
La Armada y el Instituto de Historia y Cultura Naval han inaugurado este miércoles en el Museo Naval una exposición sobre el origen de la actual bandera de España que incluye piezas originales únicas y de gran valor patrimonial para acercar al público la historia de la enseña. «Tiene vida, tiene historia y nos representa a todos», señala el director del Museo Naval, el capitán de navío Juan Escrigas.
En mayo de 1785, el rey Carlos III decidió que los barcos de la Real Armada lucieran una nueva bandera que pudiera reconocerse a gran distancia. Los colores elegidos fueron el rojo, que siempre ha representado a España, y el amarillo y poco a poco dejaron de ser únicamente los de la Marina para convertirse en los colores nacionales.
Desde su primer izado en los buques de guerra, la acogida de la bandera fue inmediata. Era lo último que veían quienes despedían a sus seres queridos rumbo a ultramar en los puertos de Cádiz o La Coruña y lo primero que reconocían quienes los recibían en América o Filipinas.
Pero fue a partir de la Constitución de 1812 cuando estos colores empezaron a verse como símbolo de la identidad nacional. Ya en 1843, Isabel II promulgó un nuevo Real Decreto que convirtió esa bandera en la enseña nacional, del Estado y de la Monarquía. Con el tiempo, la bandera se hizo parte de la vida cotidiana y ondeaba en celebraciones, colegios, ceremonias, balcones e inauguraciones.
El capitán de navío Escrigas ha explicado que la exposición, que conmemora los 240 años desde la iniciativa de Carlos III y puede visitarse a partir del viernes, tiene el objetivo de «recordar a los que lucharon y murieron por España» y que los visitantes «sientan que la bandera» representa a todos los españoles. Y lo hace a través de 57 piezas originales, algunas de las cuales han requerido tratamiento para ser restauradas y expuestas.
PIEZAS EXCEPCIONALES Y DE GRAN TAMAÑO
De hecho, el Museo Naval también buscaba poder exhibir objetos que forman parte de su archivo que no estaban expuestos debido a su «excepcionalidad» o su tamaño. Es el caso de dos banderas de España que han sido restauradas en la Real Fábrica de Tapices: la del navío Príncipe de Asturias de 1794, fabricada con lanilla y de un tamaño de 390x610cm, y la bandera de combate del Crucero María Mercedes, de 970x640cm.
Asimismo, en la muestra, comisionada por José Luis Álvarez, se exponen láminas de banderas seleccionadas en el decreto de 1785, la bandera del Batallón del Real Cuerpo de Artillería de Marina de 1846 y diversos objetos como monedas, medallas.
La coordinadora de la exposición, Rosa Alvarado, ha subrayado que «buena parte» de las piezas que conforman la exposición «no se han expuesto nunca» y son «tremendamente delicadas». En esta línea, ha puesto de manifiesto el «complicado dispositivo» requerido para montar la muestra.
«Es una oportunidad única, el éxito de esta exposición es dar a conocer algo que antes no se ha mostrado: piezas tremendamente especiales y con un valor social, histórico y emocional que destaca», ha zanjado la coordinadora de la exposición.
El director del Instituto de Historia y Cultura Naval, el vicealmirante Enrique Torres Piñeyro, ha resaltado que la exposición es «especial» para la Armada porque los marinos se sienten orgullosos de que la enseña nacional proceda de sus barcos.
«Para los que vestimos este uniforme es un privilegio que la primera vez que se enarboló la bandera fuera en nuestros barcos», ha dicho, antes de trasladar su esperanza de que los visitantes de la exposición se «ilusionen», reconozcan a los que les precedieron, experimenten un sentimiento de «cohesión», les «guste» y les «conmueva». La ministra de Defensa, Margarita Robles, inaugurará la muestra este miércoles.
El Museo Naval ha planteado la posibilidad de iniciar unas obras para ampliar sus instalaciones y exponer de forma permanente algunos de las piezas exhibidas en la exposición de cara al 250º aniversario de la bandera española.
