
El presidente José Jerí reconoce que el manejo fiscal del país enfrenta hoy tensiones que se incubaron en años recientes. En una entrevista concedida a la revista Cosas, el mandatario admite que decisiones tomadas desde el Legislativo, en un contexto de presión social y búsqueda de consensos políticos, derivaron en un aumento significativo del gasto corriente y de la deuda pública, lo que ahora obliga a replantear prioridades económicas con mayor cautela.
Desde Palacio de Gobierno, Jerí sostiene que su administración ha heredado un escenario complejo: demandas sociales postergadas durante décadas, rigideces presupuestales y compromisos fiscales que limitan el margen de acción. Frente a ello, su discurso económico se apoya en una premisa central: el gasto debe ser viable, sostenible y acompañado de fuentes reales de financiamiento, evitando que la deuda se convierta en el principal mecanismo para cubrir expectativas inmediatas.
Deuda pública y límites del gasto
Jerí explica que, como Congreso, se impulsaron mejoras salariales y reconocimientos largamente esperados para trabajadores del Estado, cuyos ingresos permanecieron congelados por más de veinte años. Sin embargo, admite que ese proceso no siempre estuvo respaldado por un análisis presupuestal riguroso. “En esa excesiva buena voluntad que tuvimos como Congreso, se nos fue la mano con la deuda pública”, señala, aludiendo a un crecimiento del gasto corriente que hoy condiciona las finanzas públicas.
El presidente remarca que el reto actual no es desmontar derechos adquiridos, sino ordenar el proceso de toma de decisiones para que las nuevas leyes tengan sustento financiero. A su juicio, de poco sirve aprobar normas ambiciosas si luego no pueden ejecutarse por falta de recursos, lo que termina erosionando la credibilidad del Estado y profundizando la frustración ciudadana.
Relación con el Congreso y sostenibilidad fiscal
Pese a las advertencias del Consejo Fiscal sobre el impacto de algunas normas en el presupuesto de 2026, Jerí descarta un escenario de confrontación con el Parlamento. Por el contrario, considera que su pasado legislativo le permite tender puentes y promover acuerdos orientados a la sostenibilidad. La prioridad, afirma, es que las medidas que se aprueben sean “reales, ejecutables y sostenibles”, incluso si ello implica revisar decisiones adoptadas en el pasado reciente.

En ese marco, el Ejecutivo busca equilibrar la necesidad de atender demandas sociales con la obligación de preservar la estabilidad macroeconómica, uno de los principales activos del país. Jerí subraya que el Perú aún se mantiene dentro de los estándares internacionales de endeudamiento, pero advierte que la tendencia exige prudencia para no comprometer el futuro fiscal.
Inversión, proyectos productivos e ingresos
El mandatario plantea que la salida a las restricciones fiscales no pasa solo por recortar gastos, sino por fortalecer la capacidad del Estado para generar ingresos. En ese sentido, reafirma su respaldo a los grandes proyectos productivos, especialmente en minería e infraestructura, siempre que exista consenso social y beneficios claros para las regiones involucradas.
Jerí menciona iniciativas como Tía María y Conga, así como otros proyectos de gran escala, como claves para dinamizar la economía regional y ampliar la base recaudatoria. Desde su experiencia como expresidente de la Comisión de Presupuesto y exsecretario de la Comisión de Economía, sostiene que cerrar proyectos de esta naturaleza termina debilitando a las regiones y reduciendo la capacidad del Estado para financiar políticas públicas.
Obras por impuestos y APP como motores regionales
Otro eje de su enfoque económico es el impulso a mecanismos como las obras por impuestos (OXI) y las asociaciones público-privadas (APP). Estos esquemas, señala, permiten acelerar inversiones sin sobrecargar directamente el presupuesto público, siempre que se utilicen con responsabilidad y planificación.
No obstante, el presidente advierte que su gobierno ha recibido compromisos heredados que carecían de respaldo presupuestal, una “buena voluntad” que podría generar problemas fiscales en el corto y mediano plazo. Por ello, insiste en que la reactivación económica debe apoyarse en reglas claras, disciplina fiscal y una evaluación rigurosa de cada proyecto.

Estabilidad fiscal como condición de crecimiento
Para Jerí, la estabilidad fiscal no es un fin en sí mismo, sino una condición indispensable para recuperar la confianza y sentar las bases del crecimiento. Su mensaje apunta a combinar presencia del Estado, inversión productiva y responsabilidad presupuestal, evitando que el endeudamiento se convierta en la salida fácil ante cada presión política o social.
En un contexto de expectativas elevadas y recursos limitados, el presidente resume su postura económica en una idea central: gastar mejor, generar más ingresos y no hipotecar el futuro fiscal del país.
