
Hay consternación en barrio Santa Inés, en el sur de la ciudad, después de que se conociera del resultado fatal que dejó una riña ocurrida durante la madrugada del 15 de noviembre.
Según información conocida por Citytv, el hecho se habría producido luego de que vecinos del sector se enfrentaran desde hacía varios días, al parecer, por problemas de convivencia, lo que desató un tiroteo.
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El caso de intolerancia culminó con el homicidio de un adolescente de 17 años, tras una disputa que, según relataron habitantes, ya venía gestándose desde jornadas anteriores con enfrentamientos que involucraron machetes y armas de fuego en plena vía pública.
El comandante encargado de la estación de Policía de San Cristóbal, mayor Jhon Barrera, afirmó al medio Citytv que, al arribar los patrulleros a la zona de Santa Inés, en la localidad de San Cristóbal, hallaron una multitud alterada intentando ingresar por la fuerza a una vivienda, asegurando que en su interior se encontraba la mujer señalada de haber disparado contra el menor.

“Al llegar al lugar se observa una aglomeración de personas arremetiendo contra una vivienda y quienes manifestaban a las autoridades que esta mujer habría herido a un adolescente de diecisiete años con arma de fuego”, detalló Barrera.
La presunta agresora, de 37 años, fue capturada y puesta a disposición judicial, añadió el oficial.
No obstante, la indignación se desbordó cuando, tras el ataque, algunos residentes irrumpieron en viviendas aledañas provocando destrozos y profiriendo amenazas a otros vecinos.
Una mujer del sector, entrevistada por Citytv, relató los momentos de pánico que vivieron los habitantes del barrio minutos después del ataque contra el menor de edad que quedó tendido en el suelo.

“Las mismas personas que estaban ayudando a la persona que murió ingresaron a las casas y comenzaron a romper tejas, a romperles ventanas, vidrios. (…) Amenazaban con una granada a los residentes para que pudieran salir”, señaló la mujer.
La escalada de agresiones no fue un incidente aislado. A decir de varios testigos y vecinos consultados por el canal de noticias, los altercados habían iniciado desde el día anterior, involucrando incluso el uso de armas blancas. Pese a los llamados a la Policía, los enfrentamientos reaparecieron en la noche y continuaron con idéntica violencia.
“A las 10:30 de la mañana, con machetes, la gente corría. Llamamos a la policía, vinieron, intervinieron y se fueron”, relató la testigo al medio local.
Entretanto, la concejal de Bogotá Rocío Dussan criticó a la Alcaldía de Bogotá y a Carlos Fenando Galán por los crecientes hechos de inseguridad que se viven en la capital.

“Es preocupante ver que en San Cristóbal, Bogotá, sigue sin caminar segura.En las últimas horas un joven de 17 años fue víctima de homicidio. Según los vecinos, desde la mañana se habían presentado riñas con estas personas y se alertó a la Policía. Además, en esta localidad los homicidios aumentaron un 47,6% entre enero y septiembre frente al año anterior; la misma zona donde un taxista irresponsable arrolló a 11 personas la semana pasada. Carlos Fernando Galán, los habitantes de San Cristóbal necesitan respuestas. Le recomiendo poner especial atención”, señaló la cabildante.
La magnitud de estos hechos en Santa Inés se inscribe en una tendencia creciente dentro de la capital. Datos oficiales recopilados hasta el 30 de septiembre de 2025 muestran que el 40% de los homicidios en Bogotá surgen de discusiones, siendo estas riñas motivo directo de 242 asesinatos en el año.
Del total, el 82% ocurre en espacios públicos, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad de los ciudadanos ante este tipo de hechos.
Otros indicadores relevados describen 4.232 capturas por lesiones personales, 486 por homicidio y 2.194 vinculadas a violencia intrafamiliar. Especialistas advierten que la combinación de deficiencias en cultura ciudadana, el deterioro de la salud mental y el estrés propio del entorno urbano incrementan la inclinación a resolver disputas mediante la violencia.
Además, recuerdan que incluso antes de la pandemia ya siete de cada diez bogotanos desconfiaban de la justicia, impulsando la decisión de muchos a actuar por mano propia y agravando el riesgo de sucesos letales.