Kevin Costner tiene fascinación por el Oeste estadounidense. Desde Danza con lobos, el actor dedicó gran parte de su carrera a contar la historia de aquellas tierras lejanas y llenas de oportunidades que, para muchos, fueron motivo de luchas y enfrentamientos, y significaron la ilusión de una nueva vida. Ahora, con el objetivo de ofrecer una visión más real y completa de lo que realmente sucedió, estrena The West, una miniserie documental de ocho capítulos en la que viaja hasta el lejano Oeste para mostrar una versión más realista y menos edulcorada de la que ofrecen los clásicos westerns. En la previa al lanzamiento, explicó que con este proyecto buscó romper con la romantización del género, reflexionó sobre sus protagonistas y realizó una referencia a la Argentina: “No somos tan diferentes”, aseguró.
Costner habló con LA NACION junto a la reconocida escritora norteamericana y ganadora del premio Pulitzer Doris Kearns Goodwin, con quien coprodujo la miniserie. El encuentro fue en el marco de una conferencia virtual con medios de distintos países, incluida la Argentina.
Atento, entusiasmado y muy locuaz, esquivó con gracia las preguntas que no quiso contestar, pero —lejos de quedarse en silencio— repartió a cambio cavilaciones propias de una charla de café. “¿Quién hubieras sido si hubieras nacido en el Lejano Oeste?”, le preguntó este medio. La respuesta fue una profunda reflexión sobre la condición humana y la honestidad.
“Muchas veces creemos que seríamos los héroes de las películas, los valientes, los justos… Pero ¿realmente lo seríamos?”, se preguntó. “Cuando vemos actos de gran valentía, pensamos: ‘Eso es lo que necesitamos ser’. Pero yo desconfío un poco de quienes están tan seguros de que actuarían con coraje en situaciones difíciles”, continuó el actor, con la carga sobre los hombros de un currículum cargado modelos aspiracionales: un vaquero valiente, un policía honrado, un comandante heroico, un teniente condecorado un apuesto guardaespaldas y hasta el propio Robin Hood.
“La verdad es que, en las películas, la oportunidad es mostrar cómo se comportan las personas en situaciones extraordinarias. Sabemos que los seres humanos son capaces de cosas increíbles. Actos de valentía, actos de bondad… Simples gestos que pueden marcar la diferencia. Y eso me encanta. También sabemos por las películas que hay personas que simplemente pasan por encima de otras, y que no les importa”, continuó.
En ese momento, Kearns Goodwin levantó el guante de la consigna e imaginó para ella el rol ligado a la lectura: llevaría valijas llenas de libros a todos lados y fundaría pequeñas bibliotecas en cada una de las comunidades del Oeste. “Lo que hay de verdadero en eso es que había mujeres exactamente así”, acotó Costner, y buscó dejar en claro que la esencia de las personas no cambia en función del tiempo y el espacio. “No somos diferentes. Estás en Argentina. Nos reímos de las mismas cosas. Nos horrorizamos por las mismas cosas. ¿Es un concepto demasiado difícil de entender para la gente? Somos más parecidos que diferentes», completó.
El Oeste, el pez dorado de Kevin Costner
The West es una ambiciosa serie documental de ocho capítulos que invita a viajar hasta el nacimiento del Oeste estadounidense y que busca mostrar, desde varios puntos de vista, la implacable lucha por la tierra, el poder y la identidad que forjó la historia de los Estados Unidos. Narrada por Costner y producida junto a Kearns Goodwin, recorre desde la expansión territorial hasta los conflictos sociales y políticos que definieron el Oeste americano y combina material de archivo, dramatizaciones y entrevistas con expertos.
La nueva superproducción de Costner -que tendrá su estreno en los Estados Unidos el lunes 26 de mayo, en el marco del Memorial Day, pero en la Argentina se podrá ver en el mes de octubre, por History Channel-, recorre a lo largo de ocho capítulos de una hora más de un siglo de historia, desde la década de 1790 hasta 1890: desde los pioneros que abrieron camino hasta las sangrientas batallas por la tierra y la libertad.
¿Por qué esa necesidad de Costner de volver una y otra vez al Oeste? “Me gustan las historias diferentes”, confesó el actor, y se valió de un concepto que David Lynch volcó en uno de sus libros para graficar su constante regreso al tema: “Me atrae el Oeste. Es como tener un pez dorado en un acuario. Puedes dar una vuelta por el castillo varias veces, pero con el tiempo quieres volver a entender lo que nos impulsó a cruzar este país y al drama que eso trajo consigo. Me obsesiona lo que me precedió”, sumó.
Costner luego explicó que lo que contó en Danza con lobos, en Open Range o en Horizon son historias que realmente sucedieron. “Hubo esclavos, hubo cautivos en el Oeste. Engañamos a los nativos americanos en beneficio propio. Y lo seguimos haciendo, desde una costa hasta la otra”. De inmediato, sumó la razón de ser de su flamante proyecto al universo de sus trabajos: “Los westerns que hice, en mi mente, son verdaderos. Son honestos. Son reales. El documental, de alguna forma, respalda eso”, sentenció.
Una crítica con historia
La referencia a la situación actual de los inmigrantes en los Estados Unidos no faltó durante la charla. Ante la consulta sobre la forma en la que la lucha por la tierra y la identidad dialoga con lo que hoy sucede durante la segunda presidencia de Donald Trump. Costner y Kearns Goodwin sentaron posición. El actor destacó que el ascenso global de los Estados Unidos no fue casual, sino que fue el resultado directo de su diversidad. “Los últimos 100 años fueron un subproducto de diferentes personas, diferentes culturas. Nosotros sobresalimos gracias a esa confluencia de saberes, de curiosidades”, aseguró, y de inmediato advirtió que renunciar a esa riqueza cultural podría significar también perder el rumbo del progreso alcanzado.
“Estamos justo en un momento de nuestra historia donde hay una actitud diferente hacia los inmigrantes que llegan al país. Estados Unidos es una nación de todas personas diferentes. Eso es lo que nos ha hecho fuertes a lo largo del tiempo. Diferentes culturas vivieron, trajeron sus propias canciones, su propia poesía, sus propios valores. En este momento hay una mirada negativa hacia lo que nos ha hecho Estados Unidos. Tenemos que recordar eso mientras manejamos la crisis inmigratoria en la que pareciera que estamos ahora”, subrayó por su parte la historiadora.
El “método Costner” de estudio
En otro de los momentos destacados del encuentro, Costner advirtió sobre la importancia de hablar de la historia de los Estados Unidos con las nuevas generaciones y, en un divertido ida y vuelta con su compañera de producción, se animó a compartir una propuesta educativa. “La verdadera esperanza de este documental es que llegue a los jóvenes, porque en este momento la historia está siendo relegada en nuestras escuelas. Hay una sensación de que la historia está siendo polarizada en cuanto a cómo se enseña, y simplemente tenemos que enseñarles cómo fue en realidad”, consideró la historiadora, y su reflexión alentó al actor a exponer su punto de vista. “Creo que vale la pena decirlo, y quiero dejarlo asentado acá para todos: hay demasiada matemática en la escuela”, exclamó.
Envalentonado, Costner le dio una vuelta más al asunto. “En la escuela tenemos matemáticas, español, inglés… ¿Por qué no creamos una nueva materia llamada “documental”? Los chicos tendrían que ver cinco documentales por semana, sobre otros países, sobre otros lugares, sobre la historia de su propio país. ¿Por qué no tenemos una clase en la que se apagan las luces, te relajas y el mundo se abre? Es simple, ¿no? Quiero tomar esa clase. Me gustaría que mis hijos hubieran tenido 15 años de escuela viendo documentales durante los últimos 12 años, cinco por semana. Creo que serían unos monstruos con su visión del mundo”, se emocionó.