La reciente actividad en el volcán Puracé, que forma parte de la cadena volcánica Los Coconucos, en el departamento del Cauca, ha mostrado señales de variabilidad, especialmente en lo que respecta a la emisión de gases y cenizas.
El Servicio Geológico Colombiano (SGC) en su último boletín publicado en la mañana del domingo 7 de diciembre, recomendó que la población evite aproximarse al cráter y sus zonas cercanas debido al incremento de fenómenos que, aunque fluctuantes, mantienen el nivel de alerta en estado Naranja.
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Entre las observaciones más destacadas de las últimas jornadas figura la detección de un tremor continuo bajo el cráter, que el SGC relacionó con una emisión sostenida de gases a la atmósfera.
Esta señal sísmica, catalogada como de tipo Largo Periodo (LP) y Tremor (TR), acompaña a otros eventos menores registrados al suroccidente del cráter, producto del fracturamiento de roca a profundidades de entre dos y tres kilómetros.

Durante el periodo reportado, se confirmó la ocurrencia de cuatro emisiones de ceniza. Una de ellas, registrada a las 11:39 a. m. del sábado 6 de diciembre, alcanzó una altura superior a 700 metros sobre la cima del volcán, dispersándose gracias a la dirección predominante de los vientos hacia el nororiente.
Estas emisiones activaron alertas preventivas para la Aeronáutica Civil, debido al riesgo que supone la ceniza para la navegación aérea. Según el SGC, “algunas de las señales de tremor estuvieron acompañadas por emisiones de ceniza, cuya dispersión dependió de la dirección en el régimen de vientos, preferencialmente hacia el nororiente”.
El monitoreo continuo de gases indicó que la liberación de dióxido de azufre (SO₂) permanece dentro de los rangos observados en semanas anteriores, sin aumentos abruptos. De acuerdo con el SGC, las imágenes satelitales confirman que el gas se desplazó principalmente hacia el nororiente, cubriendo un radio de hasta 150 kilómetros alrededor del volcán. Además, los expertos reportaron un aumento de temperatura en la zona del cráter, otro indicio de la actividad persistente.
El SGC informó que, aunque pueden presentarse variaciones puntuales —con descensos temporales en la actividad respecto a días o semanas previas—, esto no implica que el volcán haya retornado a un estado estable.

Para considerar un cambio a alerta Amarilla, se requiere un periodo extenso de vigilancia y análisis de tendencias en los parámetros monitoreados. “Mientras se mantiene el estado de alerta Naranja, es posible que se presenten fluctuaciones temporales en los niveles de actividad del volcán… Sin embargo, esto no implica necesariamente que el volcán haya retornado a un nivel de actividad estable”, advirtió la entidad.
A la luz de la situación, las autoridades mantienen su llamado a la precaución. El SGC reiteró la importancia de seguir las actualizaciones oficiales y las indicaciones de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) y los organismos locales, insistiendo: “Recomendamos no acercarse al cráter del volcán ni a sus alrededores, y seguir atentamente la evolución del proceso actual por medio de los boletines extraordinarios y la información publicada en nuestros canales oficiales”.
Instalación de cenizómetros para conocer mejor la ceniza del volcán Puracé
La reciente actividad eruptiva del volcán Puracé ha despertado inquietud y sorpresa entre los habitantes de su área de influencia, muchos de los cuales nunca habían presenciado una emisión de ceniza en su entorno.
Este fenómeno no ocurría desde hace 48 años, de acuerdo con los archivos históricos y los testimonios de las comunidades indígenas locales. Las últimas emisiones documentadas datan de 1977, por lo que el hecho reviste gran importancia tanto para los residentes como para las autoridades.
Para profundizar el análisis del material emitido, el SGC implementó una red de cenizómetros, instrumentos diseñados para recolectar muestras de ceniza volcánica. Estas instalaciones se encuentran en localidades como Paletará, Patugó, La Estrella (veredas del corregimiento de Coconuco y cabecera municipal de Puracé), la mina de azufre y el área de Bedón.
Estos dispositivos permiten obtener material que posteriormente es remitido a laboratorios especializados, donde se investiga su composición física y química. El propósito es mejorar el conocimiento sobre la actividad eruptiva del volcán y optimizar los diagnósticos expedidos por las autoridades. Instalaciones previas de cenizómetros ya existían en la vereda Cristales y en Puente Tierra.
La labor de monitoreo cuenta con el respaldo y la colaboración activa de la Guardia Indígena, quienes mantienen un vínculo de cooperación y diálogo permanente con el SGC, favoreciendo tanto la logística como el acceso a las zonas de estudio y el intercambio de conocimientos sobre la dinámica volcánica.
