El estreno de “La Herida” marca la llegada de una nueva propuesta cinematográfica argentina, que explora la persistencia de los amores del pasado y su impacto en el presente. La película, dirigida por Diego Gottheil y protagonizada por Carlos Santamaría, Junior Pisanú y Macarena Suárez, se estrenará en cines el 6 de noviembre.
En el centro de la trama se encuentra Raúl, un abogado de sesenta y dos años que, tras recibir una llamada con noticias trágicas sobre quien fue su gran amor de juventud, se ve obligado a confrontar recuerdos largamente sepultados. Este reencuentro con el pasado lo lleva a revivir una historia marcada por la pasión, la ternura y la melancolía, elementos que el paso del tiempo ha acentuado y que ahora resurgen con fuerza.
El filme indaga en cómo el contexto y la historia personal moldean los vínculos afectivos, proponiendo una reflexión sobre las huellas que dejan los grandes amores y la manera en que el tiempo transforma su recuerdo.

El entusiasmo de Junior Pisanú se hace evidente al hablar de su debut en el cine, una experiencia que lo encuentra en un momento de transformación personal y profesional. El actor, que asume su primer papel protagónico en la película reconoce la magnitud de este paso: “Es mi primera película y mi primer protagónico”, afirma a Teleshow con una satisfacción que trasciende sus palabras.
La inminencia del estreno lo coloca en un estado de reflexión y gratitud, mientras asimila el significado de este logro en un contexto social y político que él mismo describe como excepcional. El actor no oculta la intensidad de sus emociones frente a este desafío. Al referirse al clima actual, señala: “Hoy en día, todo esto que se está generando en este momento socioeconómico, político, del mundo, no solo del país, me parece algo único, medio una utopía” describe el hijo del cirujano Rolando Pisanú y la exmodelo Daniela Cardone.

Esta percepción de estar viviendo algo irrepetible se mezcla con la responsabilidad de encarnar una historia profunda, donde, según sus palabras, se requiere entregar cuerpo y alma. Para él, la oportunidad de participar en un proyecto de tal envergadura es motivo de esperanza y deseo: “Es hermoso que pase algo así, como con mucha fe en lo hago y con mucho deseo”.
El recorrido que llevó a Pisanú hasta este punto comenzó con un casting, seguido de un encuentro decisivo con el director de la película. El actor relata que la conexión fue inmediata: “Me junté a tomar un café con el director y pegamos onda al toque. Somos ambos muy lectores, cinéfilos, muchas cosas en común”.

El estreno de La Herida representa no solo una nueva propuesta para el cine argentino, sino también la consolidación de las pasiones de un intérprete que, al mismo tiempo que debuta en la pantalla grande, se redescubre a sí mismo.
—¿Cómo describirías a tu personaje?
—Es un joven de veinte años que está en primer año de abogacía en la UBA. Viene de una familia acomodada. La historia acontece en 1980, el padre evidentemente tenía algún contacto con alguna cúpula militar, a esa familia no le quedaba otra, si querían seguir viviendo, tenía que transar. Mi personaje, es un pibe que es reacio a todo eso.
—¿Y cómo es su mundo interno?
—Él es muy nostálgico, melancólico, y se queda con el recuerdo de lo que fue su primer amor. Y… llega un momento donde ella vuelve por algo que pasa. Cuando ella aparece se le ilumina la vida, ve la luz al final del túnel y él se la juega.

—Tu personaje también tiene claroscuros…
—Tanto es así que a veces tiene actitudes un tanto posesivas, A veces el amor desenfrenado lleva a sacar lo peor, se siente vulnerable, inseguro, frágil. Es un tipo muy solo también, no tiene conversación con la madre, el padre es quien lo entiende más. Pero no acata ninguna orden…y se escapa con su amor.
—¿Cuándo decidiste que querías ser actor?
—Yo lo vivo todo desde pibe, de esperarla a mi vieja trasnochando, esperarla en camarines, acompañarla a eventos. Todo eso lo fui incorporando, después arrancó mi hermana (Branda Gandini) y me fui empapando de ella también. Arranqué a estudiar de pibe, antes de terminar la secundaria, los viernes salía del colegio a las cuatro de la tarde y a las seis de la tarde estaba en Boedo, en Timbre Cuatro, estudiando hasta las once de la noche.

—¿Qué significa para vos la búsqueda artística?
—Es mi camino, es muy personal, para mí es por ahí. Y sobre todo confiar en lo que uno siente.
—¿Y cómo reaccionó tu familia?
—Por suerte tuve una familia que me apoyó. Me han dicho… “¿Te gusta eso?” “Bueno, dale para adelante”. Pero mi viejo siempre me inculcó que estudiara y mucho.
—También te interesa en el detrás de escena…
—Ahora me estoy por recibir de la licenciatura en Dirección Escénica de la Universidad Nacional de las Artes, hago un poco de todo, escribo también.

—¿Y esa vocación viene también de tu padre?
—Su mamá fue una actriz de cine de los años 40 que después de su segunda película tuvo que dejar todo porque mi abuelo, cirujano cardiovascular, que está en los libros de medicina, le dijo: “La familia o tu carrera”. Y bueno, mi abuela, pobre, en los años 40, optó por la familia. Mi abuela, tenía un nombre artístico, era Gloria Bernal. Es anterior a la época de Mirtha Legrand, pero me acuerdo que el comentario era que Mirtha, en sus inicios, vino al estreno de la película que su primer protagónico fue La amada inmóvil. Estaba en el elenco Santiago Gómez Cou y Homero Cárpena.
—¿Pudiste hablar de teatro con tu abuela en algún momento?
—La verdad que no tuve esa suerte. Es una cuenta pendiente que me quedara siempre, pero siempre que, no sé, antes de cada función de teatro, la pienso mucho.

—¿Y tu madre, cómo te acompaña en tu carrera?
—Sí, a su manera me acompaña como la conocemos, así loca, bohemia, libre, solitaria, ermitaña, qué sé yo. Me acompaña desde ese lado. Digo, no es una madre normal, lo sabemos. Pero bueno, siempre con hermosos consejos, siempre la bajada de línea tal vez no es concretamente de un discurso, pero es con acciones. De hecho, ella se vino sola del sur, sin nada a Buenos Aires con un sueño y le fue muy bien.
—¿Vivías con tu mamá, hasta que edad?
—Cuando cumplí años 18 años, mi mamá me dijo: Flaquito, tomate el palo (se ríe). Ella en su momento había comprado un departamento para mi hermana y cuando ella después se junta con Gonzalo Heredia, se va. Y ahí mi mamá me ofrece la casa y me fui a vivir. Me ayudó con toda la mudanza, a limpiar…Es muy buena mi vieja, que no le puedo reprochar nada.
—Tus sueños están escritos…
—No, siempre estoy en una búsqueda constante. Ojalá que vengan más protagónicos, más trabajo para todos, y oportunidades para crecer.

La actriz Macarena Suárez es Marcela
El otro rol protagónico de “La Herida” lo tiene la actriz Macarena Suárez, que le da vida al personaje de Marcela. Ella también habló con Teleshow: “Es bárbaro finalmente ver la película en el cine y, en los tiempos que corren, tener la posibilidad de participar en una película en el cine es una perla”
La expectativa que rodea este estreno es palpable. “Filmamos en el 2022, después de la pandemia. Empezamos en octubre y en noviembre terminamos”, recuerda Macarena, subrayando la intensidad y los desafíos de hacer cine en un contexto aún marcado por la incertidumbre global.

—¿Cuándo leíste el guion, qué te pasó?
–Cuando lo leí, primero, que estaba muy entusiasmada porque yo había hecho un casting, y me seleccionaron… pero el guion en ese momento era muy diferente. Fue en el 2019 y el guion sufrió modificaciones. Mi personaje, es una adolescente que atraviesa una historia de amor. Marcela, es muy diferente a mí. Entonces es un gran desafío. Tenés que poner toda la carne al asador y ponerte en la piel de otra persona que no tiene nada que ver con vos.
Para encarnar a Marcela en La Herida, ambientada en los años 80 durante la dictadura militar argentina, Macarena Suárez tuvo que adentrarse en una época que no vivió en primera persona. El proceso de investigación y la preparación junto al equipo resultaron claves para construir un personaje auténtico y acorde al momento histórico.
—Hay todo un contexto político y social en la película, ¿Cómo lo trabajaste?
—Lo preparamos con el director y con los ensayos que tuvimos, que eso no suele pasar en cine. Tuvimos la posibilidad de hacer ensayos para afilar bien el personaje, y eso fue maravilloso. Hablé con mi familia, con allegados que vivieron los 80, porque yo no lo viví. También hice un research de películas y de cómo se contaba esa época y cómo era el proceso y lo oscuro que fue la dictadura militar. Es difícil vivir épocas que uno no vivió.

La relación central de La Herida es mucho más que un romance adolescente. Para Macarena Suárez, interpretar este vínculo significó explorar emociones intensas y sentirse parte de una historia cargada de contradicciones y aprendizajes.
—¿Cómo describirías la historia de amor en la película?
—Él la contiene. Él le da las respuestas que ella quiere escuchar. Es un amor desesperado, es un amor roto, un amor a los tumbos, un amor en pedazos. Es un primer amor y nadie te enseña a amar; lo vas aprendiendo y, mientras vas creciendo, al ser tan primario es como unos neófitos del amor.

Los orígenes de una vocación
—¿Cuándo supiste que querías ser actriz?
—Desde que nací no, para nada. Desde los dieciséis años, se separaron mis papás y yo estaba muy traumada y empecé terapia y empecé teatro. Cuando comencé teatro dije: “Es esto, no hay otra cosa”. Me enamoré absolutamente. Amor a primera vista. Pero el otro día me acordé de una situación en el colegio, tenía ocho años y conté un chiste delante del comedor del colegio, que éramos como cien pibes, y hubo un silencio, toda la gente prestando una atención, y cuando terminé el chiste se rieron a carcajadas. Yo tipo: “Ah, esto es espectacular”. Siempre quise hacer reír, siempre quise hacer comedia. Desde muy chiquita siempre era como, bueno, me filmaban contando anécdotas, o inventaba historias.
—Entonces, de la dificultad…
—Del trauma, salió una flor (dice con sorpresa)

A pesar de su juventud, Macarena Suárez ya cuenta con una filmografía notable y proyectos en pleno desarrollo. La actriz revela cómo fue conectando un trabajo con otro, y qué desafíos y oportunidades se le presentan actualmente tanto en cine como en teatro.
“Estuve filmando dos películas hace poco, una de terror dirigida por Adrian Cattaneo, en septiembre. Otra película de Belén Azar, terminé hace poco, cine independiente también, Caso Diamante, que es cine interactivo. Vas a un lugar, vas a un teatro, jugás como a un juego de mesa, ves la película y tenés que resolver el misterio. Medio modo Agatha Christie, ver qué pasó, quién mató a quién. Ahora en noviembre me voy a filmar otra película de Black Mandala, también en inglés, en Azul, provincia de Buenos Aires. Y estoy haciendo una obra de teatro los viernes en el Patio de Actores que se llama Mordida, que dirige Pablo D’Elía, relata la actriz a Teleshow», concluye sobre su reciente actividad.

FICHA TÉCNICA DE LA HERIDA
Duración: 104 minutos
Género: Drama
Dirección y guión: Diego Gottheil
Producción: Claudia Matallana
Dirección de Fotografía: Connie Martin
Dirección de Sonido: Rodrigo Merolla
Dirección de Arte: Ana Cocquet
Vestuario: Cris Mennella
Maquillaje: Poli Bianchetti
Montaje: Xi Chen
Música Original: Pablo Sala
Distribución: DIGICINE
