Aunque en los últimos años se ha podido observar una tendencia consistente de crecimiento en las rentas medias de los ciudadanos, no todos los españoles se han beneficiado igual de estas subidas. Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan fuertes diferencias entre territorios, con la mayor parte de hogares de bajos ingresos concentrados en la zona norte del país, mientras las comunidades del sur suman más familias con menor riqueza. La comparación entre los dos extremos de este ránking demuestra esta brecha: en 2023, mientras un 90,9% de los municipios del País Vasco estaban entre el 25% con mayor renta de España, el 91,1% de las localidades murcianas se situaba entre el 25% con menor renta.
Los resultados muestran que la renta neta media por persona a nivel nacional se situó en 2023 en 15.036 euros, lo que implicó un crecimiento del 6,9% respecto al año anterior. Estas cifras se ven ampliamente superadas por Pozuelo de Alarcón (Madrid), Matadepera (Barcelona) o Boadilla del Monte (Madrid), que repiten entre los primeros puestos en cuanto a localidades con mayor renta. Pero, al profundizar en la distribución de la renta por municipios, el instituto estadístico revela disparidades relevantes en la distribución entre los cuatro grupos de renta definidos (baja, media-baja, media-alta y alta).
Destacan casos como el del País Vasco, pero también el de Comunidad Foral de Navarra, donde el 69,1% de los municipios también se ubica dentro del segmento con mayor renta (por encima de los 16.112 euros). En el polo opuesto se sitúa, además de la Región de Murcia, Andalucía, que sigue una tendencia similar con un 82,7% de sus municipios concentrados en las franjas de rentas bajas.
Otras comunidades autónomas presentan distribuciones menos polarizadas. En Cataluña, el 44,4% de los municipios alcanzó el rango de renta alta, mientras que un 2,6% está en el más bajo. Madrid anotó una proporción destacable de municipios en las bandas superiores, con el 35,2% en la alta y un 7,8% en la baja.
En regiones como Extremadura o Castilla-La Mancha, la mayoría de sus municipios también se agrupa en los tramos bajos o medio-bajos de renta. En Extremadura, un 81,2% de los municipios están en la banda de menor renta, y apenas el 1% en la renta alta. Castilla-La Mancha muestra un 46,2% en la baja y un 15,7% en la alta. En contraste, Baleares y Navarra apenas presentan municipios en la categoría de renta baja.
Las provincias del norte anotan rentas más altas
De forma similar, los datos absolutos muestran contrastes muy marcados entre regiones, reflejando la persistencia de brechas económicas significativas a escala territorial. Gipuzkoa encabezó el listado provincial con una renta neta anual media por persona de 19.616 euros en 2023. En segundo puesto, Bizkaia alcanzó los 18.738 euros de media, seguida por la provincia de Madrid con 18.142 euros.
En el otro extremo, Almería presentó la renta neta anual por habitante más baja del país, con 11.543 euros, seguida muy de cerca por Jaén, con 11.847 euros, y Huelva, que llegó a 12.008 euros. Estos resultados reflejan la mayor vulnerabilidad económica en regiones del sur, que todavía afrontan dificultades estructurales en materia de ingresos.
El análisis a nivel municipal profundiza aún más la visión de las desigualdades territoriales. Algunas localidades de más de 2.000 habitantes superaron holgadamente tanto la media nacional como la de sus provincias. Pozuelo de Alarcón (Madrid) ocupó el primer puesto a nivel nacional, con una renta neta anual media por habitante de 30.524 euros. Municipios como Matadepera (Barcelona), con 26.720 euros, y Boadilla del Monte (Madrid), con 26.668 euros, también destacan entre los que presentan los mayores niveles de renta.
La parte baja del listado está ocupada por municipios fundamentalmente rurales y situados en provincias andaluzas. Iznalloz (Granada) tuvo la renta neta anual media más baja, con 8.399 euros por habitante, seguido de El Palmar de Troya (Sevilla), con 8.688 euros, y Huesa (Jaén), con 8.825 euros.