La Administración de Donald Trump ha apelado este viernes el bloqueo temporal de la federalización y el despliegue de cientos de militares de la Guardia Nacional en Illinois tras un fallo que impone una restricción de 14 días en el marco de las discrepancias sobre las políticas de migración en Estados Unidos.
«El presidente Trump no ignorará la anarquía que azota a las ciudades estadounidenses y esperamos ser vindicados por un tribunal superior», ha señalado en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca Abigail Jackson, según ha recogido la cadena NBC News.
Asimismo, ha criticado al gobernador demócrata del estado, JB Pritzker, por «negarse a intervenir para sofocar los disturbios violentos» en Illinois frente a las decisiones tomadas por Trump, que «ha ejercido su autoridad para proteger a los agentes federales».
El Séptimo Tribunal de Apelaciones del Circuito de Estados Unidos tendrá que decidir si el veto de 14 días –que puede ser prorrogado otros 14 días más si expira el próximo 22 de octubre– seguirá vigente tras el fallo emitido por la magistrada April Perry.
Perry se refirió en su escrito a otros fallos de otros tribunales que alegaban que el Departamento de Seguridad Nacional ha utilizado «pruebas poco creíbles» sobre los presuntos actos delictivos cometidos en los estados, lo que arroja «dudas significativas» sobre el caso de Chicago.
El proceso ha sido fruto de la demanda interpuesta por Chicago e Illinois contra el presidente Donald Trump y los secretarios de Seguridad Nacional, Kristi Noem; de Defensa, Peter Hegseth, y del Ejército, Daniel Driscoll, así como el propio Ejército.
La demanda se presentó después de que el presidente Trump autorizara el envío de 300 militares de la Guardia Nacional a Chicago y de que diese ‘luz verde’ a recolocar 400 uniformados desde Texas hacia Illinois, Oregón y otros lugares de Estados Unidos.
Pritzker ha asegurado que el objetivo de Trump con el despliegue de tropas es «crear violencia y caos» en la ciudad para «tener un pretexto para invocar la Ley de Insurrección», que autoriza al inquilino de la Casa Blanca a desplegar fuerzas militares para reprimir una rebelión. «No hay ninguna invasión aquí. No hay ninguna insurrección aquí», zanjó.