En el extremo noroeste de California, un tramo de la autopista 101, conocido como Last Chance Grade, amenaza con desaparecer entre derrumbes y acantilados que se desmoronan hacia el Pacífico. Durante décadas, los residentes alertaron sobre los riesgos de esta vía que conecta a Crescent City con el resto del estado. Ante la situación, el Departamento de Transporte de California diseñó un proyecto para construir un túnel que garantice su preservación.
Last Chance Grade, un tramo clave para Crescent City que se derrumba
Last Chance Grade es un tramo de cinco kilómetros de la autopista 101 y la única vía que conecta a Crescent City, una ciudad de 6200 habitantes, con el condado de Humboldt y el resto de California. La carretera se encuentra sobre un terreno inestable que se desliza de forma continua, lo que provocó que el pavimento se agriete con el paso del tiempo.
Debido a las condiciones, la ruta estuvo reducida a un solo carril durante nueve años consecutivos, hasta su reapertura en octubre de 2023. No obstante, la semana pasada volvió a operar con esa misma restricción, según detalló Los Angeles Times.
Kurt Stremberg, un agente inmobiliario de 77 años que vive en Crescent City, afirmó: “Viendo los problemas que hemos tenido durante tantos años, uno pensaría que habría algún tipo de avance. Lo ignoraron, mientras al menos un carril pudiera seguir abierto. Necesitamos una solución a algo que ha sido un problema desde siempre”.
Los residentes y las autoridades locales reconocen que fue difícil atraer atención externa hacia Last Chance Grade, pese a sus riesgos conocidos, debido a que la región es remota y con bajos niveles de desarrollo económico. “Somos muy rurales aquí arriba y solemos ser olvidados”, señaló Valerie Starkey, supervisora del condado de Del Norte, quien añadió que cada vez que la carretera se cierra y reabre, “todos estamos esperando a que falle de nuevo”.
Un estudio realizado en 2018 por Caltrans, el Departamento de Transporte de California, advirtió que un cierre total de un año tendría efectos devastadores en la región, con la pérdida de hasta 3800 empleos y un impacto económico estimado en 456 millones de dólares.
Caltrans planea la mayor obra de California para salvar Last Chance Grade
Tras décadas de reparaciones temporales, como bacheo y muros de contención que costaron más de US$125 millones desde 1997, Caltrans optó por una solución a largo plazo: la construcción de un túnel de 1800 metros bajo árboles de secuoyas que evitaría los acantilados en acelerado deterioro de Last Chance Grade.
De concretarse, se convertiría en el túnel carretero más largo de California, superando al Wawona, de 1290 metros, en el Parque Nacional Yosemite. Entre 30 y 120 metros bajo tierra, estaría diseñado para absorber y disipar el movimiento del terreno en su entrada sur. El proyecto, conocido como Last Chance Grade Tunnel, tiene un costo estimado de US$2100 millones, monto que Caltrans y funcionarios estatales aún buscan financiar.
Cuándo comenzaría a construirse el nuevo túnel
Si se obtiene el financiamiento necesario, la construcción del túnel podría comenzar en 2030 y abrirse hacia 2038. Este año, la Comisión de Transporte de California asignó US$40 millones para dar inicio formal a la fase de diseño del proyecto. El presidente del Senado estatal, Mike McGuire, demócrata que representa a la Costa Norte, calificó el financiamiento como un “hito importante”, y señaló además que ya se habían invertido US$50 millones en estudios ambientales.
No obstante, McGuire indicó que el proceso llevó más tiempo del esperado: “Seamos honestos: si la autopista más relevante del Área de la Bahía o de Los Ángeles se siguiera desplomando en el Pacífico, el problema se habría resuelto hace mucho. Last Chance Grade y la autopista 101 no son solo un camino: son una línea de vida. Y cada carga de mercancías, cada visitante de las secuoyas y cada respuesta de emergencia dependen de un acceso confiable por este corredor crítico”.