La BBC enfrenta su peor crisis en décadas tras un polémico documental de Donald Trump

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LONDRES.- Es tentador interpretar la repentina renuncia, el domingo por la noche, de dos altos ejecutivos de la BBC —tras las duras críticas del gobierno de Donald Trump— como un ejemplo extraterritorial de la intensa presión que el presidente estadounidense ha ejercido sobre los medios de comunicación en su país.

Pero la British Broadcasting Corporation no es CBS ni ABC, ambas cadenas que resolvieron demandas judiciales interpuestas por Trump por su cobertura sobre él. Según los expertos, la crisis actual —la más grave que enfrenta la BBC en décadas— tiene menos que ver con Trump que con las tensiones insolubles propias de un medio público de prestigio mundial que intenta operar en un entorno político y mediático profundamente dividido.

Vilipendiada por sus adversarios políticos, que la acusan de un sesgo crónico —en este caso, hacia la izquierda— y atacada por medios competidores que cuestionan su financiamiento público, la BBC suele convertirse en un balón de disputa dentro de la política británica. Por su alcance global, también choca regularmente con gobiernos extranjeros, desde la India hasta Estados Unidos.

El documental “Trump: ¿Una segunda oportunidad?” fue acusado de manipular fragmentos de un discurso del mandatario y desató su furia

El director general de la BBC, Tim Davie, y la directora ejecutiva de BBC News, Deborah Turness, atribuyeron en parte sus renuncias a la tormenta provocada por un documental editado de forma engañosa sobre el papel de Trump en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Sin embargo, sus salidas siguieron a una serie de controversias por la cobertura de otros temas delicados, desde la guerra en Gaza hasta los derechos de las personas transgénero.

Es un momento crítico para que la BBC mantenga su imparcialidad, porque hay muy poca imparcialidad en el mundo”, dijo Howard Stringer, expresidente de CBS News y exmiembro del directorio de la BBC. “Claramente sintieron que enfrentar a Trump era importante, pero en este caso le dieron una oportunidad y dejaron expuesto a Tim Davie”, afirmó.

“La BBC tiene más enemigos de los que yo tenía en CBS News —añadió Stringer— porque el gobierno interfiere y los diarios británicos compiten mucho más ferozmente con la BBC que los estadounidenses”.

Nada de esto significa que la BBC no haya contribuido a sus propios problemas. El presidente de su directorio, Samir Shah, pidió disculpas el lunes en una carta a una comisión parlamentaria por lo que calificó como un “error de juicio” en la edición del documental sobre Trump emitido por el programa Panorama.

La película, titulada Trump: ¿Una segunda oportunidad?, que se emitió antes de las elecciones presidenciales del año pasado, combinaba fragmentos de un discurso de Trump pronunciado con 50 minutos de diferencia el 6 de enero, poco antes del ataque al Capitolio. Shah reconoció que la edición “dio la impresión de un llamado directo a la acción violenta”.

La demora en la disculpa de la BBC desconcertó a empleados y excolaboradores. Analistas señalaron que, si la emisora hubiera admitido rápidamente el error, podría haber contenido la crisis.

Las críticas formaron parte de un memorando filtrado —duro y de amplio alcance— escrito por Michael Prescott, periodista y asesor externo del comité de estándares editoriales de la BBC.

El documento llevó a la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, a calificar a la BBC de “noticias 100% falsas” en una entrevista con The Daily Telegraph, que publicó el texto de Prescott la semana pasada.

La editora de medios de la BBC, Katie Razzall, informó el domingo que una declaración sobre el documental Panorama “estaba lista desde hacía días”, pero que el directorio había impedido a Turness “emitir la disculpa”, por razones desconocidas, lo que provocó su enojo y frustración.

“La naturaleza aborrece el vacío, y Donald Trump llenó ese vacío”, dijo Jon Sopel, exeditor de la BBC en Norteamérica.

Sopel, hoy conductor del pódcast The News Agents, explicó que siempre temió las consecuencias de cometer un error sobre Trump, dada la visibilidad de la BBC y la tendencia del expresidente a reaccionar contra la cobertura desfavorable. “No podés dejar espacio para el error; hay que ser meticuloso”, dijo. “Si te encontrás aislado y con Trump furioso, ya perdiste”, enfatizó.

El posteo de Trump contra la BBC

En su comunicado de renuncia, Davie no mencionó el documental y se limitó a admitir que “se cometieron algunos errores” y que, como director general, “debo asumir la responsabilidad final”. Eso no impidió que Trump lo calificara a él y a Turness de “periodistas corruptos” en redes sociales. El lunes, la BBC confirmó que había recibido una carta del presidente amenazando con acciones legales.

Sopel, que conoce bien a Davie, dijo que su decisión no fue del todo sorpresiva, aunque el momento tomó desprevenidos a sus colegas. Desde que asumió el cargo en 2020, Davie —un veterano de la BBC con formación en marketing más que en periodismo— ha debido sortear crisis tras crisis.

Otras polémicas y antecedentes

En 2021, pidió disculpas por la entrevista a la princesa Diana realizada 25 años antes por el periodista Martin Bashir, luego de que una investigación revelara que Bashir engañó al hermano de Diana para obtenerla.

En 2023 fue criticado por no actuar con rapidez en el caso del presentador Huw Edwards, acusado de conducta sexual inapropiada y posteriormente condenado por posesión de imágenes indecentes de menores. Ese mismo año, enfrentó una rebelión interna tras suspender al popular comentarista deportivo Gary Lineker, quien había comparado en redes sociales la política migratoria del gobierno con la Alemania de los años 30.

En 2024, Davie volvió a estar bajo escrutinio por no abordar a tiempo denuncias de acoso físico y verbal contra Gregg Wallace, conductor de MasterChef, quien fue finalmente despedido.

La guerra entre Israel y Hamas trajo nuevos dolores de cabeza. Un documental de 2025, Gaza: cómo sobrevivir en una zona de guerra, fue duramente cuestionado cuando se supo que el padre del narrador —un niño de 13 años— era funcionario de Hamas. Davie ordenó retirarlo de las plataformas digitales. Ese mismo año, la BBC fue criticada por no cortar la transmisión de un show en Glastonbury en el que un dúo punk coreó “Muerte al IDF”.

Claire Enders, analista de medios y amiga de Davie, comentó que él le había dicho que dirigir la BBC era “como abrir una caja de Pandora llena de sorpresas desagradables cada día”.

“Todos los directores generales han enfrentado estos problemas, pero él se topó con muchos más porque el mundo se ha vuelto mucho más dividido durante su gestión”, dijo Enders.

Antes de la irrupción de Trump en el conflicto, la BBC ya era blanco de una batería de ataques de la derecha británica. Boris Johnson exigió despidos tras la filtración del memo de Prescott, y Nigel Farage acusó a la cadena de “interferencia electoral”.

A pesar del ruido constante, Enders destacó que la BBC sigue siendo más confiable que las principales cadenas estadounidenses, según un estudio reciente del Pew Research Center. Durante la gestión de Davie también prosperó en el terreno del entretenimiento.

El gobierno británico ofreció un respaldo moderado a la emisora, aunque el papel de Trump en la crisis dejó en una posición incómoda al primer ministro Keir Starmer, que intenta evitar conflictos con Washington. El lunes, altos funcionarios describieron la controversia como una “oportunidad de aprendizaje” para la cadena. Incluso los defensores más fieles de la BBC coincidieron.

“Cometieron un error y, cuando lo descubrieron, no lo asumieron”, dijo Enders. “Lo mejor para la BBC es hacer un reinicio y enfrentar estos problemas. Que la BBC muestre sesgo político sería lo más peligroso que podría hacer en el mundo actual”, sentenció.

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