Olivia Cooke, una de las protagonistas de la serie La Casa del Dragón, denunció que las mujeres continúan siendo etiquetadas como “difíciles” o “problemáticas” cuando establecen límites en la filmación de escenas sexuales. Cooke afirmó que, a pesar de los avances recientes, actuar en ese tipo de secuencias puede ubicar a los intérpretes en situaciones “realmente precarias y vulnerables”, especialmente para quienes recién inician sus carreras en la industria, según publica The i Paper.
Cooke subrayó que, para muchos actores novatos, la vergüenza se incrementa por no contar con el vocabulario adecuado para expresar incomodidades ante una escena íntima. La actriz explicó que, además, las mujeres suelen recibir juicios negativos: “a menudo se las califica de ‘difíciles’ o ‘unas perras’ por hablar claro”, afirmó. Destacó la figura del coordinador de intimidad, a quien definió como un aliado fundamental: “un buen coordinador de intimidad detectará la duda y se convertirá en tu voz”.
A pesar de que Cooke reconoce que mostrar intimidad o pasión resulta central en muchas obras, advirtió sobre los efectos emocionales de estas filmaciones cuando no se regulan con cuidado. “Si no se ejecutan en forma responsable, las escenas íntimas pueden dejar la sensación de que ‘un pedazo de uno mismo ha sido tomado’”, señalaba la actriz de la serie basada en el universo de Juego de tronos. La actriz consideró fundamental la existencia del coordinador: “Me impresiona que antes hubiera que improvisar en esas escenas, sin ayuda profesional”, recalca.
El papel de los coordinadores de intimidad—figura ya habitual en grandes producciones de cine y televisión—ha transformado la lógica y las dinámicas de trabajo en el set, estableciendo protocolos claros para el consentimiento, la comunicación y la seguridad durante la grabación de secuencias íntimas. El surgimiento de este rol responde a una demanda extendida entre actores, principalmente mujeres, que históricamente han visto sus límites traspasados o no respetados durante el trabajo.
Respuesta clara a Gwyneth Paltrow
Pese a que la presencia de los coordinadores se ha consolidado con rapidez, persisten voces que prefieren el modelo anterior de autonomía absoluta. La actriz Gwyneth Paltrow compartió este año con Vanity Fair su experiencia durante la filmación de Marty Supreme, en la que protagoniza varias escenas de sexo junto con Timothée Chalamet. Paltrow reconoció que, aunque se sorprendió al conocer la existencia de los coordinadores, prefirió prescindir en parte de su intervención durante el rodaje: “Dije, ‘Vengo de una época donde te desnudas, te metes en la cama y la cámara está encendida’”. Ante la propuesta del coordinador sobre una coreografía específica, la actriz optó por dejar más espacio a la improvisación y la confianza mutua con su compañero de escena.
La tensión entre diferentes formas de abordar la intimidad en el set fue reforzada por Michael Douglas en declaraciones a The Telegraph. El actor consideró que la coordinación obligatoria “parece un modo de los ejecutivos de arrebatar el control artístico a los cineastas”, y defendió la comunicación directa entre los propios actores para acordar, paso a paso, las acciones en las escenas íntimas, intentando que parezcan espontáneas en el resultado final. Douglas expresó: “Tomas la responsabilidad como hombre para que la mujer esté cómoda, lo conversas previamente y así todo fluye con naturalidad”.
Las opiniones de Cooke, Paltrow y Douglas reflejan una discusión más amplia en la industria audiovisual acerca de la mejor manera de proteger a los actores, garantizar la autenticidad artística y adaptar las prácticas profesionales a nuevas sensibilidades sociales. Mientras los coordinadores de intimidad se afianzan como una figura clave en rodajes actuales, una parte de la comunidad artística sigue prefiriendo esquemas basados en la experiencia previa y acuerdos informales entre actores y directores. En un momento de cambios profundos para el cine y la televisión, el debate sobre cómo abordar las escenas íntimas permanece muy presente y sin un consenso único.