Joana Sanz y Dani Alves están viviendo uno de los veranos más especiales de su vida. Y ni siquiera el hecho de que la Fiscalía haya recurrido la sentencia absolutoria del futbolista por un delito de agresión sexual puede enturbiar su felicidad a la espera de dar la bienvenida a su primera hija en común.
A pocas semanas de convertirse en padres, la modelo y el brasileño están exprimiendo al máximo el tiempo juntos, disfrutando de su amor mientras ultiman los preparativos para la llegada de su bebé, una niña cuyo nombre empieza por J, como la tinerfeña ha revelado a través de sus redes sociales en el post en el que ha compartido con sus seguidores cómo será la habitación de su hija, a la que espera con una mezcla de emoción e incertidumbre con los brazos abiertos.
Muy activa, Joana continúa mostrando su día a día en Instagram -como sus sesiones de entrenamientos adaptadas a sus siete meses de embarazo-, y hace unos días sorprendía con una reflexión sobre sus sentimientos por Alves, confesando que aunque ya no existen esas «mariposas en el estómgago» del inicio de cualquier relación, al conseguir abrazar sus respectivos «defectos, diferencias y vulnerabilidades», el «amor duradero se ha abierto paso a través del tiempo» y se han convertido en «dos compañeros de vida» que están formando «la familia y el hogar» con el que siempre soñaron.
Y así lo han demostrado en su última aparición ante las cámaras al abandonar su casa de Barcelona en coche, derrochando miradas y sonrisas cómplices que hablan por sí mismas y reflejan, es innegable, el gran momento que están viviendo a la espera del nacimiento de su primera hija. Presumiendo de su prominente barriguita, y más guapa que nunca en esta dulce espera, Joana ha evitado sin embargo revelar cómo se encuentra ni dar ningún detalle sobre su avanzado embarazo.