Kevin de Bruyne sigue siendo un fuera de serie, a los 34 años. Tal vez, en el Mundial 2026 pueda demostrar en una enorme cita su potencial, abrumado por las lesiones en los últimos años.
Llegó en el último mercado de verano europeo a Napoli como un fichaje de campeón. De hecho, lo son: tanto el volante como el conjunto al que inmortalizó Diego Maradona. Procedente de un Manchester City en el que lo había ganado casi todo durante una década, se esperaba que su incorporación diera el impulso necesario al equipo para dar un paso adelante en la Champions League. Sobre todo, después del Scudetto conseguido con Antonio Conte.

Sin embargo, la imagen del jugador quedó enmarcada después del 6-2 sufrido entre semana frente al limitado PSV y en Eindhoven. Los medios italianos fueron durísimos: “Ahora de Bruyne es un problema”, tituló la Gazzetta dello Sport, después de que en la primera jornada de la competición de Champions el Napoli también perdiera ante Manchester City.
“El año pasado tuvimos una temporada excepcional, todos superaron sus límites. Pero este año, con tantos partidos y tantos pases, hasta nueve…, nos falta equilibrio”, advirtió el entrenador.
Corriere dello Sport calificó el rendimiento del belga ante el PSV con 4,5 y lo desafió: “Apenas se le ve, rara vez toca el balón y desaparece cuando más se le necesita. Con su experiencia, debería echarse el equipo a las espaldas”.
Este sábado, sumó otro capítulo a esta situación. Abrió el marcador en el efervescente triunfo sobre Inter por 3 a 1 (pasó de todo), pero quedó opacado por una situación que se repite en su carrera.
Pateó un penal, convirtió e inmediatamente sintió un pinchazo. Un desgarro. Rápidamente, debió abandonar el campo de juego, reemplazado por el uruguayo Mathías Olivera cuatro minutos más tarde. Su cara lo decía todo. “¡Otra vez!“, habrá pensado. Casi no podía caminar.
Napoli recuperó el liderazgo de la Serie A justo sobre Inter, que venía de siete victorias consecutivas entre todas las competiciones, en el choque más destacado de la 8ª fecha en Italia.
¡OOOOHHHH KEVIN DE BRUUUUUYNE! El belga no falló y anotó el 1-0 de Napoli sobre Inter
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Humillado por el PSV Eindhoven y lleno de dudas tras dos derrotas en sus tres últimos partidos de liga, Napoli reaccionó ante su público en el estadio Diego Maradona. Los vigentes campeones de Italia recuperaron el mando de la Serie A con 18 puntos, uno más que Milan, que apenas empató en su casa ante el Pisa. El Inter, ahora, cayó al cuarto puesto, con 15 unidades.
Después del tanto de Kevin de Bruyne y su molestia en el muslo derecho, convirtieron Scott McTominay y André-Frank Anguissa. Los vigentes subcampeones de Italia y de Europa en 2025, que siguen privados de su delantero titular Marcus Thuram, lesionado, se pusieron 2-1 gracias al penal convertido por Hakan Calhanoglu.
Pero la suerte no estuvo del lado del Inter, que en el tramo final del primer tiempo estrelló dos balones en el palo. Además, los dirigidos por Cristian Chivu demostraron una inhabitual fragilidad defensiva. Y la cólera de Lautaro Martínez, el símbolo y capitán, contra Conte, su antiguo entrenador. Que llamó la atención de todos… o no tanto.
En el minuto 62, una jugada polémica desató una serie de insultos y gestos (que empezó el campeón del mundo), quienes no ocultaron su mala relación en pleno campo de juego.
LAUTARO SE LA AGARRÓ… ¡CON CONTE! Imperdible ida y vuelta entre el goleador del Inter y el DT del Napoli
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El incidente se originó tras una falta cometida sobre Denzel Dumfries. El futbolista neerlandés, tras despejar el balón en defensa, cayó al suelo y permaneció allí, manifestando un fuerte dolor. Conte, ubicado cerca del banco y a poca distancia de la acción, exigió de manera insistente que Dumfries se incorporara y no exagerara.
Dirigido por Conte entre 2019 y 2021, Lautaro tomó nota de la situación. Y realizó un gesto inequívoco, cerrando la mano y señalándose los genitales, al grito de “cagón”. Y el DT no se quedó atrás: “Sos un imbécil”. A los gritos, a la vista de todo el estadio.
Primero, Conte fue políticamente correcto: “Para bien o para mal, apoyo a mis jugadores. Para mí, el Inter es el mejor equipo italiano de la historia. No se llega a la final de la Champions por casualidad. El equipo es superior a todos los demás; de hecho, en mi opinión, lograron menos de lo que podrían haber logrado. A pesar de nuestras dificultades, les ganamos».

Y más tarde, la otra realidad. “Cuando jugás estos partidos, puede pasar. Recuerdo que en el Inter gané un Scudetto, rompiendo el dominio de la Juve, y ya saben lo que eso significa para mí. Lautaro es un jugador muy fuerte. No lo conozco bien personalmente, pero le deseo todo lo mejor”, advirtió, con un toque de ironía.
Y Cristian Chivu, el entrenador de Inter, prefirió tirar la pelota afuera: “¿Lautaro-Conte? No sé qué pasó y no me importa. Hablaré con él porque no podemos malgastar energía discutiendo con el banco contrario”.
