En un ambiente tan competitivo como el de la Fórmula 1, las estrategias de equipo se convierten en un delicado juego de equilibrio. Esto es exactamente lo que se desprende de las recientes declaraciones de Christian Horner, el jefe del equipo Red Bull, al analizar la situación del equipo McLaren durante el Gran Premio de Emilia Romagna en Imola.
En sus palabras, “el interés propio siempre pesará más que el interés del equipo”, subrayando un conflicto que puede surgir cuando dos pilotos de la misma escudería compiten por el campeonato del mundo.
Durante la carrera en Imola, McLaren se encontró en una situación complicada al optar por una estrategia de dos paradas para Oscar Piastri, lo que resultó en una desventaja táctica. Según Horner, “Oscar había presionado bastante al principio y se podía ver que estaba empezando a tener un poco de graining en la parte delantera derecha”. Este desgaste prematuro de los neumáticos influyó en la decisión del equipo de someter a Piastri a dos paradas, lo que lo dejó en un “mundo de dolor” al enfrentarse al tráfico al reincorporarse a la pista.
La estrategia dio lugar a un tenso enfrentamiento entre los pilotos de McLaren, Lando Norris y Oscar Piastri. A pesar del desafío que representaba este escenario, McLaren permitió que sus pilotos compitieran libremente en pista sin ordenar a Piastri que cediese el paso a Norris, una decisión que Horner describió como “digno de elogio”.
Esta dinámica interna de equipo demostró ser un terreno fértil para la controversia, sobre todo considerando las posibilidades reales de ambos pilotos en la pugna por el título.
Max Verstappen, piloto estrella de Red Bull, aprovechó la situación para afianzar su liderazgo. Christian Horner expresó su satisfacción con el rendimiento del equipo, destacando que habían sido “capaces de manejar con bastante facilidad una brecha de nueve, nueve segundos y medio”. Horner alabó la habilidad de Verstappen para gestionar los neumáticos y mantener la ventaja, consolidando así una victoria que reflejó el avance de Red Bull en el desarrollo de su monoplaza.
La advertencia de Horner a McLaren podría basarse en experiencias pasadas dentro de su propia escudería. En el recordado incidente del Gran Premio de Azerbaiyán en 2018, Max Verstappen y Daniel Ricciardo, entonces compañeros en Red Bull, chocaron cuando competían intensamente por posiciones de liderazgo. Este evento provocó el enojo de Christian Horner, quien señaló que “los pilotos deben admitir que hoy se equivocaron. Tendrán que pedirle disculpas al equipo. En las reuniones previas hablamos sobre el espacio que debían mantener”.
El accidente derivó en la salida del australiano del equipo tras firmar un acuerdo con Renault para la temporada siguiente. Al ser consultado sobre ese incidente, el propio Ricciardo consideró que fue un factor determinante para cambiar de equipo: «No puedo decir cuántas piezas pequeñas formaron el rompecabezas, pero supongo que Bakú fue una de esas piezas».
Mirando hacia adelante, McLaren enfrenta el reto de gestionar adecuadamente las ambiciones de sus pilotos sin comprometer su propio éxito como equipo. La historia ha demostrado que las tensiones internas pueden derivar en decisiones difíciles, tal como la salida de Ricciardo a Renault después del incidente en Bakú. Mientras tanto, Red Bull se mantiene vigilante, observando cómo evoluciona la situación en McLaren y destacando que “en algún momento, el interés propio siempre prevalece sobre el interés del equipo”.
