A pesar de su juventud, la experiencia de Jonathan Lipnicki en Hollywood ha sido larga y sinuosa. El actor, que debutó a los 5 años en un mega éxito cinematográfico, acaba de confesar en una entrevista que se siente algo frustrado por cómo se fue desarrollando su carrera y confesó que reza todas las noches para no perder el rumbo.
Conoció el éxito antes de aprender a leer. En 1996 protagonizó junto a Tom Cruise y Renée Zellweger la película Jerry Maguire y cautivó al público con su simpatía y su soltura. Luego, encabezó Stuart Little (1999), El pequeño vampiro (2000) y Minicampeones (2002).
“Tuve experiencias muy buenas cuando era chico”, le dijo el actor a People. Sin embargo, admitió que cuando el salto de la niñez a la adultez fue muy duro. “No pasa nada si digo que no estoy donde quiero estar profesionalmente. De todos modos, ya no me siento incómodo con eso. En esta vida podemos lograr cosas que parecen imposibles”, aseguró.
“Esto, actuar, es lo que quiero hacer por el resto de mi vida. Y creo que simplemente hay que creer que lo que uno desea va a suceder y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para encaminarse en la dirección correcta”, agregó
Uno de los motivos por los que su carrera no siguió desarrollándose de la misma manera durante su adolescencia tiene que ver con una decisión que tomó a consciencia: cuando comenzó la preparatoria, quiso dedicarle más tiempo a la escuela y, para hacerse de más recursos, comenzó a tomar clases de actuación en el poco tiempo que le quedaba libre.
Una vez que logró graduarse, retomó su carrera y comenzó a aparecer en películas independientes, a la vez que comenzaba a cimentar su carrera teatral en Los Ángeles.
“Si soy sincero, debo decir que he tenido una carrera a medias en la que he hecho cosas realmente buenas que nadie vio”, resumió el actor. Y señaló: “De todos modos no me arrepiento de nada, porque de las series y películas en las que trabajé y no me gustaron, me enseñaron a elegir cuidadosamente los proyectos en los que ahora me involucro”, indicó.
“Reconozco que dije que no a unas cinco películas el año pasado”, admitió Lipnicki. Y explicó cuál fue el motivo: “Solo quiero darle la vuelta a esta situación. Rezo todas las noches para tener claro adónde debo ir, y estoy seguro de que lo mejor está por venir”.
“Creo que simplemente hay que creer que lo que uno realmente desea, va a ocurrir. Si vas a perseguir un sueño, te estás haciendo un flaco favor si no sueñas en grande”, indicó.
Además de la actuación, y con ese doble propósito de elegir bien sus proyectos y de concretar sus sueños, Lipnicki ha incursionado en los últimos años en la producción. Su último proyecto, The Joe Schmo Show fue, según el actor, “un paso en la dirección correcta”. La serie consiste en hacerle una broma a una persona “normal” que cree protagonizar un reality, pero en realidad está rodeado de un elenco de hábiles cómicos de la improvisación.
Allí, Lipnicki interpreta una versión ficticia y egoísta de sí mismo. “Creo que definitivamente fue un paso fuera de mi zona de confort y eso es algo que me hace sentir orgulloso”, indicó al respecto. Y afirmó: “Como actor que creció en esta industria, uno quiere portarse bien, y yo tuve que portarme mal. Había algo empoderador en eso, de una manera extraña”.
En 2017, el actor confesó que sus colegas lo habían acosado porque lo consideraban un “pasado de moda”. Como consecuencia, sufría de ansiedad y depresión. “Me dijeron que era un fracasado y que nunca volvería a conseguir un trabajo”, escribió en una emotiva publicación de Instagram en ese momento. “Me hicieron sentir como una basura todos los días de la escuela secundaria, hasta el punto de tener un ataque de pánico todas las noches antes de la escuela, porque me preguntaba cómo iba a sobrevivir el día siguiente”.
Sin embargo, Lipnicki reflexionó: “Estoy agradecido por la increíble vida que tengo y espero poder transmitir que SÍ mejora”.