El bonaerense Kevin Ramírez debió completar la planilla laboral en el Sindicato de Camioneros, en donde alterna sus funciones como instructor de deportes y personal de limpieza de las calles del barrio de Caballito, para pedir licencia de viaje y así poder afrontar su pelea final del torneo Grand Prix “José Sulaimán”, organizado por el Consejo Mundial de Boxeo y disputado en Riad, Arabia Saudita.
Debía ganar su quinto combate consecutivo -en esta temporada- en cuadriláteros sauditas para completar un premio suculento de 200.000 dólares acumulado en todo el certamen. Y lo logró. De los boxeadores argentinos, sólo el excampeón mundial Fernando “Pumita” Martínez pudo generar un dinero tan tentador en 2025.
Su victoria por puntos en ocho rounds sobre el bosnio Ahmed Krnjic, quien lo superaba en 12 centímetros de altura (1.94 m contra 1.82 m) y 32 kilos de peso (122.150 kg sobre 91.500 kg) constituyó el punto saliente de este certamen por el que desfilaron 128 boxeadores de todo el mundo en cuatro categorías distintas.
Ramírez, de 25 años y un récord invicto de 12 victorias (4 KO) y 2 empates, dio todo tipo de ventajas corporales en este campeonato. Es un peso crucero natural (90.700 kg) y debió inscribirse en la división de los pesados. Pese a ello, en todos sus cotejos desde abril a hoy, tras dejar en el camino a Brian Zwart, de Países Bajos, Reagan Apanú, de Congo, el polaco Piotr Lacz, el norteamericano Dante Stone y el mismísimo Krnjic, siempre fue “la cenicienta del ring”, algo semejante a un atleta diminuto dirimiendo con “gigantes forzudos”.
Kevin Ramirez secures the $100,000 cheque and becomes the newly crowned WBC Grand Prix heavyweight champion 🙌#BoxingGrandPrix | Dec 20 | Live on DAZN | @wbcboxing | @ringmagazine pic.twitter.com/0VH31Z6k9I
— DAZN Boxing (@DAZNBoxing) December 20, 2025
Supo como moverse a la hora del fragor y en base a velocidad y combinaciones a la zona baja frenó a un torpe pero poderoso Krnjic, que lo conmovió las pocas veces que lo conectó. Evidenciando un progreso paulatino supo como ganar los rounds y mantener una ventaja inicial ante un oponente de tremendo físico, pero lento y sin ideas.
“Esto es para mi sindicato de Camioneros y su gente. Para mi familia, para mi hija. ¡No saben cómo pega este tipo!“, dijo a LA NACION en breve comunicación telefónica. “Es tener confianza y creer en Dios. Pocos saben por las cosas que pasé en mi vida. Espero dentro de poco pelear por el título mundial crucero. Allí está lo mío y no aquí”.
Entrenado por Javier Molina en el gimnasio “Puños de Acero” de Burzaco y representado por Mario Margossian, Ramírez, hermano menor de Víctor, “El Tyson del Abasto” y ex campeón mundial crucero en 2008, se convirtió en el gran ganador del pugilismo argentino en el exterior. Aún, con el triste efecto de la caída de Fernando Martínez ante “Bam” Rodríguez, semanas atrás, este triunfo se convierte en un imprescindible espaldarazo para el boxeo local, lleno de exigencias y comparaciones permanentes con sus tiempos dorados.
¿Y el futuro? Margossian, su manager anticipó a LA NACION: “Buscaremos un ascenso en el ranking mundial. Está 12° y esto lo eyectará. Trataremos de pelear en abril, en Argentina, por algún título regional para seguir ganando experiencia. Es muy joven aún. La reconquista del cetro mundial crucero (CMB) por parte del armenio Noel Mikaeljan complica alguna oportunidad inmediata. Lo maneja Don King y eso es un problema. Es complejo negociar con él”.
Ramirez emuló muchas epopeyas del ring. Esta vez, no hizo falta ganar un mundial. Ganó un torneo jugoso en todo aspecto. El operario de limpieza perdió el presentismo de diciembre, pero ganó mucho más que un cheque de 200.000 dólares.
