El testimonio de un testigo protegido complica la situación de Juan José Santiváñez, hoy ministro de Justicia. De acuerdo a su declaración, el integrante del Ejecutivo intervino para que Miguel Marcelo Salirrosas, alias “El Diablo”—condenado a 27 años por delitos asociados a la organización criminal “Los Pulpos”—permaneciera más tiempo del autorizado en el penal El Milagro, en Trujillo.
“El interno Marcelo Salirrosas estaba aislado en una de las celdas de meditación en el penal El Milagro de Trujillo, pero por ley solo puede estar en ese régimen tres meses; sin embargo, ya estaba siete u ocho meses, por lo que ya tenía que ser ‘planchado’, es decir, mandado a otro penal. No obstante, el doctor Santiváñez ya había conversado con el presidente del INPE, Javier Llaque, para que no lo muevan, y en efecto, el director del establecimiento penal El Milagro, Carlos Franco Medina, le dijo a dicho interno que tenía un buen padrino”, testificó una persona con identidad reservada.
Al respecto, también se difundió una grabación en la que quien sería el exministro del Interior comenta que ya le escribió al entonces jefe del INPE. “Señito, ¿cómo está? Señito, ya le escribí al señor Llaque, ya al presidente del INPE nuevamente. Le he pedido. A ver, esperemos, a ver, por favor», se le oye decir.
Consultado al respecto por Punto Final, el propio Llaque se rehusó dar detalles del caso, bajo el argumento de que existe una investigación en marcha. “Hay una investigación al respecto y no es adecuado que yo declare. […]No es bueno que yo salga a declarar”, reiteró.
Traslado en ‘venganza’
El cambio de circunstancias para ‘El Diablo’ se produjo el 12 de agosto de 2025, cuando, según la versión oficial del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), se hallaron en la celda de Salirrosas tres instrumentos prohibidos: un USB, una radio y un cargador. Emilio Paredes, jefe del INPE, aseguró en el Congreso que esas faltas disciplinarias graves motivaron el traslado inmediato al penal de Cajamarca, donde actualmente cumple régimen cerrado especial. El desplazamiento también incluyó a otro interno y se realizó en ambulancia, bajo estricta reserva y sin parte público.
Aunque la versión oficial es el hallazgo de objetos prohibidos, todo apuntaría a que se trataría de una venganza. Familiares y allegados denunciaron que el traslado constituye una represalia en respuesta a su participación como testigo y por las investigaciones en torno a protección y tráfico de influencias ejercidas por miembros del actual gabinete.
Desde su ingreso a Cajamarca, diversas fuentes consultadas por Panorama revelaron que “El Diablo” fue víctima de al menos dos enfrentamientos violentos con otros internos en menos de un mes. Relatos internos y testimonios familiares señalan un entorno hostil, condiciones de riesgo y mayor vulnerabilidad física tras la medida disciplinaria.
En paralelo, el dominical apuntó contra un nuevo personaje. Se trata de Edwar Rebaza Iparraguirre, a quien Eduardo Arana habría llamado durante su gestión como ministro de Justicia a fin de que cumpla con el encargo de Santiváñez. El entonces asesor legal del Ministerio de Justicia es hoy secretario general bajo el mando de Santiváñez. Consultado por el programa, aseguró que no tuvo participación al respecto. “Siempre me he regido en el marco de la legalidad”, escribió.
Respuesta del INPE
A través de un comunicado, el INPE insistió que el trasladado al penal de Cajamarca fue por haber cometido faltas disciplinarias graves que van desde poseer ilegalmente artículos prohibidos de comunicación hasta la agresión verbal y psicológica a personal femenino a cargo de su custodia.
Asimismo, negaron un trato hostil contra el interno. “Ingresó con óptimo estado de salud y […] no ha denunciado ningún tipo de agresión. Tampoco existe algún reporte de que haya sido golpeado o presente alguna afectación a su salud en el establecimiento penitenciario”, se lee.