suspendido en medio de las negociaciones comerciales, y que en el caso de Japón era del 14 %, elevando el total a un 24 %.
Las cartas del presidente Trump, que señalan la entrada en vigor de los aranceles revisados el 1 de agosto, suponen una extensión de facto de la moratoria de los gravámenes, por lo que los países tendrán más tiempo de negociar para evitar que lleguen a aplicarse.
Japón viene pidiendo a EE.UU. que lo exima de todas las subidas arancelarias que ha acometido y en especial a la que afecta a las importaciones estadounidenses de vehículos, que pasó del 2,5 % al 27,5 %, y supone una partida que representa cerca del 30 % de todas las exportaciones niponas al país norteamericano.
La Administración estadounidense, por su parte, se ha mostrado reacia a revisar dicha alza y durante las negociaciones bilaterales, ha pedido a Tokio un mayor aperturismo a la importación de productos agrícolas como el arroz, un sector muy protegido en el país, que incremente la importación de vehículos de fabricación estadounidense o que aumente sus compras de hidrocarburos al país norteamericano. EFECOM